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La batalla por la primera unión sindical en Amazon está ocurriendo en Alabama

Fuentes: Rebelión

En un momento en que los trabajadores sindicados en la empresa privada en Estados Unidos representan solo el 6,3 % de la fuerza laboral, lo que ocurre en un almacén de Amazon en Bessemer, Alabama, no es poca cosa.

Amazon, el segundo patrono que más gente emplea en ese país -detrás de Walmart- estableció en marzo del 2020 este nuevo y gigantesco centro de cumplimiento (fullfilment center) de cuatro pisos para almacenar, empacar, hacer envíos y entregar mercancía comprada en línea.

Los ojos del sindicalismo en Estados Unidos se han volcado sobre este pequeño suburbio empobrecido en las afueras de la ciudad de Birmingham, donde el 70 % de la población es afroamericana y el ingreso familiar promedio es de 31,610 dólares. Lo que viene ocurriendo es muy importante para la clase trabajadora en Estados Unidos y puede ser la victoria que logre crear la primera unión sindical en Amazon en territorio estadounidense y que abra la puerta para organizarlo completo a través del continente.

Todo comenzó con una reunión clandestina

Durante el verano del 2020, mientras las calles del país se abarrotaban de activistas de Black Lives Matter, empleados de este almacén donde el 80 % de las personas empleadas son afrodescendientes, contactaron a organizadores de la Retail, Wholesale and Department Store Union (RWDSU) sobre la posibilidad de unirse al sindicato. Los oficiales de la unión los citaron a una reunión secreta en un pequeño motel cerca del almacén, en la cual los trabajadores les explicaron que se encontraban cansados de las cuotas de producción abusivas impuestas unilateralmente por la gerencia y de las pobres condiciones en las que trabajaban, entre otros asuntos. Días después la unión decidió poner en marcha la campaña organizativa empezando por la fase clandestina de consolidar el apoyo interno en el centro de trabajo.

En diciembre del 2020 el sindicato presentó una petición de elección ante la Junta Federal de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) con el fin de representar exclusivamente a las y los empleados para negociar un convenio colectivo. La unión informó que peticionó con el 30 % de las tarjetas firmadas de una unidad apropiada de 1.500 empleados a tiempo completo y parcial, cumpliendo así con el mínimo en ley para activar una elección sindical. La unidad propuesta por el sindicato al momento de la petición excluye a chóferes de entrega, trabajadores temporeros, empleados de mantenimiento, robótica, seguridad y supervisores.

Amazon no se lo iba a hacer fácil

La empresa, conocida por su feroz antisindicalismo y su estrategia de vigilancia, represalias y despidos contra empleados que hagan un mínimo intento de organizarse sindicalmente, reaccionó como era de esperar.

La compañía argumentó en una vista inicial ante la NLRB que la unión había dejado fuera a miles de trabajadores que debían estar dentro de la unidad apropiada y que por lo tanto más de 5.700 empleados deberían tener derecho a votar. La NLRB señaló una vista posterior para permitir al patrono presentar sus argumentos y dilucidar la controversia, aún cuando la unión solicitó dirimir la misma una vez haya ocurrido la elección, lo que fue rechazado por la Junta Federal.

Amazon utilizó esta táctica de obstrucción y atraso muy común de los patronos que se enfrentan a una petición de elección con el objetivo de poner en desventaja a la unión. Las estadísticas demuestran que mientras más tiempo hay entre la petición de elección y la elección como tal, mayor ventaja tiene el patrono en su campaña antiunión pues le permite montar una mejor estrategia y tener más contacto con los empleados en el taller de trabajo.

La vista para este asunto comenzó el 18 de diciembre del pasado año y días después fue decidido que la unidad quedará conformada por 5.800 empleados, basándose en una decisión del 2017 sobre PCC Structurals, Inc. donde a las uniones se les hace más difícil retar la manipulación de la unidad apropiada por parte de los patronos. Pero Amazon quería más.

Una vez resuelto ese asunto, el patrono inmediatamente levantó otro: el método de votación no le gustaba. Bajo la Ley Federal de Relaciones del Trabajo, los trabajadores pueden elegir si quieren representación sindical mediante el voto en persona (en los lugares facilitados por la compañía) o mediante el voto por correo. Para ambos escenarios se establecen ciertos requisitos y condiciones.

La unión estimó que el voto por correo es lo más saludable y seguro tanto para los empleados como para los oficiales de la Junta Federal en momentos en que el COVID arrasa con los contagios y muertes por todo el país. El patrono se opuso tenazmente al voto por correo e insistió que la votación se llevara a cabo en los lugares facilitados por la empresa. En un intento de convencer a la NLRB, los organizadores denunciaron que Amazon ofreció pagarle la estadía en hoteles cercanos a los empleados federales que supervisarían la masiva votación.

El pasado 5 de febrero de 2021, en una escueta decisión, la Junta Federal de Relaciones Laborales rechazó la apelación de Amazon para atrasar la votación y negó también su petición para celebrarla en lugares facilitados por la empresa. Los alegatos y la petición del patrono fueron considerados tan frívolos que dos miembros republicanos de la Junta fallaron en contra de la empresa.

