«Es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento.» Carlos Marx Hace más de un año, el comunicador que escribe se entrevistó con el destacado escritor, periodista, académico y luchador social de origen venezolano y residente en la Ciudad de Buenos […]
«Es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento.»
Carlos Marx
Hace más de un año, el comunicador que escribe se entrevistó con el destacado escritor, periodista, académico y luchador social de origen venezolano y residente en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, Modesto Emilio Guerrero (http://www.rebelion.org/
-¿Qué pasó el 6D?
«Lo ocurrido fue la manifestación de un proceso que venía construyéndose y que inevitablemente conduciría a la derrota. Y si no conducía a la derrota, al menos significaría un retroceso político para la llamada Revolución Bolivariana, para la sociedad venezolana y para el movimiento chavista.»
-¿Por qué inevitable?
«No porque se trate de un hecho teleológico o una suerte de maldición pre-escrita, sino porque la construcción del proceso nació torcida, hasta que en octubre de 2012 surgió un proyecto de cambio del Estado. En Venezuela sólo se modificó la arquitectura jurídica, el armado legal, algunos elementos importantes de la vida política (una nueva Constitución), y se modificaron aspectos de la base social que sostienen la gobernabilidad a través de las leyes. Ellas facilitaron mediante la Ley de Tierras, la Ley de Aduanas, la Ley de los Trabajadores y Trabajadoras, y otras, un avance monumental en la sociedad venezolana en el sentido de su progresividad en relación a todo lo conocido anteriormente en el país.»
-Pero ¿cuál consideras el problema fundamental?
«Nunca fue planteada desde el gobierno de manera taxativa la destrucción del Estado burgués y capitalista. El 27 de octubre de 2012, sabiendo que no volvería vivo de La Habana, el Comandante Hugo Chávez le encargó al nuevo gobierno, en la persona de Nicolás Maduro, que derribara de forma inmediata el Estado burocrático burgués, rentista petrolero que rige al país, y que lo transformara sobre sus ruinas en un Estado comunal, fundado en los nuevos organismos que estaban en proceso de desarrollo, que el 2012 eran muy pocos, y que en la actualidad corresponden a alrededor de 1800 comunas trabajando desde el denominado Poder Popular. Chávez, tarde, pero inteligentemente frente a la percepción de los peligros que sufría su gobierno, descubrió que si no se modificaba el tipo de Estado, que no sólo es el aparato político, el chavismo iría lamentablemente a su destrucción. Lo segundo no lo dijo, pero surge como consecuencia lógica de la primera definición que hizo; a saber, la necesidad urgente de cambiar el Estado. De lo contrario, sólo sería un capricho sustituirlo.»
-¿Y cuáles son las determinaciones de ese Estado por transformar?
«Se trata del mismo Estado que teníamos antes de la Revolución. Es el Estado de la Cuarta República, el Estado del enemigo. Es el Estado diseñado hace más de 70 años por Estados Unidos, por sus abogados y economistas. Ese Estado prebendario y rentista de la burguesía venezolana y de la burguesía norteamericana, no podía conducir a una transformación seria, compleja, coherente, integral de la sociedad. Y así fue que, al no ocurrir esa transformación necesaria, inevitablemente se provocó la derrota parlamentaria reciente, y conduciría a una derrota total del gobierno y del chavismo si hubiera una elección presidencial en el próximo período corto.»
-¿Qué le pasó a la sociedad venezolana?
«Se cansó, se llenó de angustia y de una acumulación de problemas que el gobierno no pudo solucionar, a pesar de los intentos y de las correctas actitudes que tuvo el gobierno de Maduro, por ejemplo, metiendo presos a más de 70 gerentes de compañías comerciales nacionales y multinacionales, que han convertido la especulación comercial en el modo de hacer economía en el país.»
-¿Fue una medida suficiente?
«Claramente no. No se puede encarcelar por más de 48 horas o unos pocos días, a lo sumo, a alguien que ha cometido un delito de este tipo. El capitalismo tiene una enorme capacidad de absorción de esos problemas. Simplemente los subsume en el mecanismo infernal de la valorización del capital mediante la especulación comercial, que en Venezuela es mucho más especulativa debido al juego del dólar respecto del bolívar.»
-¿Y en qué consiste ese juego?
«En robarle dólares al Estado para comprar en el exterior, traerlo al país, esconderlo, acapararlo, trasladarlo a Colombia, y retornarlo 8 o 10 días después a un precio inflado, 100 a 200 veces más caro.»
