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La bolsas se desvinculan de la economía local

Fuentes: The Wall Street Journal

En el pasado, la economía de un país solía ser un indicador bastante bueno para saber hacia dónde se dirigían sus mercados bursátiles: las acciones siempre seguían el rumbo de la economía, sin importar cuál fuera. Pero a medida que la fortuna de las grandes compañías depende cada vez más de la economía global, el […]

En el pasado, la economía de un país solía ser un indicador bastante bueno para saber hacia dónde se dirigían sus mercados bursátiles: las acciones siempre seguían el rumbo de la economía, sin importar cuál fuera. Pero a medida que la fortuna de las grandes compañías depende cada vez más de la economía global, el desempeño de los principales índices bursátiles muchas veces difiere del rendimiento de la economía que le subyace.
En Estados Unidos, por ejemplo, esta desconexión quedó en evidencia durante la ronda de resultados del segundo trimestre de las empresas que componen el índice Standard & Poor’s 500. Mientras que la economía de EE.UU. ha perdido impulso, las ganancias corporativas fueron mejores a lo esperado. El Producto Interno Bruto real creció a una tasa anual ajustada por temporada de 2,5% en el trimestre de abril a junio, un marcado descenso frente al 5,6% del primer trimestre.
Sin embargo, la relación entre las compañías S&P 500 cuyas ganancias fueron mejores a las anticipadas por Wall Street y las firmas cuyos resultados estuvieron por debajo de las expectativas, está en casi 3,6 a 1, según Brewin Dolphin Securities.
Merrill Lynch resalta que algunas de las empresas estadounidenses de mejor desempeño son las mineras y las de commodities. Y éstas están haciendo grandes negocios en China y otros países en auge.
«Hace algunos años, la gente relacionaba el desarrollo económico [nacional] a lo que eso significaba para la bolsa [de ese país]», dice Darren Winder, un estratega de UBS en Londres. «Ahora la gente se ha dado cuenta que ello depende más del desarrollo de las economías globales».
En otras partes del mundo el fenómeno es aún más pronunciado. En Alemania, por ejemplo, el índice DAX casi se ha triplicado desde inicios de 2003, mientras que la economía alemana ha registrado un crecimiento bastante mediocre durante el mismo lapso. La razón, dicen los analistas, es que el DAX incluye fabricantes alemanes como BMW y Siemens, que son algunos de los exportadores más grandes del mundo, haciéndolos menos susceptibles a las tendencias económicas locales.
Desde luego, las bolsas representan una amplia gama de industrias que pueden reaccionar de manera distinta a las condiciones económicas.
Aun así, la creciente desconexión entre los índices bursátiles y las economías nacionales está ganando peso a medida que el comercio global crece. Hace cinco años, 38% de las ventas de las firmas no financieras del índice británico FTSE 100 provino del mercado local. En 2005, la cifra fue de 32% y el resto lo aportaron mercados extranjeros, según UBS.
«Cuando compra (acciones) en el FTSE 100, no está invirtiendo en el Reino Unido, sino en compañías globales que simplemente cotizan en Gran Bretaña», dice Peter Toogood, director general de inversiones de Forsyth Partners, una gestora de fondos en ese país.
Los observadores dicen que la globalización de las bolsas requiere que los inversionistas adopten una visión mundial y estén pendientes del estado de las economías donde operan las compañías que están en sus portafolios, y no sólo donde cotizan sus acciones. Al mismo tiempo, a medida que las bolsas en países en desarrollo siguen estas mismas tendencias globales, los rendimientos de los mercados convergen, lo que le dificulta a los inversionistas diversificar sus portafolios.
«Al tiempo que ingresamos a un mundo donde todos los mercados están cada vez más afectados por los mismos factores -la economía global en vez de la local- se hace más duro diversificar un portafolio de acciones a través de la selección regional de acciones», dice Gerard Lane, un analista de Morley Fund Management en Londres. «Uno está cada vez más expuesto a los mismos riesgos globales, ya sea que haya invertido en el Reino Unido o en Estados Unidos».