Recomiendo:
0

Novedad editorial

La ciencia ha muerto… ¡vivan las humanidades!

Fuentes: Fin/Prensa MPPC

La ciencia ha muerto…¡vivan las humanidades!, es el título de la obra de Roberto Hernández Montoya, que expone el conflicto por separar la ética de la estética y crear un mundo alejado de lo poético como si fueran dos polos opuestos, trayendo como resultado un pensamiento más actual acerca de la integración subcontinental y el […]

La ciencia ha muerto…¡vivan las humanidades!, es el título de la obra de Roberto Hernández Montoya, que expone el conflicto por separar la ética de la estética y crear un mundo alejado de lo poético como si fueran dos polos opuestos, trayendo como resultado un pensamiento más actual acerca de la integración subcontinental y el desarrollo latinoamericano, con énfasis en temas geopolíticos, comunicacionales, históricos y sociológicos.

El libro que pertenece a la Colección Mileniolibre de Monte Ávila Editores, fue bautizado este viernes 18 de junio en las Librerías del Sur del Teatro Teresa Carreño, «trata de cuatro desarrollos científicos de la mitad del siglo XX; la energía nuclear, la cibernética, los anticonceptivos y la ingeniería genética, que siguen causando una mutación, un estremecimiento político, ideológico, cultural y social, motivado por el hecho de que el capitalismo apartó a la ciencia de toda consideración de la ética y la estética», señaló Montoya.

Asimismo, destacó que «sólo a través del socialismo los seres humanos pueden recuperar esa integralidad de lo que son las ciencias y las humanidades, este libro denuncia todos aquellos atropellos que el capitalismo ha cometido alejando una cosa de la otra como si nada tuvieran que ver».

En La ciencia ha muerto… ¡vivan las humanidades! el autor aborda temas de actualidad. Indaga, sin dejar de lado el humor necesario, problemáticas, fenómenos sociales y globales que atañen a todo ser humano e incluso al mundo entero.

La humanidad queda expuesta como dadora de vida pero también como posible causante de destrucción. El hombre se vislumbra como una suerte de Dios, con poder para incidir directamente en lo tecnológico, en la genética y hasta en la reproducción. El libro cuestiona la ciencia y reivindica a los seres humanos frente a un mundo dominado por máquinas que pueden con facilidad pasmosa llevar al caos a los hombres.