«Considerar que la Alianza no debe ser con los grandes empresarios sino con el pueblo trabajador, no es un extremismo de izquierda»
El 11 de Junio el presidente Chávez rodeado por algunos de sus principales ministros reunió en el Hotel ALBA Caracas a los 500 empresarios más importantes de Venezuela. En primer lugar destacaban el responsable del grupo Polar, Mendoza, y los banqueros. En ese evento llamado «Reimpulso Productivo», el presidente Chávez anunció medidas que favorecen sobre todo al sector financiero y a los grandes empresarios ligados a las transnacionales.
Allí convocó a la unidad nacional y a una alianza con los sectores productivos nacional e intentó convencer a esos empresarios que el socialismo no los perjudicaría. Este domingo en el periódico Últimas Noticias, en su columna de los domingos el director Díaz Rangel, intenta responder a un remitido de dirigentes obreros como Marcela Máspero y a una declaración de Orlando Chirino que rechazan las medidas y la convocatoria del presidente a la alianza con los empresarios. Temerariamente Díaz Rangel utiliza el ejemplo del golpe de Pinochet contra Salvador Allende en Chile, haciendo caer la responsabilidad de ese golpe contra la izquierda de aquel proceso utilizando como pruebas documentos desclasificados de la CIA. De esta manera Díaz Rangel distorsiona la realidad del proceso histórico chileno, lava de responsabilidades a los golpistas y a las vacilaciones del gobierno del Presidente Allende e intenta hacer responsable de provocar o tener culpa de ese golpe genocida a la izquierda, y como culminación de esa posición reaccionaria sugiere que la lucha consecuente por los derechos de lo trabajadores seria causal de un golpe. Prensa Marea Socialista conversó sobre este debate, las medidas anunciadas por el presidente y sobre la propuesta política del mismo, con Stalin Pérez Borges, Coordinador Nacional de la UNT y editor del periódico Marea Socialista.
Marea Socialista: ¿Cómo recibió usted los anuncios del presidente en la reunión con los empresarios?
Stalin Pérez Borges (SPB): «Hace apenas unos meses el presidente volvió a definir a su gobierno como obrerista. Nacionalizó SIDOR, si bien es cierto que comprándola, cuando, según nuestra opinión, la transnacional tendría que pagarle al estado venezolano por haber incumplido la ley e inclusive haber cometido delitos contra Venezuela. No obstante, no se puede negar que fue una medida muy progresiva, pedida, exigida y conquistada por la lucha de los trabajadores. Esa definición de obrerista, el despido de uno de los ministros de Trabajo más antiobreros que se puedan recordar, iban en el sentido de las medidas que reclamábamos después del 2 D. Entonces, sostuvimos que la revisión, la rectificación y el reimpulso deberían apuntar a solucionar los problemas de los sectores populares. Pero este 11 de junio, con este acto con los empresarios y con las medidas económicas y sobre todo con la propuesta política que el presidente Chávez les hace a los empresarios, es un intento de vuelta atrás en el rumbo que conquistaron los trabajadores sidoristas y el pueblo entero de Guayana para la Revolución Bolivariana».
Continuó diciendo SPB: «La propuesta del presidente, el llamado a una alianza con los empresarios que el llamó nacionales, con la burguesía nacional según el propio presidente, al mismo tiempo que plantea una Alianza con los obreros y el pueblo, como lo hizo al volver a definir de obrerista a su gobierno exactamente el día anterior cuando firmó la incorporación de los primeros 900 trabajadores tercerizados a la nómina SIDOR son contradictorias, no complementarias, una excluye a la otra. Los antecedentes históricos que existen sobre experimentos de alianza con la supuesta burguesía nacional, muestran que conducen al fracaso de los procesos de liberación, independencia nacional y socialistas y al empoderamiento de la burguesía y el imperialismo, imponiéndose los sectores contrarrevolucionarios. Ahora que se están recordando los cien años del nacimiento de Salvador Allende ese es uno de los temas por los cuales, nosotros creemos, fue derrotada la vía chilena al socialismo. No se fue consecuentemente contra los burgueses chilenos aliados a los yanquis y estos terminaron provocando todas las guarimbas y boicot, debilitando al gobierno de la Unidad Popular y facilitando el golpe de Estado. Situación que nosotros ya hemos vivido, pero que por la acción revolucionaria de las masas hubo un 13 de abril».
