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Kirchner quiere una telefonía pública en Argentina

Fuentes: America Economica

Argencom es el nombre provisional que recibe el proyecto de nuevo operador de telefonía en Argentina, que por lo visto goza de las simpatías del gobierno de Néstor Kirchner. Un proyecto que parece copiado del que ha realizado Hugo Chávez en Venezuela, que también ha creado una operadora estatal para competir con las privadas. La […]

Argencom es el nombre provisional que recibe el proyecto de nuevo operador de telefonía en Argentina, que por lo visto goza de las simpatías del gobierno de Néstor Kirchner. Un proyecto que parece copiado del que ha realizado Hugo Chávez en Venezuela, que también ha creado una operadora estatal para competir con las privadas.

La nueva operadora se constituiría por agregación de cientos de cooperativas telefónicas y eléctricas, que prestan servicio a pueblos y pequeñas ciudades del país. Estas cooperativas nacieron décadas atrás, para ocupar el vacío local dejado por el desinterés de Entel, la empresa pública que sería privatizada en los años 90.

¿Significa esto que cambian las tornas? Según el diario Página 12, «los cimientos de la iniciativa son afines a las aspiraciones de promover una burguesía nacional que dispute su negocio a las firmas de origen foráneo». Si bien, en principio, el Estado argentino no participaría en el capital del futuro operador, el Gobierno ha prometido apoyarlo con entusiasmo.

Las cooperativas que lo impulsan suman unos 600.000 abonados (todos cooperativistas) de telefonía fija e Internet. Es esta una base numerosa, geográficamente fragmentada pero sociológicamente coherente, que se quiere capitalizar para competir en telefonía móvil, a partir de 2007. Un negocio en el que pretenden entrar con fuerza.

A nadie escapa que las circunstancias son oportunas. La fusión de Unifón y Movicom, filiales de Telefónica y BellSouth en el país, liberará espectro que las autoridades podrían ceder a las cooperativas. Pero los operadores minoritarios de móviles, entre ellos el brazo argentino de Telmex, reclaman que las frecuencias deberían de ser subastadas y no adjudicadas a dedo, método sobre el que deslizan sospechas.

En estas semanas se buscan fórmulas jurídicas para articular una empresa que reúna a las cooperativas y otros socios privados, en condiciones de obtener una licencia. Para construir infraestructura propia en sus zonas de actuación, necesitará, dicen los promotores, en torno a 100 millones de dólares. Algunos confían en que una parte la financiará el fabricante chino Huawei, cuyos representantes se dejan ver mucho últimamente por Buenos Aires.