Al negar la apelación de Amazon, la NLRB ordenó que los trabajadores en el almacén comiencen a votar por correo a partir del lunes 8 de febrero. Las boletas deben ser recibidas por la oficina regional de la NLRB antes del 29 de marzo y el conteo comenzará al día siguiente.

Ya se había intentado antes

Lo más cerca que estuvieron los trabajadores de los almacenes de EE.UU. de formar su primera unión ocurrió en 2014, cuando un grupo de técnicos de mantenimiento y reparación de equipos en un almacén en Middletown, Delaware, votó, pero finalmente rechazó, la representación sindical de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM, por sus siglas en inglés). En aquel momento Amazon utilizó una intensa campaña antisindical que -sumada a muchas deficiencias organizativas- logró derrotar los intentos de organización.

Hasta cinco mensajes de texto por día

En esta ocasión la compañía no ha desistido de coaccionar a las y los empleados para que voten contra la representación sindical. En las redes sociales han sido colgadas capturas de pantalla de mensajes de texto que envía la compañía con su campaña de desinformación y miedo. Algunos empleados han denunciado haber recibido hasta cinco mensajes de texto por día con enlaces a una página web creada por un bufete, union buster, alertándolos de que tendrían que pagar cuotas sindicales y que perderían sus beneficios actuales si ganara la unión.

También la empresa ha colocado carteles en los urinales de los baños de empleados, así como en el interior de los cubículos de inodoro al nivel de la vista. En estos anuncios les piden que no involucren a un tercero (la unión) y permitan resolver las diferencias “como una familia”.

A esto se suma que Amazon está utilizando trabajadores temporeros contratados para el pico de la temporada que ganan salarios más bajos y no están en la unidad apropiada, para hacer campaña contra la sindicalización. Uno de ellos expresó que solo lleva seis semanas en el almacén ganando 13 dólares por hora sin ningún tipo de beneficio y le han obligado a usar un pin que dice “Vota NO”.

Toda esta campaña se repite en las reuniones obligadas para empleados en horas de trabajo donde la gerencia les pone videos, les dice medias verdades y le piden una segunda oportunidad para evitar que los empleados mejoren sus condiciones de trabajo.

Pero lo que más ha sorprendido a muchos empleados y que ha confirmado el poder que ejerce esta empresa sobre los gobiernos, es que la ciudad de Bessemer ha cambiado la sincronización y el tiempo de los semáforos en la entrada de la empresa. En un video colgado hace dos días en las redes sociales los organizadores denunciaron que observaron a empleados de la ciudad haciendo un estudio de tráfico y al otro día los semáforos cambiaban más rápido, con el objetivo de que los organizadores no tuvieran tiempo de conversar con los empleados afuera y tan siquiera poder entregarles un boletín informativo. Ya ha habido accidentes de auto y al menos un organizador ha tenido que saltar para salvar su vida.

Mucho ha cambiado desde el 2014

Es importante destacar que la RWDSU representa a casi 8.000 trabajadoras y trabajadores en Alabama, mayormente en plantas de procesamiento de aves. Con el advenimiento de la pandemia por el COVID-19, los trabajadores de Amazon vieron cómo sus vecinos empleados en esas plantas sindicadas levantaban su voz, protestaban frente a los portones de la empresa y reclamaban mayor salud y seguridad en sus centros de trabajo. Muy probablemente esto, junto al estallido social antirracista impulsado por el movimiento BLM, sirvió de inspiración para que hoy haya una elección sindical en curso en el almacén de Bessemer.

La posible victoria marcaría un punto de inflexión importante para las y los trabajadores en Amazon que emplea a 1,1 millones de personas en todo el mundo y tan solo el pasado trimestre ganó 125.560.000 dólares. La empresa domina el 40% por ciento de las ventas en línea en el mundo y ha acumulado ganancias récord. El fundador, Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, ha aumentado su patrimonio a 186.000 millones, con 70.000 millones adicionales desde el inicio de la pandemia.

Más organización, más poder obrero

Algunos estiman que, independientemente de los resultados de la elección, esta batalla por la primera unión en Amazon en los EE.UU. sea una llamada para que el movimiento sindical estadounidense salga del déficit organizativo acumulado por décadas y se lance a organizar masivamente las empresas e industrias que se han desarrollado en los últimos 20 años, especialmente las tecnológicas y del comercio en línea.

Para lograr esto, por supuesto, las uniones tienen que sacudirse las estructuras burocráticas que les amarran su proceder en momentos en que se dan luchas importantes en algunos talleres de trabajo, que al final son rechazadas por el alto liderato. Deben superar retos como el del caso de corrupción y contubernio de la UAW con las empresas automotrices y otras situaciones harto sabidas por activistas sindicales.

Los hechos recientes confirman que las condiciones materiales obligan a la gente a organizarse colectivamente para superar la creciente brecha en la acumulación de la riqueza. Solo falta que el movimiento sindical esté a la altura del momento histórico y vuelque sus recursos en hacer crecer la fuerza obrera organizada. Pero ese es tema de otro artículo.

Nelson J. Escudero Gorritz es estudiante de medicina y fue representante y organizador en la empresa privada del Movimiento Solidario Sindical en Puerto Rico por nueve años.