M. S.: Muchos camaradas piensan qué es una táctica del presidente por el año electoral para evitar justamente el desabastecimiento y detener la inflación? S. P. B: «Yo quiero insistir primero en el problema político, estratégico, de la Revolución Bolivariana, ya que es esto lo que explica que las medidas no lograrán el efecto que se dice buscar. Las que habría que tomar para lograr ese efecto son otras medidas que cumplan con el nombre de obrerista que el gobierno utiliza para definirse a si mismo. El problema político es fundamental porque el presidente se equivoca de interlocutor para conseguir detener la inflación o reimpulsar la producción. No son estos empresarios, no son en general los grandes empresarios, no son los Mendoza los que quieren y tienen como necesidad detener la inflación. Los que allí estaban todos trabajan asociados a las transnacionales o sus empresas son directamente transnacionales. El ejemplo son los banqueros privados, toda la banca privada de Venezuela es transnacional, toda la banca se maneja con las reglas del neoliberalismo, además recibe gran parte de los dineros de estado como deposito, y hace negocios con ese dinero y no hay ningún control sobre esos depósitos y le importa poco si el uso que hace con ese dinero provoca inflación. Es equivocado pensar, justo ahora que el sistema bancario de Estados Unidos e internacional está colapsando, que se derrumban grandes bancos y que los estados neoliberales tienen que acudir a salvarlos con el dinero del pueblo, que esos empresarios financistas o esos bancos actuaran distinto en Venezuela. Ellos obedecen las órdenes de sus casas matrices, no les interesa ninguna propuesta de Alianza que no sea para que sus empresas realicen más ganancias y envíen más dólares a sus casas de orígenes, y si por sus aventuras financieras pierden que el estado se haga cargo de sus perdidas. Esa es la verdad. No se les puede hablar con el corazón y con un proyecto no ya socialista sino de pura independencia nacional a esos empresarios, la propia existencia de ellos depende del sistema de coloniaje con el imperialismo. Ellos hubieran actuado con Bolívar como la oligarquía. No se les puede plantear la necesidad de la unidad nacional a esos banqueros ni a los grandes grupos económicos. Ellos son una de la verdadera amenaza para la revolución».
SPB reafirma lo que venía diciendo con estas palabras: «El presidente convocó a los empresarios de la construcción a colaborar con las multinacionales brasileñas y argentinas. Convocó a los importadores y productores o empacadores de alimentos a colaborar con las multinacionales brasileñas y argentinas. El presidente abrió un fondo de 1000 millones de dólares para que se repartan entre los empresarios locales y las transnacionales. Cuando digo multinacionales brasileñas y argentinas, digo norteamericanas, europeas, asiáticas y de todo tipo que siguen realizando grandes ganancias por medio del capital financiero y los bancos y por su participación muchas veces mayoritaria en empresas con sede en estos países. Empresas que son parte fundamental de las propias transnacionales con sede en Brasil o Argentina. Aquí vuelvo de nuevo con el ejemplo de Ternium, la supuesta transnacional Argentina con capitales brasileros, mexicanos, italianos y de EE.UU. El llamado a la unidad nacional, a seguir el camino del socialismo bolivariano muestra una gran confusión de parte del presidente. Ninguno de los 500 que allí estaban tomará ese llamado. Ellos escuchan un único llamado: el de la ganancia a cualquier costo. Ellos son los que crean empleos basura, tercerizan, botan trabajadores persiguen a las organizaciones sindicales si no pueden comprar o corromper a los dirigentes. Pero volvamos al problema político. Mendoza y su grupo de empresas es uno de los responsables principales del desabastecimiento y la especulación con los alimentos. Por qué debería cambiar ahora. Es una ilusión si el presidente cree que dándole algunos privilegios que reclaman los empresarios, ellos ya no serán un factor de desestabilización e ingobernabilidad. No importa que sean tiempos electorales o no. Para los empresarios el único tiempo es el de la ganancia y para eso aprovecharán la coyuntura electoral. El presidente se equivoca, o, si sabe lo que hace, lo que impulsa es un modelo de capitalismo que lamentablemente no alcanzará la independencia, porque estos grupos no tienen sentido de patria ni de independencia. Estos son socios menores del imperialismo y eso es lo que quieren seguir siendo. Pedirle que retornen los miles de millones de dólares que fugaron al extranjero, es otra muestra de ingenuidad. Pudieran traer ese dinero, si tienen garantía de que van a ganar más de lo que están ahora ganando y con la seguridad de que no será expropiado y lo único que le puede dar esa garantía o confianza es que haya en Miraflores un Presidente como cuando la IV República, que haga lo que ellos quieran. Entonces, es político el problema que enfrentamos, es un problema de modelo. Hay que elegir entre el modelo que planteó el presidente el 11 de junio de alianza con los empresarios o el modelo de los obreros de SIDOR de lucha consecuente contra las multinacionales».
M. S.: Algunos hablan que esta sería una especie de NEP, o sea la política económica de Lenin luego de la guerra civil en los primeros años de la revolución Rusa, donde para solucionar el problema del desabastecimiento y la crisis de alimentos recurrió a abrir el mercado y a darles ventajas a los capitalistas. ¿Qué opinas al respecto?
