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La cifra de hambrientos aumentó en 50 millones en 2007

Fuentes: El Mercurio Digital

El número de víctimas del hambre en el mundo aumentó en 2007 en unos 50 millones de personas como resultado de los elevados precios de los alimentos, afirmó hoy el Director General de la FAO, Jacques Diouf, en una intervención ante el Parlamento Europeo en Bruselas. «Los países pobres sufren el fuerte impacto del alza […]

El número de víctimas del hambre en el mundo aumentó en 2007 en unos 50 millones de personas como resultado de los elevados precios de los alimentos, afirmó hoy el Director General de la FAO, Jacques Diouf, en una intervención ante el Parlamento Europeo en Bruselas.

«Los países pobres sufren el fuerte impacto del alza de precios de los alimentos y la energía», dijo Diouf. «Necesitamos con urgencia nuevas y más sólidas alianzas para hacer frente a los crecientes problemas de seguridad alimentaria en los países pobres. Ninguna institución ni país será capaz de resolver en solitario esta crisis. Los países donantes, las organizaciones internacionales, los gobiernos de los países en desarrollo, la sociedad civil y el sector privado tienen un papel importante que desempeñar en la lucha mundial contra el hambre».

Diouf afirmó que la crisis actual obedece a una combinación del aumento de la demanda de productos agrícolas -debido al crecimiento demográfico-, el desarrollo económico en los países emergentes, la rápida expansión de los biocombustibles y la escasez de suministros al verse la producción afectada negativamente por el cambio climático, en particular la sequía y las inundaciones, en un momento en el que las reservas de cereales -nueve millones de toneladas- se encuentran en su nivel más bajo en 30 años. Estas tendencias se ven agravadas por las medidas restrictivas aplicadas por algunos países exportadores para proteger a sus consumidores y la especulación de los fondos de alto riesgo, indexados y de otros tipos en los mercados de futuros.

Los elevados precios de los insumos agrícolas son un importante obstáculo para el aumento de la producción agrícola en los países en desarrollo. De enero de 2007 a abril de 2008, los precios de los fertilizantes crecieron a un ritmo muy superior al de los alimentos.

Futuros desafíos

Para reducir el número de personas subnutridas en el mundo y satisfacer la demanda creciente, es preciso doblar la producción alimentaria mundial antes de 2050. El incremento de la producción tiene que darse fundamentalmente en países en desarrollo en los que viven las personas pobres y que pasan hambre, y en donde tendrá lugar más del 95 por ciento del aumento previsto de la población. Sus campesinos necesitarán acceso a insumos modernos, instalaciones para el almacenamiento e infraestructuras rurales.

La agricultura mundial también tendrá que afrontar importantes retos como la gestión de recursos hídricos y el cambio climático. Hoy en día más de 1 200 millones de personas viven en cuencas fluviales con una grave carencia de agua y la tendencia hacia una mayor escasez es preocupante. Pero en Africa subsahariana utilizan tan solo el 4 por ciento de sus recursos hídricos renovables. Al mismo tiempo, el mundo pierde cada año entre 5 y 10 millones de hectáreas de tierras agrícolas debido a la degradación del suelo, aunque en Africa, América Latina y Asia central existe todavía un gran potencial para aumentar la superficie cultivada.

«Los gobiernos y los agricultores también tendrán que afrontar los efectos del cambio climático en la agricultura. Si la temperatura media aumenta en más de tres grados centígrados, el rendimiento de los principales cultivos, como el maíz, podría disminuir entre un 20 y 40 por ciento en zonas de África, Asia y América Latina», advirtió Diouf. Además, es probable que las sequías y las inundaciones se intensifiquen y den lugar a mayores pérdidas de cosechas y ganado.

Invertir en agricultura

«La situación actual es el resultado del prolongado abandono de la agricultura en los países en desarrollo por parte de la comunidad internacional», apuntó Diouf. «El porcentaje destinado a la agricultura dentro de la ayuda oficial al desarrollo -añadió- ha disminuido de un 17% en 1980 a tan sólo un 3% en 2006. La inversión en investigación agrícola en los países en desarrollo es inferior al 0,6 por ciento de su PIB, en comparación con valores superiores al 5 por ciento de los países de la OCDE».

Solamente se podrá aumentar la producción agrícola en los países en desarrollo mediante el incremento de la inversión pública y privada. «La FAO estima las necesidades de inversión pública en unos 24 000 millones de dólares EE.UU. anuales suplementarios. Esta cifra incluye mayores recursos para la gestión del agua, carreteras rurales, instalaciones de almacenamiento, así como investigación y extensión agraria», dijo Diouf.

«La cantidad prometida por los donantes en la reciente Cumbre alimentaria de la FAO asciende a unos 20 000 millones de dólares y demuestra claramente que la comunidad internacional está determinada a actuar para apoyar a las comunidades agrícolas de los países pobres,» añadió.

El apoyo a los agricultores de los países en desarrollo mediante el suministro de semillas y fertilizantes debería de ser una prioridad para aumentar la producción agrícola en los países más pobres. Excluyendo a China e India, la producción de cereales de los países de bajos ingresos con déficit de alimentos (PBIDA), disminuyó en un 2,2 por ciento en 2007, en particular en África, y podría bajar más en 2008 ya que los agricultores pobres son incapaces de comprar insumos adecuados a unos precios en constante crecimiento.

«La FAO trabaja actualmente en 35 países apoyando la producción alimentaria mediante el suministro de semillas mejoradas, fertilizantes y otros insumos agrícolas esenciales para la temporada de siembra de este verano, y espera estar operativa en muchos más países en las próximas semanas», recordó Diouf. Además, la FAO ha aprobado recientemente proyectos de su Programa de Cooperación Técnica por valor de 23,7 millones de dólares EE.UU. para apoyar la producción alimentaria en 54 países pobres.

Diouf subrayó que debería darse prioridad a equilibrar la balanza de pagos y los presupuestos de los países con déficit de alimentos. El coste total de las importaciones de alimentos para los PBIDA aumentó en torno a un 37% en 2007 y podría incrementarse en otro 56% en 2008. Actualmente es cuatro veces más elevado que en 2000.

«A medio y largo plazo, deberíamos centrarnos en impulsar las inversiones en agricultura, tanto públicas como privadas, para mejorar las infraestructuras rurales y permitir que los pequeños agricultores se beneficien de las oportunidades que ofrece el mercado. En paralelo, se debe crear capacidad institucional para garantizar la sostenibilidad del desarrollo agrícola» concluyó Diouf.