Traducción del portugués para Rebelión: Alfredo Iglesias Diéguez
El 16 de agosto de 2016, más de 200 personas, convocadas por el Bloco de Esquerda Socialista (BES) a participar en el seminario «A crise política brasileira e a reorganização da esquerda«, aprobaron la siguiente Declaración:
El Bloco da Esquerda Socialista (BES) está construyendo, junto con numerosas organizaciones, movimientos y militantes independientes que participaron en el acto/debate celebrado el 19 de mayo en que se aprobó la Carta de São Paulo, un proceso amplio y plural de unidad política para la organización, el debate y la acción. Traspasando las fronteras de las siglas partidistas, el movimiento busca profundizar en el debate entre las fuerzas que lo componen con el objeto de consolidar los puntos de unión política entre las distintas fuerzas que componen el BES.
El seminario realizado los días 12 y 13 de agosto es el resultado de esa experiencia y eleva a nuestro proceso a un nivel superior. Fortalecemos nuestros lazos de unidad y confianza y nos abrimos a nuevos sectores de la izquierda socialista brasileña en lucha contra las clases dominantes y por una alternativa consistente a la fracasada política de conciliación de clases representada por el lulismo y el Partido dos Trabalhadores (PT).
Lo que nos movió desde el principio y lo que nos mueve en la actualidad es la disposición firme y clara para resistir a los ataques contra los intereses de la clase trabajadora, de la juventud, de las mujeres, LGTBs, negros, negras e indígenas en medio de la gravísima crisis del capitalismo en Brasil y en el mundo. Identificamos en el proceso de impeachment una maniobra antidemocrática de laclase dominante orientada exclusivamente a crear mejores condiciones de las que existían durante el gobierno de Dilma Rousseff para profundizar en la ofensiva contra los derechos y garantías de los trabajadores y pensionistas.
Dilma y Lula, manteniendo una ilusoria política de alianza de clases, intentaron evitar el impeachment apostando insistentemente en una conciliación con una clase dominante que ya no quiere más acuerdos en esos términos. Esa burguesía optó por el gobierno Temer y su base elitista y corrupta en el Congreso buscando imponer a los trabajadores y al pueblo pobre y oprimido un conjunto de contrarreformas y ataques que afectarán de forma cruel a las actuales y futuras generaciones.
La defensa de un retorno de Dilma para cumplir su mandato no tiene fuerza para movilizar a los trabajadores, quienes al final fueron los más perjudicados con los ajustes promovidos por la propia Presidenta. La esperanza puesta en las elecciones de 2018, como viene insinuando el Partido dos Trabalhadores, de un regreso del lulismo al poder después de que Temer haya hecho el trabajo sucio, se acerca mucho a una traición a la lucha por el ¡Fuera Temer! Y en defensa de los derechos de los trabajadores. A parte de inaceptable para quien está luchando contra los ataques de Temer, esa estrategia es una receta perfecta para la derrota. Si fuimos derrotados ahora, el escenario de 2018 puede ser todavía más difícil.
El gobierno usurpador ya anunció sus ataques, entre los cuales tienen un peso especial la contrarreforma de las pensiones y la fijación de una edad mínima de jubilación; la contrarreforma del derecho laboral, con la pérdida de derechos y las externalizaciones; la contrarreforma fiscal (PEC241), que recorta aún más el gasto público en materia de educación y salud, medidas exigidas por el gran capital que sirven para castigar terriblemente a los trabajadores por una crisis que no provocaron. Además, se profundiza en la política de privatizaciones, en especial en sectores estratégicos, como es el caso del presal y de Petrobras. La represión y la criminalización de los movimientos sociales también gana fuerza con la ley de antiterrorismo y la postura autoritaria del nuevo gobierno ilegítimo.
Es necesario insistir, además, en que ese gobierno ilegítimo está intentando aprobar un proyecto autoritario y discriminatorio para la educación, la Escuela con Mordaza, ridículamente denominado Escuela sin Partido, cuyo objetivo es implantar el obscurantismo en las escuelas y en las universidades e impedir la formación crítica y democrática de la juventud.
Su política de seguridad busca no sólo restringir las libertades democráticas, sino ampliar el exterminio de la población pobre, negra y periférica, la represión y el asesinato de indios y trabajadores rurales fuera de Brasil. A lo que se suma la reforma política que busca limitar la participación democrática de las organizaciones de izquierda.
En São Paulo la situación no es diferente: hace más de 20 años que el Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB), dirige el estado de manera conservadora, privilegiando a los ricos y poderosos, criminalizando los movimientos sociales, privatizando los equipamientos públicos y persiguiendo a los trabajadores y a los movimientos sociales. El gobierno está privatizando, directa o indirectamente, el metro, la compañía de saneamiento del estado (Sabesp), los servicios de salud y persiguiendo a los funcionarios públicos, especialmente a los profesores y trabajadores de la salud, en su justa lucha por mejores condiciones de vida y de trabajo. La policía de São Paulo es una de las más violentas de Brasil y se encuentra en primera línea de batalla en la criminalización de los movimientos sociales. Varias ocupaciones y diversas manifestaciones fueron y son duramente reprimidas. El exterminio de la juventud negra y pobre en la periferia es una terrible realidad.
La lucha de nuestro pueblo contra el gobierno ilegítimo y usurpador está siendo intensa. Tres meses después de la destitución temporal de Dilma, lo que vemos en las manifestaciones por la calle, en los estadios de fútbol, en las presentaciones artísticas y en las manifestaciones durante los Juegos Olímpicos, es una enorme energía y disposición para la lucha que aglutina a la juventud, las mujeres, los trabajadores y las trabajadoras. Así pues, este es el momento de la unidad de la izquierda socialista para canalizar esa inmensa energía buscando una salida en interés de los trabajadores y la juventud, que se diferencie de la política de conciliación de clases y de la ofensiva de la derecha.
