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La apropiación e inversión de conceptos por parte de los nazifascistas

Brasil
Fuentes: Brasil 24/7 [Imagen: Eduardo Bolsonaro. Créditos: Zeca Ribeiro/Câmara dos Deputados]

En este artículo el autor, tomando pie en las declaraciones de Eduardo Bolsonaro, reflexiona sobre la capacidad del fascismo (en todas sus variantes pasadas y presentes) de subvertir los conceptos propios de la clase trabajadora para apropiarse de ellos y ganar adeptos entre el proletariado.


Las palabras pronunciadas por uno de los delfines del clan bolsonarista en el momento en que hizo pública su decisión de huir de Brasil y permanecer en Estados Unidos bajo la protección del gobierno ultraderechista de Donald Trump aún deben estar resonando con fuerza en los oídos de muchas personas.

Para nuestro asombro, el hasta entonces diputado federal dijo que dejaba el país y el cargo que ocupaba para luchar en el extranjero contra las fuerzas nazi-fascistas, que lo estarían persiguiendo. Y ahí radica el principal motivo de estupor e incomprensión.

¿Cómo entender que alguien considerado uno de los principales exponentes del extremismo de derecha en Brasil afirme que la razón de su fuga es la persecución desatada en su contra por los seguidores del nazifascismo?

Es cierto, tal situación sería incluso imposible de entender si no tuviéramos un conocimiento previo de cómo surgió y se desarrolló este movimiento ideológico ultraderechista durante el último siglo. Así, hay características comunes en todas sus variantes conocidas hasta ahora, ya sea en la original italiana (fascismo), en la que prevaleció en Alemania (nazismo), en la de España (franquismo), en la portuguesa (salazarismo) o incluso en los modelos brasileños (antes, integralismo; actualmente, bolsonarismo).

El punto esencial común a todas las modalidades organizativas de esta ideología de extrema derecha es su total vinculación con la defensa de los intereses de los grandes grupos capitalistas. En otras palabras, en cualquiera de sus alternativas, el fascismo siempre tiene como misión principal defender a la clase de los grandes capitalistas de amenazas que puedan poner en peligro la continuidad de sus condiciones de privilegio en la sociedad.


«El fascismo siempre tiene como misión principal defender a la clase de los grandes capitalistas de amenazas que puedan poner en peligro la continuidad de sus condiciones de privilegio en la sociedad»


Sin embargo, lo que diferencia fuertemente al fascismo (en todas sus vertientes) de otras corrientes políticas e ideologías alineadas con los ricos y poderosos es su capacidad para introducirse entre los sectores de los explotados y, a través de su acción política, obtener apoyo de los que tienen poco o nada a favor de las causas de quienes lo tienen todo.


«Lo que diferencia fuertemente al fascismo (en todas sus vertientes) de otras corrientes políticas e ideologías alineadas con los ricos y poderosos es su capacidad para introducirse entre los sectores de los explotados»


Para cumplir este propósito de inducir a los trabajadores a asumir posiciones favorables a la patronal, y de llevar a los pobres a tomar partido por los ricos, los fascistas se especializaron en invertir los significados de las aspiraciones más relevantes del campo popular, utilizándolas a favor de los objetivos de las oligarquías que viven a costa del sacrificio de las mayorías. Con este fin, desde sus comienzos, los movimientos fascistas se han dedicado a hacer uso de palabras y conceptos queridos por el pueblo trabajador y a transformarlos en su opuesto exacto.

Fue así como el nazismo, a pesar de ser una ideología y una fuerza política que odiaba al máximo todo lo que pudiera significar un mayor grado de libertad para los trabajadores, desvirtuó el significado del término socialista y lo utilizó para nombrar al partido y movimiento político que más odiaba y combatía al socialismo y a los trabajadores. No olvidemos que el partido alemán creado por Adolf Hitler para servir a los banqueros y propietarios de las megacorporaciones capitalistas se llamó Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores.

Entonces, empezamos a ver cómo los que querían impedir a toda costa que el sistema de explotación capitalista fuera abolido se declararan públicamente como antisistema. De la misma manera, las fuerzas que apoyaban la explotación despiadada que causaba miseria, pobreza y desintegración de las familias trabajadoras empezaron a erigirse en defensores de los valores familiares.

Otra particularidad muy nefasta que observamos constantemente en países de capitalismo periférico, como nuestro Brasil, es la manipulación que hacen de la simbología vinculada con Jesús estas mismas fuerzas que sostienen el gran capital. Como es bien sabido, debido a los relatos sobre su vida en los Evangelios, su nombre está intrínsecamente asociado a las reivindicaciones más sentidas de la gente humilde y trabajadora. Así, para la inmensa mayoría de nuestro pueblo, al relacionar alguna causa a Jesús, la primera sensación que uno tiene es que se trata de algo favorable a los más necesitados, ya que está muy extendida la sensación de que su opción preferencial era por los más carenciados, y no por los más pudientes.

Sin embargo, por aquí, son los fascistas los que más han estado apelando a la manipulación del cristianismo para inducir a las masas populares a apoyar propuestas que van totalmente en contra del legado de vida del nazareno. Una vez más, el fascismo, ahora en su versión bolsonarista-neopentecostal, recurre a los símbolos y al nombre de Jesús para sostener puntos que nada tienen que ver con las enseñanzas que él buscaba transmitirle a la gente con la que convivía. De hecho, en la actualidad, hay quienes suelen apelar a su nombre para llevar adelante unas pautas que, estrictamente hablando, estarían mucho más en línea con los propósitos del diablo.

Por lo tanto, podemos concluir que, al decir que es perseguido por el nazi-fascismo, el miembro del clan bolsonarista al que nos referíamos al comienzo de nuestro texto no está haciendo nada distinto de la costumbre de tergiversar conceptos, la que viene siendo la tradición de los adeptos a este pensamiento desde su aparición en la escena política en la primera parte del siglo pasado. Desde siempre, los nazi-fascistas aprendieron a apropiarse discursivamente de los símbolos de lucha de los trabajadores para ponerlos a servicio de los explotadores. Por otro lado, también se han dedicado a atribuir al campo popular todas las características de maldad con las que están imbuidos. Por ello, ya no deberíamos sorprendernos cuando nos encontramos con los típicos nazi-fascistas que se presentan como víctimas de lo que ellos mismos encarnan en su totalidad. Sólo así se puede entender que un nazi-fascista se declare un perseguido del nazifascismo. Los nazifascistas están dotados de todos los instintos de perversidad que los seres humanos han sido capaces de desarrollar a lo largo del tiempo, pero aún no han llegado al punto de convertirse en autófagos.

Traducido del portugués para Rebelión por el propio autor.

Fuente: https://www.brasil247.com/blog/a-apropriacao-e-inversao-dos-conceitos-pelos-nazifascistas-bolsonaristas

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.