S.P B.: La NEP Leninista fue una política para salir de la crisis brutal en la que había hundido a Rusia la guerra mundial primero y la guerra civil después. Esta política provocó grandes distorsiones. Los campesinos de corte capitalista que había, se enriquecieron rápidamente. En Venezuela no puede haber una NEP, en primer lugar porque no es un estado de transición al socialismo, no ha sido desmantelado el Estado Burgués, sino que estamos en un estado burgués con todas sus estructuras intactas y con elementos de Capitalismo de Estado. Hacer esa comparación sólo sirve para confundir. La apertura de la NEP Rusa se da luego de que la gran mayoría de las fábricas y empresas habían sido expropiadas. Luego del comunismo de guerra. Es la política adoptada luego del agotamiento provocado al país por años de guerra. Esa no es una política ofensiva. Estamos hablando de una política defensiva del Leninismo. Había sido derrotada la revolución en Alemania, en Italia y en otros países. Hablar de NEP en este proceso es una falsificación para ocultar que de lo que se trata el llamado reimpulso productivo es apenas de nuevos incentivos, subsidios y privilegios a los grandes empresarios, muchos de los cuales han sido golpistas y son guarimberos y saboteadores.
M. .S.: ¿Qué medidas propone para lograr los objetivos qué plantea el presidente?
S.P.B.: «Vea, en primer lugar el objetivo político. Rechazamos esa alianza de Unidad Nacional, porque es contraproducente para marchar al socialismo. Yo diría reaccionaria si se lleva acabo ya que debilita al proceso revolucionario. Nosotros proponemos una alianza del poder popular, de los trabajadores y los sectores explotados y oprimidos de la sociedad. Eso políticamente para pelear por el poder del estado. En segundo lugar las medidas de política económica, para cumplir con el discurso de avanzar hacia el socialismo y de que este es un gobierno obrerista, tienen que apuntar a atacar los problemas reales del pueblo trabajador y sus necesidades. Por ejemplo, en el caso del comercio exterior. Hay aspectos en los que el estado tiene que monopolizar las compras, las importaciones, uno es el de los alimentos, y en otros casos tiene que suprimirlos como la importación de productos de lujo. La nacionalización del Comercio Exterior y en especial en el segmento de alimentos es fundamental para controlar la inflación. En segundo lugar el tema del salario, no puede ser que se gasten miles de millones de dólares en fondos de incentivos a los empresarios sin ningún control de los trabajadores mientras que los salarios son debilitados todos los días por los aumentos de precios. Se debe instaurar una cláusula de ajuste periódico, mensual o trimestral de salarios de acuerdo a la inflación. Este ya no alcanza con la discusión de los convenios colectivos cada dos años. Los instrumentos que les facilitó a esos empresarios, son eso, incentivos y nuevos privilegios».
Ya para finalizar esta conversación SPB concluía así: «Un problema grave para atender es el control de las finanzas, de los bancos y del crédito. La crisis de la economía internacional va a seguir profundizando la crisis bancaria, no puede ser que no haya ningún control sobre los depósitos. Nosotros creemos que el sistema de crédito es estratégico como las industrias básicas, el petróleo, los alimentos, las comunicaciones, etcétera y no puede estar en manos privadas y menos transnacionales. Pero supongamos que el gobierno no ve este problema. Este sería un debate emprender, pero el hecho es que hay que proteger ya los depósitos del estado y de los pequeños ahorristas venezolanos para que una crisis más profunda del sistema financiero internacional no cause una crisis sin control en el país. Hay que nacionalizar al menos los depósitos. Es decir, que el banco central sea el que controle y administre todo el dinero que hay en el sistema bancario. En relación al problema impositivo es otro tema muy importante. Hay que eliminar directamente el IVA y aumentar los impuestos a las ganancias de las empresas de manera progresiva, es concreto, que paga más impuesto el que más gana. Que el impuesto a la renta súbita no lo pague solamente PDVSA, lo tienen que pagar los privados que se enriquecen súbitamente, incluso trabajando para PDVSA. Estas son algunas ideas y propuestas que queremos debatir entre los trabajadores. Pero lo fundamental sigue siendo, saber y estar claro, que trabajar en la perspectiva de una alianza con la burguesía por más nacional que esta se pinte, es retroceder en el camino al socialismo. El presidente debe saber que son excluyentes, o se está con los trabajadores y el pueblo o se está con los grandes grupos económicos y las transnacionales. Un gobierno obrerista no puede elegir el camino de la alianza con la burguesía porque significa el retroceso de la revolución y esto no es ningún extremismo de izquierda, como lo ha querido dejar ver hoy Eleazar Díaz Rangel en su columna de los domingos en el diario que él dirige. Este allí se pregunta, cómo será esa movilización en defensa del socialismo autentico, refiriéndose a una cita del comunicado que un grupo de dirigentes sindicales de la corriente CTR hace, para después insinuar que estos pudieran jugar el mismo papel que jugó la ultraizquierda que apoyó al gobierno de la Unidad Popular en Chile. Esta insinuación es temeraria y hace una extrapolación descontextualizada que no compartimos y por lo tanto rechazamos, aunque no tengamos responsabilidad alguna con ese remitido.
Stalin Perez Borges es coordinador nacional de la UNT