Orlando Caputo es economista y se ha dedicado casi toda la vida a la actividad académica, excepto en el periodo de gobierno del presidente Salvador Allende, durante el cual estuvo al frente de la industria chilena del cobre. A los 28 años fue designado representante personal de Allende en el comité ejecutivo de Codelco (Corporación […]
Orlando Caputo es economista y se ha dedicado casi toda la vida a la actividad académica, excepto en el periodo de gobierno del presidente Salvador Allende, durante el cual estuvo al frente de la industria chilena del cobre. A los 28 años fue designado representante personal de Allende en el comité ejecutivo de Codelco (Corporación Nacional del Cobre) y luego asumió la gerencia general de dicha empresa pública.
Después del golpe militar se exilió durante 17 años a México y se desempeñó como profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En ese país participó a la fundación de la Red de Estudios de la Economía Mundial (1), de la cual sigue siendo miembro.
Su tema de estudio principal es la economía mundial y enfatiza: «no ‘inter-nacional’, mundial». Caputo revindica una interpretación diferente de la crisis económica actual, «incluso de la que hacen algunos sectores progresistas». Estima que la crisis puede abrir posibilidades y alternativas, pero señala muchas deficiencias en los partidos y una falta de conciencia política en los movimientos sociales. «El capitalismo tiene capacidad para resolver», advierte.
¿Cuál es su interpretación de la crisis mundial actual?
Se trata de una crisis inmobiliaria que se ha transformado en crisis de la economía mundial muy recientemente y pienso que estamos en el inicio de esa crisis mundial.
La crisis misma, desde su inicio, ha sido analizada sobre la base de unos elementos que me parecen muy criticables. Entre ellos es que se señale que es una crisis financiera y que todavía se hable de crisis financiera.
Es muy raro esto porque es una crisis inmobiliaria que agrupa a dos sectores: un sector real y un sector financiero. Pero además se dice que existe una crisis financiera cuando la globalización de la economía mundial ha significado que el capital productivo se haya independizado del capital financiero, relativamente.
En los años 80, el 50% de las ganancias de las empresas productoras de bienes y servicios era captado por el sector financiero. Y esto bajó muchísimo tendencialmente hasta entre el 10 y el 18%. Más aún, estas empresas han tenido ganancias tan elevadas que se han transformado en prestatarias netas del sistema financiero.
Recordemos que la globalización de la economía mundial, apoyada en el neoliberalismo, se dio porque las ganancias y las tasas de ganancias en los 60 y 70 eran bajas. Entonces las empresas empezaron a enfrentar esto abriéndose al mundo, haciendo inversiones en todos lados, exigiendo libre comercio, etc.
Desde el punto de vista de las relaciones sociales de producción ¿qué ha significado la globalización de la economía?
Ha significado un dominio del capital sobre el trabajo: flexibilidad laboral, subcontratación, etc. La flexibilización de los procesos productivos divida el mundo del trabajo. ¿Qué significa esto? Que en el mundo se ha dado una disminución de los salarios, acompañada por un aumento directo de las ganancias.
El aumento de las ganancias se debe a otras razones también y es porque (las empresas) se apropian de los recursos naturales. Además se aumenta también el poder del capital sobre los estados. El neoliberalismo plantea como cosa principal, además de la «libertad de elegir», la propiedad privada sobre los recursos.
El mundo está dominado por grandes transnacionales productoras de bienes y servicios y no por el capital financiero. No quiere decir que el capital financiero no sea importante, es muy importante. Pero el capital necesita crear la ganancia y no solo jugar con ganancias anteriores, acumulaciones de fondos, etc.
«El mundo está dominado por grandes transnacionales productoras de bienes y servicios y no por el capital financiero»
En los países desarrollados se da esa independencia relativa. En el caso de América Latina, el capital financiero mundial y el capital productivo actúan conjuntamente porque las desnacionalizaciones, la organización de la producción y las nuevas empresas se crean con muy poquito capital fresco y con muchos créditos asociados. Así que en América Latina por decirlo la explotación es doble.
Si vemos las cosas de esta manera, esto quiere decir que en el mundo hay un exceso de capital que se va a los fondos, al aparato financiero. Las empresas ponen todo su capital líquido que no van a utilizar, los gobiernos también colocan sus reservas, se forman los fondos soberanos debidos a los altos precios de las materias primas en una época, los fondos de pensiones y también fondos de ahorro de otro tipo, accionarios, etc.
Las empresas no son demandantes de estos créditos porque ellas son prestamistas netas. Entonces se presenta el problema: ¿A quien prestarle? Allí se desarrollan las empresas tecnológicas, las «punto com», que explican la crisis del 2001.
Pero después ¿dónde invierten el capital dinero excesivo? No tienen donde prestar y allí siempre el sector construcción ha jugado un papel importante. No solamente en Estados Unidos sino también en el mundo.
Las empresas no necesitan el capital porque sus inversiones, sus ampliaciones y fusiones las hacen con recursos propios. Claro todo en lo relativo porque se puede demostrar que de 100% obtuvieron 15% de crédito, pero lo que se propone como salida es un desarrollo del sector inmobiliario financiando grandes proyectos habitacionales y financiando grandes créditos.
«Esta crisis nunca fue sólo financiera, es una crisis de la globalización y del neoliberalismo»
Este es el sistema que quebró en Estados Unidos y en otros lados. Esta interpretación es completamente diferente de lo que se puede escuchar sobre el tema. Esta crisis nunca fue sólo financiera, es una crisis de la globalización y del neoliberalismo.
Ahora yo pienso que (la crisis) recién se transformó porque las ganancias en EEUU del resto de las empresas productoras de bienes y servicios no residenciales, no disminuían mucho hasta el segundo trimestre del 2008. Las verdaderas crisis no se pueden desarrollar si no hay una caída profunda de las ganancias y las tasas de ganancia. Y esto está sucediendo ahora.
¿Piensa que esta crisis puede ser una oportunidad para desarrollar alternativas?
Esta crisis podría llevar a la ruptura del proceso de globalización actual y pasar a una economía mundial organizada sobre la base de bloques regionales.
Pero seguir con el análisis de la «crisis financiera» es desplazar la preocupación fundamental de que la contradicción más importante de nuestra época está entre el capital y la sociedad humana, expresada por los trabajadores y por los movimientos sociales que defienden los recursos naturales y la naturaleza.
La crisis puede abrir posibilidades pero creo que hay muchas deficiencias políticas, no hay conciencia. El movimiento está muy débil pero si hubiera conciencia política y si los partidos se ubicaran, podrían surgir procesos de rebelión para exigir nuevas estructuras mundiales, un nuevo sistema financiero y monetario.
En América Latina se podrían lograr muchas cosas: un proceso de integración que considere los intereses de los pueblos y no solo de las empresas, que diversifique las economías nacionales, que no sea sólo de comercio sino un proceso más integrativo global y con una moneda propia, el Banco del Sur, etc. Están dadas las condiciones.
Entrevista realizada en Santiago de Chile
Notas:
(
1) Red de Estudios de la Economía Mundial (www.redem.buap.mx). Orlando Caputo es también miembro del grupo de trabajo de Economía Mundial, Corporaciones Transnacionales y Economías Nacionales del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (www.clacso.org.ar).