En un mundo atrapado en las secuelas de una crisis financiera y en medio de otra más, ¿los economistas de la corriente principal han cambiado sus teorías y las políticas que recetan a efectos de ser más certeros en la descripción de la realidad y que sus aportes tengan mayor validez para las autoridades? En […]
En un mundo atrapado en las secuelas de una crisis financiera y en medio de otra más, ¿los economistas de la corriente principal han cambiado sus teorías y las políticas que recetan a efectos de ser más certeros en la descripción de la realidad y que sus aportes tengan mayor validez para las autoridades?
En gran medida, la crisis provocada por el colapso de Lehman Brothers en 2007 y la crisis del euro causada por los problemas de endeudamiento de Irlanda y Grecia dieron por tierra con las nociones dominantes de que los mercados financieros son eficientes y que los gobiernos no deberían interferir.
Estas nociones ya deberían haberse cuestionado luego de la crisis financiera asiática de 1997-1999. Pero los gobiernos occidentales y el Fondo Monetario Internacional (FMI) lograron desviar la responsabilidad de los fondos especulativos de los países desarrollados y de la desregulación del crédito de los países receptores, y culparon al capitalismo clientelista y a la mala gestión gubernamental. Ahora, que la crisis está en Estados Unidos y Europa, resulta más obvio que la causa son las propias instituciones financieras y los mercados.
La creencia en la teoría del mercado eficiente que no se equivoca y la política de la liberalización financiera y la desregulación basada en esta teoría, facilitaron la libertad de los mercados que posteriormente condujo a las crisis recientes y actuales.
La semana pasada se celebró en Izmir, Turquía, una conferencia en la que destacados economistas y autoridades debatieron sobre el estado de la economía mundial y de la economía como ciencia. Se discutieron las causas y proyecciones de la crisis económica actual, así como el comportamiento de la economía en la predicción y manejo de la crisis.
La mayoría de los ponentes concluyeron que las crisis fueron causadas por la desregulación, la cual desató la bestia de la especulación financiera por parte de grandes bancos y empresas de inversión. También coincidieron en que los economistas y autoridades todavía no han aprendido la lección. En consecuencia, no se han aplicado las reformas básicas necesarias, a la vez que se siguen implementando políticas erróneas. El mundo está al borde de una nueva crisis financiera y una recesión.
Joseph Stiglitz, premio Nóbel de Economía y ex economista principal del Banco Mundial, hizo una fuerte crítica al modelo económico estándar por no haber logrado resolver la crisis financiera debido a que se basó en supuestos equivocados y se plantearon preguntas equivocadas.
El modelo ortodoxo tampoco pudo hacer frente a los temas actuales en debate, como el multiplicador del gasto público, la naturaleza del desapalancamiento y la trampa de la liquidez. Luego de la crisis, los economistas ortodoxos y las autoridades de Estados Unidos adoptaron políticas erróneas.
Stiglitz reclamó un nuevo modelo de la economía que formule las preguntas correctas, que pueda anticipar épocas anormales, identificar los orígenes de las conmociones y describir correctamente lo que está ocurriendo.
Como actividad complementaria de la conferencia, el Banco Central de Turquía coorganizó una mesa redonda sobre corrientes de capital.
Los representantes de bancos centrales y los funcionarios de las instituciones financieras internacionales parecieron coincidir en que las corrientes de capital volátiles a corto plazo están teniendo efectos perniciosos en los países en desarrollo, entre ellos inestabilidad financiera, aumento de los precios de los inmuebles, burbujas del mercado accionario, apreciación de la moneda que resta competitividad a las exportaciones y efectos desestabilizadores como resultado de suspensiones repentinas de las entradas de capital.
El gobernador del Banco Central de Turquía, Erdem Basci, se refirió a las nuevas herramientas de política económica utilizadas en su país para desalentar ingresos de capitales a corto plazo no deseados.
El director del Grupo de los 24, Amar Bhattacharya, resumió las inquietudes de los países en desarrollo sobre los efectos de los aumentos de las entradas de capital y subrayó la serie de acciones que estaban adoptando para hacerles frente, en especial políticas macroeconómicas y medidas prudenciales entre las que se cuentan la intervención del mercado y los controles al capital.
Si bien la mayor parte de la discusión sobre los controles al capital se centraron en la regulación de las entradas de capital, yo presenté el exitoso ejemplo de Malasia en el control selectivo de los egresos de capital, que fue acompañado de varias otras medidas.
La posición del FMI, que tradicionalmente defendió el libre flujo de capital y quiso impedir que los países utilizaran controles, resultó interesante. El funcionario de la institución que participó en la mesa redonda en Izmir reconoció los posibles efectos adversos del libre flujo de capital y los posibles beneficios de los controles al mismo.
Esto es un cambio importante con respecto a la antigua visión rígida del FMI. Pero su representante también subrayó que era necesario proceder con cautela en el uso de esas medidas, ya que podrían tener efectos perjudiciales tanto en el propio país como en otros países. Uno de los ejemplos que dio fue la desviación de fondos indeseables a otros países que no tienen medidas reguladoras.
La forma de contrarrestar esto es, en lugar de impedir o desalentar a los países receptores a que adopten medidas defensivas, dirigir la atención o incluso responsabilizar a los «países de origen» que permiten que sus bancos y fondos de inversión muevan sus fondos masivos por el mundo en busca de ganancias rápidas, con efectos devastadores para los países receptores.
En las sesiones sobre cuestiones de interés de los países en desarrollo, He Fan, de la Academia de Ciencias Sociales de China, analizó los desequilibrios actuales de la economía china y las perspectivas de crecimiento futuro, en función de la urbanización y el gasto de los consumidores en servicios, como forma de compensar la caída de las exportaciones.
El economista principal del South Centre, Yilmaz Akyuz, argumentó que los países en desarrollo no han desacoplado aún sus economías de las de los países desarrollados. Con la prolongada desaceleración mundial, tienen que cambiar sus estrategias de desarrollo basadas en las exportaciones.
Michael Lim Mah Hui, Investigador Principal del Socioeconomic and Environmental Research Institute en Penang, Malasia, destacó las medidas adoptadas en Asia tendientes a una cooperación financiera y monetaria regional.
* Fundador de la Red del Tercer Mundo, director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.
http://agendaglobal.redtercermundo.org.uy/2012/11/09/la-crisis-economica-y-las-nociones-dominantes/