La comunicación de masas no soporta la ambigüedad. Es pan, pan, queso, queso. Si o no. Ninguna propuesta puede ser llevada al gran público como algo más o menos bueno, como algo condicionado, como un tal vez. La búsqueda de la adhesión de masas a cualquier propuesta política implica claridad de objetivos y de medios. […]
La comunicación de masas no soporta la ambigüedad. Es pan, pan, queso, queso. Si o no. Ninguna propuesta puede ser llevada al gran público como algo más o menos bueno, como algo condicionado, como un tal vez. La búsqueda de la adhesión de masas a cualquier propuesta política implica claridad de objetivos y de medios. Los marketineros saben bien de eso, y a veces exageran en la simplificación. Pero se engaña quien piensa, en sentido opuesto, que es posible convencer al gran público de una determinada opción política con el recurso de las racionalizaciones cabalísticas y discusiones bizantinas.
El Manifiesto al Pueblo brasilero (Carta al Pueblo Brasilero) lanzado por los Movimientos Sociales defiende a Lula y ataca a la política económica. Pide rigurosa selección de las denuncias de corrupción y sugiere que hay una conspiración de la derecha contra el gobierno del PT. Golpea y sopla al mismo tiempo. Yo entiendo exactamente las buenas intenciones de ese Manifiesto, pero tengo grandes dudas sobre como cayó en la opinión pública. El brasilero medio, que tiene en alta a los Movimientos Sociales, debe haber quedado medio mareado. Entonces, como es posible defender a Lula y estar en contra de la política económica que solo él, Lula, puede cambiar, pero no cambia.
El titulo del Manifiesto reprodujo lo que Lula hizo como suyo, cuando capituló al ultimátum de Fernando Henrique antes de las elecciones del 2002. Aquel manifiesto subalterno marcó todo el gobierno de Lula hasta aquí, como prolongación y profundización de las políticas neoliberales del antecesor. ¿Qué quisieron decir los Movimientos Sociales al usar el mismo nombre para su Manifiesto de ahora? Muy probablemente, están manifestando la esperanza de que, por arte de algún cambio mágico de la política económica, los intereses reales del pueblo brasilero se tengan en cuenta de ahora en adelante.
No es difícil entender esa manifestación de los Movimientos Sociales como una angustiante búsqueda idealista de una salida de esta crisis menos traumática para el pueblo. El razonamiento tortuoso que está por debajo del Manifiesto es el siguiente: sí, este gobierno comanda una política económica anti-pueblo y anti-Nación, pero es nuestro; no podemos arriesgarnos a perder todo el gobierno con la derecha, sobre todo en la perspectiva de un agravamiento de la crisis y de las elecciones del 2006. Por lo tanto, tenemos que defender a Lula de cualquier manera, ya que no tenemos una alternativa política a la vista.
Esa racionalización tiene varias fallas, pero la principal de ellas es creer que basta que un grupo de líderes de los Movimientos Sociales se reúna y lanzar un Manifiesto para que el pueblo lo siga atrás. Y que ellos son relevantes sólo cuando están armonizados con el pueblo. El gobierno de Lula está virtualmente liquidado. Y la reelección de Lula es un proyecto ahora muerto. No consigo imaginar un solo hecho político o social futuro que pueda ayudar a revertir ese cuadro, en tanto puedo imaginar varios hechos políticos, en el ámbito de las investigaciones en las CPIs, que pueden contribuir a empeorar todavía más la credibilidad del gobierno.
Pero la falla mayor es de perspectiva. Creer que no habrá en 2006 una alternativa política al doble neoliberalismo, del PT y del PSDB, es hacer poco de creatividad política en el plano real. Un año antes de las elecciones, ni Collor, ni Fernando Henrique parecían tener alguna chance. Acabaron ganando, por razones diversas. Los movimientos sociales, en lugar de comportarse como el coro griego atrás del cajón del PT y de Lula, harian mejor se comenzasen a buscar programáticamente un proyecto político alternativo y un nombre para defenderlo en las próximas elecciones. Solo así darían una opción válida real al pueblo.
Es preciso prepararse también para lo peor, si es todavía posible. Nadie sabe lo que tiene la caja de Pandora de las CPIs de los Correos y el sobresueldo. El presidente merece el beneficio de la duda en cuanto a su responsabilidad personal, pero su responsabilidad política es inevitable. Si hubo compra de votos y de apoyo parlamentario por el PT, fue una compra para el gobierno. Por lo tanto, en última instancia, para Lula. Obviamente, no se formaría prueba para la incriminación jurídica de Lula, pero los juristas y políticos están cansados de enseñar que el proceso de impeachment no es propiamente jurídico, sino político.
Ya sabemos que la oposición, sobre el PSDB, no quiere el impeachment de Lula. Su interés es verlo sangrar, para llegar agotado a las elecciones de 2006 y perderlas vergonzosamente. Sobre todo ¿perderlas con quién? Es justamente en ese punto que los Movimientos Sociales deberían parar para pensar. Si deciden mantener el apoyo pasional a Lula, a despecho de la política económica, estarán viabilizando a los tucanos el año que viene, el discurso de ellos será preservar la política económica lulista y darle palo en el plano ético. El pueblo puede gustar. ¿Es eso que los Movimientos Sociales quieren? ¿No será más útil buscar luego una alternativa menos vulnerable?
Por último, se le ocurre a mucha gente, y eso también deber haber inspirado a los Movimientos Sociales, que el presidente Lula aprovechase esta crisis para cambiar la política económica. Yo mismo creí en esa hipótesis, por lo menos hasta la renuncia de José Dirceu y las recurrentes manifestaciones del presidente de que Palocci es intocable. La verdad es que la gran prensa conservadora se apresuró a blindarla, y presentar a Palocci como un oasis de credibilidad en un desierto de corrupción. El hecho es que, si hay alguna conspiración en toda esa historia, se trata de una conspiración para mantener la política económica de derecha en un gobierno auto-denominado de izquierda, con el paradojal apoyo de los Movimientos Sociales.
Desempregozero, editorial, 25-6-05. www.desempregozero.org.br/
Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa