La misión histórica del modo de producción capitalista ha sido desarrollar las «fuerzas productivas» (es decir, la tecnología y el trabajo necesarios para aumentar la producción de bienes y servicios que la sociedad humana necesita o desea). De hecho, la principal afirmación de los partidarios del capitalismo es que es el mejor (incluso el único) sistema de organización social capaz de desarrollar conocimiento científico, tecnología y «capital» humano, a través del «mercado».
El desarrollo de las fuerzas productivas en la historia de la humanidad se mide mejor por el nivel y el ritmo de cambio en la productividad del trabajo. Y no hay duda, como Marx y Engels argumentaron por primera vez en el Manifiesto Comunista, que el capitalismo ha sido el sistema que ha tenido más éxito hasta ahora en aumentar la productividad del trabajo para producir más bienes y servicios para la humanidad (ver mi reciente artículo). En el siguiente gráfico, podemos ver el aumento acelerado de la productividad del trabajo desde el siglo XIX.