«Esta crisis era evitable. Fue el resultado de la acción e inacción humanas». Es la primera conclusión del reciente informe de 545 páginas publicado por la Comisión de destacados expertos nombrados en 2009 por el Congreso para averiguar las causas de «la crisis financiera y económica en los Estados Unidos». Es el final de una […]
«Esta crisis era evitable. Fue el resultado de la acción e inacción humanas». Es la primera conclusión del reciente informe de 545 páginas publicado por la Comisión de destacados expertos nombrados en 2009 por el Congreso para averiguar las causas de «la crisis financiera y económica en los Estados Unidos». Es el final de una seria investigación con múltiples testimonios y extensa documentación, de la que pueden extraerse muchas conclusiones políticas sobre esta crisis que nos ha alcanzado y que muchos se empeñan en ignorar que han sido las finanzas incontroladas las que han traído los graves problemas económicos actuales (los de allí y los de aquí).
«Más de dos años después de lo peor de la crisis financiera, nuestra economía (de los EEUU) así como las comunidades y las familias en todo el país, continúan experimentando las réplicas», dice el prefacio del informe que sin cuestionar el modelo en vigor aporta datos suficientes para percibir sus lagunas y sus claras deficiencias (que nos recuerdan las que observamos aquí)
Tres conclusiones, además de la indicada ya, hay que resaltar porque tienen la autoridad de los diez miembros de la Comisión que las suscriben y en los datos acumulados.
La Comisión concluye que «los extensos fallos en la regulación y la supervisión financiera resultaron devastadores para la estabilidad de los mercados financieros de la nación». Fueron el resultado de más de treinta años de desregulación financiera, dicen. (En España, menos de veinte, diríamos)
Además, (cuarta conclusión en el Informe) «una combinación de prestamismo excesivo, inversiones arriesgadas y falta de transparencia encaminaron al sistema financiero hacia la crisis» (Como aquí, afirmamos)
Abundantes referencias corroboran las conclusiones de este Informe circunscrito a los EEUU, que ha sido presentado ahora al nuevo Congreso, aunque ya aprobó en junio pasado su reforma financiera light con el beneplácito de Wall Street.
Por ejemplo en la página 5, se cuenta que hacia 2007 los cinco Bancos de inversiones más importantes – el desaparecido Bear Stearns, el exitoso Goldman Sachs, el quebrado Lehman Brothers, el Merrill Lynch (comprado por el Banco de America) y el Morgan Stanley – operaban con un capital extraordinariamente escaso, con ratios de apalancamiento de hasta 40 a 1; es decir, que por cada 40 $ dólares en sus activos solamente disponían de un dólar de capital. De modo que habría bastado una caída del 3 % en el valor de sus activos para borrar la firma.
Y otro ejemplo en la página 165 relata el modus operandi de las firmas auditoras. En el período 2006-2007, la firma auditora Clayton Holdings fue contratada para examinar las condiciones de legalidad y solvencia de unas 900,000 hipotecas. Entre las cuales encontró que el 28 % (unas 255,000) eran defectuosas para ser empaquetadas como respaldo de valores bursátiles hipotecarios. Pero los bancos siguieron adelante e incluyeron casi 100,000 de estos préstamos hipotecarios dudosos como respaldo de valores subprimes sin informar de ese carácter a los compradores, a los inversores, como comprobó la propia Comisión. Y ante la cual, el Presidente de esta firma auditora describió estos hechos como «una cuestión de control del calidad».
Sin embargo, de estos hechos y de otros similares que recoge el informe la Comisión no ha deducido denuncia alguna ante las autoridades y los jueces. Por lo que algunos sectores críticos estadounidenses consideran que este informe resulta «muy decepcionante» aunque representa «una acusación muy sólida y documentada del sistema financiero y de los principales protagonistas y entidades que generaron la catástrofe nacional». Pero observan una llamativa omisión que es el fraude masivo que ocurrió en Wall Street (The Nation 3/2/2011). Aquí hemos preferido no investigar.