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Presentación del libro de J.F. Martín Seco

«La crisis en Europa se llama euro, una unión monetaria sin unión fiscal»

Fuentes: Faro de Vigo

«La crisis en Europa se llama euro -dijo ayer en el Club FARO el economista J. F. Martín Seco-. El fondo del asunto, por más que quieran buscar otros argumentos, se encuentra en las contradicciones del proyecto y en la inviabilidad de una unión monetaria sin verdadera unión fiscal, a la que Alemania y otros […]

«La crisis en Europa se llama euro -dijo ayer en el Club FARO el economista J. F. Martín Seco-. El fondo del asunto, por más que quieran buscar otros argumentos, se encuentra en las contradicciones del proyecto y en la inviabilidad de una unión monetaria sin verdadera unión fiscal, a la que Alemania y otros países del norte no estarán dispuestos nunca porque toda unión fiscal, por poco progresiva que sea, conduce a fuertes flujos de recursos de las regiones más opulentas a las menos favorecidas. Así, la Unión Monetaria no se puede mantener».

Presentado por el inspector de Hacienda Joaquín Bobillo, el que fue interventor general de la Administración del Estado y Secretario General de Hacienda comenzó su charla refiriéndose a la pregunta que sirvió de título a la conferencia: «¿Hay vida fuera del euro (la dictadura de la moneda única»). «Lo más propio sería preguntarse -djo- si hay vida dentro del euro y yo creo que la respuesta es que no, entendida la vida en un sentido pleno. La eurozona la hace imposible, va contra el bienestar».

Martín Seco, cuyo último libro es «Contra el euro» (editorial Península) sostiene una tesis clara. «Lo que llamamos Unión Europea -dice- ni es europea ni es unión. No es europea porque elimina la democracia, que es su primera víctima, hurta la voluntad democrática. Va contra el estado social. Y no o es unión monetaria porque conduce a la profundización de diferencias entre ciudadanos europeos».

Pâra Martín Seco, «el Banco Central Europeo es un engendro que no sufre la presión popular y ataca la democracia. Se le otorga independencia con respecto al poder político, que es lo único democrático que existe. Lo grave de la unión monetaria es que nos han quitado la política. No la lleva el Gobierno, sino el BCE». La lógica que e este economista explicó ayer puede ser discutible pero es clara, sin abstracciones, implacable en su afirmación. Los ciudadanos europeos, según él, se irán percatando de que la idea de democracia se les escurre poco a poco entre las manos, para quedar reducida a una palabra sin contenido, y que las decisiones económicas, aquellas que afectan fundamentalmente a sus vidas, son tomadas bien por los mercados financieros -eufemismo para indicar los poderes económicos- o bien por instituciones europeas políticamente irresponsables y sobre las que ellos no tienen ninguna influencia.

«Todo esto -afirma- se suma a los sistemas fiscales en un mercado único con libre circulación de capitales, sin armonización fiscal, que lleva a una situación en la que los países del sur de Europa queden totalmente indefensos ante las instituciones europeas. Ya lo vimos en Grecia y en Italia, en donde se impusieron cambios políticos desde ellas, induciendo a crear tecnocracias o elegir tecnócratas que, en román paladino, no son más que vasallajes encubiertos o vasallos del poder económico».

Los costos de toda esta operación que disminuye el estado social responden según Martín Seco a las clásicas peticiones de las grandes empresas (abaratamiento del despido, convenios de empresa, separación de incrementos salariales de la inflación… ) y van recayendo en exclusiva sobre los trabajadores, mientras las rentas empresariales y de capital se ven exentas de toda tributación ante el chantaje de emigrar a otros territorios dentro de la Unión más confortables fiscalmente. «La libre circulación de capitales -dice- crea una competencia entre países que se dirime reduciendo salarios, disminuyendo impuestos a empresas, reduciendo gastos sociales en una carrera al infinito que genera creciente desigualdad entre países».

«Los mandatarios europeos, sobre todo los del sur, debieran recordar según el profesor el endeudamiento en dólares que vivió América Latina. «El FMI solo les prestaba dinero para pagar a sus acreedores ¿cómo iban a salir de la situación? Lo hicieron diciéndole al BCE que no querían su ayuda y negociando quitas directamente con los acreedores internacionales. En este momento la situación de los países del sur de Europa es muy parecida. Cierto que nosotros no estamos endeudados con una moneda extranjera como ellos, el dólar, pero tampoco controlamos la nuestra, sino que lo hace el BCE».

http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2013/02/26/martin-seco-crisis-europa-llama-euro-union-monetaria-union-fiscal/764134.html