Nuestra postura es desde el primer momento la de la unidad de acción con todos y todas aquellas personas que se sitúen en contra del gobierno usurpador de Michel Temer y su política antipopular. Se trata de una cuestión vital para la clase trabajadora y lo mínimo que se puede exigir es la unidad de todas las organizaciones sindicales y populares en esa lucha. Defendemos un proceso de lucha en las diferentes categorías laborales, cuyo objetivo es la convocatoria de una huelga general, lo más unificada posible, contra esos ataques y en busca de una alternativa de los trabajadores.
Queremos resaltar, por otra parte, que en ningún momento deberemos depositar nuestras esperanzas en que la dirección ‘lulista’ o petista pueda conducir esa lucha hasta las últimas consecuencias. Por esa razón, luchamos por la construcción de una alternativa social y política de izquierda socialista construida en las luchas. Defendemos la realización de un Encuentro Nacional de las clases Trabajadoras y del Movimiento Popular con el objetivo de reunir todas las fuerzas anticapitalistas y los movimientos sociales clasistas para construir un programa mínimo y una articulación política que pueda colocar a los trabajadores y a la juventud en movimiento en el sentido de las transformaciones sociales.
La salida que proponemos es el camino de la lucha de los trabajadores y trabajadoras, de la juventud y de todo el pueblo pobre y oprimido de este país por el ¡Fuera Temer!, contra el ajuste fiscal y los ataques contra los trabajadores y por las transformaciones sociales en nuestro país. En esa lucha son los trabajadores y el pueblo quienes deben decidir el rumbo del país, incluso quien debe gobernar y construir una salida por la izquierda, haciendo que los ricos paguen por la crisis.
Una salida por la izquierda de la crisis pasa necesariamente por la auditoría y suspensión del pago de la deuda pública a los grandes especuladores y una mayor presión fiscal sobre las grandes fortunas. Asimismo, también defendemos el control público del sistema financiero. Medidas como esas serán necesarias para que se puedan financiar los servicios públicos de calidad, garantizar el derecho a una pensión digna, la ampliación de los derechos sociales y el desarrollo del país a partir de una lógica social y medioambientalmente adecuada a las necesidades de nuestra clase. También es necesario revolucionar este sistema político fallido y apostar por la radicalización de la democracia en base al poder popular.
Aparte de por esas luchas, estamos por la defensa de los derechos laborales y reproductivos de las mujeres, garantía de servicios de salud, educación, transporte y vivienda para las mujeres pobres y negras. Defendemos las luchas LGTBs contra el retroceso y el reconocimiento del nombre social de los transexuales. De la misma forma, lucharemos contra cualquier forma de opresión (machismo, racismo, LGTBfobia).
Si la crisis y los ataques a los derechos son internacionales, una salida por la izquierda en Brasil debe articularse con la resistencia y la lucha internacional de la clase trabajadora contra el capitalismo, en particular en América Latina. Todas esas luchas y acciones tiene que estar al servicio de la estrategia por la revolución socialista.
Participamos como Bloco da Esquerda Socialista en la manifestación del 31 de julio en São Paulo por el Frente Povo Sem Medo y esperamos que esa manifestación represente una nueva etapa en la lucha contra Temer y su política antipopular, donde una postura independiente de lo que fue el petismo y el ‘lulismo’ pueda hacer avanzar la lucha.
Las organizaciones, movimientos y militantes del Bloco da Esquerda Socialista, también se rebelan contra el actual estado de cosas en el campo de la propia izquierda socialista. El nivel de fragmentación y sectarismo presentes en el último período inviabilizó la construcción de alternativas izquierdas posible en el país. Pero esa situación empieza a modificarse gracias a iniciativas como las nuestras, que entre otras cosas se realizan a nivel nacional. Esas iniciativas unificadoras representan un avance importante en la lucha de nuestro pueblo y es necesario que cada vez estén más unificadas y coordinadas.
A pesar de las contradicciones presentes, el escenario actual es más propicio para la unidad de la izquierda socialista. Es cierto que continúan existiendo presiones oportunistas y sectarias, pero estamos en medio de un importante proceso de reorganización y recomposición de la izquierda socialista. Muchos sectores están sacando conclusiones de la intensa experiencia de luchas y debates desde las masivas jornadas de junio de 2013, el incremento de las huelgas y ocupaciones del movimiento popular, la primavera de las luchas de las mujeres y LGTBs, las ocupaciones de las escuelas por parte de la juventud, la lucha contra la derecha en las calles, pasando por el proceso de impeachment y las luchas actuales por el ¡Fuera Temer!
Es nuestro papel fortalecer los pilares políticos y programáticos, anticapitalistas, clasistas y socialistas y las prácticas democráticas, solidarias, de colaboración y unidad entre las fuerzas de la izquierda socialista. Como continuidad de nuestro proceso de reorganización, proponemos la realización de un Encuentro nacional de todos los frentes y bloques de izquierda socialista que se organizaron en varios estados en los últimos tiempos.
En el Seminario que acabamos de celebrar fortalecimos las bases comunes y aprendimos un poco más a lidiar con las diferencias, sin esconderlas o subestimarlas, pero tratándolas de forma proporcional a su importancia real. Aún tenemos un largo camino por delante, pero estamos en las mejores condiciones para avanzar. Por esa razón, llamamos a todos los luchadores y luchadoras, organizaciones políticas, movimiento sindical y popular y a los colectivos que se inspiran en nuestros mismos ideales de lucha y unidad de izquierda socialista para que se sumen a la construcción de las bases para una verdadera alternativa de izquierda socialista.
Fuente: https://pcb.org.br/portal2/11866