Luego de largos años de lucha en contra de los capitalistas que se beneficiaron con la privatización de Sidor, años de marchas y huelgas contra la explotación y por la reestatización de la siderúrgica, los obreros lograron derrotar a la transnacional y conquistar el anuncio oficial de que la empresa será nacionalizada. La lucha intransigente […]
Luego de largos años de lucha en contra de los capitalistas que se beneficiaron con la privatización de Sidor, años de marchas y huelgas contra la explotación y por la reestatización de la siderúrgica, los obreros lograron derrotar a la transnacional y conquistar el anuncio oficial de que la empresa será nacionalizada.
La lucha intransigente por un contrato colectivo digno derrotó a la represión bestial de la Guardia Nacional, que dejó decenas de heridos y detenidos, y a la campaña mediática avasallante que desarrolló el consorcio patronal conformado por la Ternium y el Ministerio del Trabajo (Mintrass). Esta campaña no sólo se desarrolló a través de los medios de comunicación privados, como cabe esperar por una cuestión de solidaridad entre capitalistas, sino también a través de medios como el Diario Vea, que publicó a página completa los remitidos de la transnacional y tildó de «contrarrevolucionarios» a los trabajadores en sus editoriales; y VTV, que presentó la posición de Ternium-Mintrass, pero se abstuvo de presentar la justa posición de los trabajadores, representados por el sindicato Sutiss.
Es un triunfo de la clase obrera, que cerró filas junto a los camaradas sidoristas, pronunciándose contundentemente a favor de sus reivindicaciones, y acordando medidas de solidaridad militante con la lucha en Sidor, tal y como se puso en evidencia en la masiva movilización del jueves 29 y en el Encuentro Nacional Sindical del sábado 31 de marzo. Los trabajadores demostraron su conciencia de clase al no caer en las manipulaciones de la transnacional y las contratistas agrupadas en la ACES, en cuya propaganda se hablaba de «intereses personales y partidistas» en las reivindicaciones defendidas por Sutiss. Los sidoristas tampoco se dejaron chantajear por el Ministro del Trabajo, José Ramón Rivero, quien declaró que si los obreros iban a la huelga, el gobierno decretaría la reanudación de faena.
El anuncio realizado por el Vicepresidente de la República implica un giro drástico de la posición gubernamental en el conflicto. Al comprobar la imposibilidad de derrotar a un sindicato con amplio apoyo en las bases, el gobierno abandonó la política desarrollada a través del Mintrass y los cuerpos represivos a favor de la transnacional, y optó por apoyarse en la posición obrera. Los trabajadores tenían meses exigiendo un pronunciamiento presidencial sobre un conflicto que ya era cuestión de Estado. Cuando finalmente llegó ese pronunciamiento, se dio en términos favorables a la posición obrera: el Presidente planteó que el gobierno exigiría a la transnacional que cumpliera con las leyes venezolanas y terminara con la tercerización, y reconoció el papel jugado por los trabajadores en contra del golpe fascista del 2002. Es lógico que se diera en esos términos, justos y correctos, pues el pronunciamiento se logró por la resistencia tenaz de los trabajadores. Finalmente, el anuncio de la nacionalización es una inmensa conquista política de la clase obrera venezolana.
Los trabajadores de Sidor y del resto del país tienen una medida de su fuerza con esta tremenda victoria. Por eso, no deben abandonar su movilización y la utilización de la huelga como instrumento de lucha para seguir avanzando hacia mayores reivindicaciones en la perspectiva de la lucha por el socialismo. Ahora tenemos que exigir la inmediata destitución del ministro del Trabajo, y un cambio en la política gubernamental hacia los trabajadores. Tenemos que exigir también un castigo ejemplar a los responsables de la represión ejercida por la Guardia Nacional el 14 de marzo, tanto a quienes ordenaron como a quienes ejecutaron la violencia. Asimismo, hay que reclamar una nacionalización total de la empresa, bajo control de los trabajadores, para que Sidor produzca en función de los intereses de la mayoría del pueblo.
Ahora, a seguir el ejemplo de Sidor y movilizarnos por la estatización bajo control obrero en Sanitarios Maracay, por la entrega de la Planta de Tratamiento de Desechos Sólidos de Mérida a sus trabajadores, por una ULA TV en manos de sus trabajadores y al servicio de las luchas del pueblo, por la contratación colectiva de los empleados públicos, por el fin de la tercerización a través de cooperativas y contratistas.
Esta experiencia unitaria en torno a objetivos clasistas en Sidor es una demostración de aquello a lo que le temen tanto los enemigos del sindicalismo autónomo, y de por qué en el empresariado y el gobierno hay quienes se oponen a una Unión Nacional de Trabajadores fortalecida, con representantes democráticamente electos. Por eso, la victoria en Sidor debe permitir a las distintas corrientes sindicales avanzar en la consolidación de una UNT autónoma y unificada en torno a una política clasista y revolucionaria, que sea un instrumento poderoso para que la clase obrera avance en su lucha por una sociedad sin explotadores ni explotados.
Colectvo Libre Aquiles Nazoa: http://my.opera.com/clan/blog/