Chávez en el 2012: ‘Me siento infiltrado en este gobierno’
-¿Por qué el gobierno venezolano, teniendo a la vista el repertorio usado por la burguesía y el imperialismo en el Chile de Salvador Allende, incumplió el legado de Chávez?
«La respuesta es sencilla y compleja, a la vez. El Estado de Venezuela durante los años de Chávez, y sobre todo aceleradamente después de su muerte, fue asaltado por una caterva de burócratas, de mafiosos de la economía que emergieron del propio chavismo. Ellos, en asociación con el capital privado, fueron tomando las palancas principales de la economía estatal, y junto con la banca privada, formaron el fatal sistema de negocios basado en comprar y vender en Venezuela. El país, desde 1840, siempre fue una economía ‘de puerto’. Ahora bien; no tan sólo fue una economía ‘de puerto’, que ya es malo para cualquier sociedad, también se trata de una economía de especulación, donde el dólar es la principal mercancía del país, mientras que el bolívar, la moneda nacional, es la mercancía menos valiosa. En una economía así, resulta muy difícil que pueda prosperar el desarrollo y la profesión de las leyes, las cuales son aminoradas frente a una realidad económica que sobrepasa a cualquier legislación.»
-¿Por ejemplo?
«En el 2013, cuando Maduro asumió el Ejecutivo, nombró como Presidenta del Banco Central (BC) a la honesta economista marxista, Edmée Betancourt. Ella, al hacerse cargo del Banco Central, pidió un estado de cuentas, el cual arrojó un haber, un debe y un parque de 23.800 millones de dólares que habían desaparecido del arca del BC y que fueron trasladados legalmente a la banca privada con el fin de importar y luego realizar el negocio de la especulación. Edmée Betancourt fue despedida a las pocas semanas, pero no así el negocio de más de 23 mil millones de dólares, que puede ser el presupuesto de varios países juntos del Caribe y Centroamérica. Esa masa de dinero refleja una nueva razia, no burguesa porque todavía no se constituye como clase social. Es burocrática porque está compuesta por funcionarios, por una parte de las Fuerzas Armadas, del Partido Socialista Unido (PSUV), y en algunos casos, también del sindicalismo. Esa componenda ya estaba cuando Chávez vivía. Por ello, Hugo Chávez, antes de su última partida a Cuba, le confesó a dos de sus amigos, uno de los cuales me lo dijo en forma directa, que ‘Me siento infiltrado en este gobierno’, ¡en su propio gobierno! Ahí observamos la honestidad de Chávez a la hora de reconocer en los hechos, las falencias, las debilidades o tardanzas e incomprensiones políticas. Chávez siempre denunció a la burocracia y a la corrupción al interior del gobierno, pero tarde comprendió que él estaba en minoría en términos de moral política. Hoy existe un general asociado a multinacionales; ministros ligados a negocios privados. Por eso surge con fuerzas por parte del Ejecutivo, hacer un gobierno de coalición, idea que tiene más o menos dos años y medio de vida, pero que nunca había prosperado porque le faltaba la base social. Ahora ya existe esa base social y tiene dos capas: la capa gerencial del Estado y de su dirigencia política (no toda, por supuesto, sino que una porción importante); y la segunda capa corresponde a un amplísimo funcionarado que se convirtió en los últimos años, acelerado en los últimos dos años y medio, en una casta de funcionarios conservadores en el sentido de no querer desafiar más ni cuestionar más el actual estado de cosas. Sólo pretenden vivir tranquilos con lo que tienen. Sin embargo, quien esquive la dialéctica de la historia será tomado por el cuello por esa misma dialéctica. De este modo, fueron asaltados el 6 de diciembre de 2015 porque la realidad no se frena, no hiberna. Entonces, lo que no hiciste como amigo, lo ganó el enemigo como terreno.»
Las causas del retroceso de las vanguardias políticas y el movimiento popular
-Modesto, en una entrevista que te realicé hace más de un año, no sólo advertías las tendencias que trágicamente se han concretado ahora último, sino que planteabas que una salida revolucionaria posible era la reunión de las organizaciones revolucionarias y socialistas, en su sentido más fuerte. ¿Qué ocurrió con ello?
«Pasó lo que ha sucedido en la historia, no siempre, con las vanguardias revolucionarias más activas. Una parte de desmoralizó, otra fue despedida, irradiada; otra fracción decidió apartarse de la función militante y dedicarse a su vida y trabajo privados. Otros se han refugiado en la vida artística. Y estamos hablando de que alrededor de 30 mil cuadros se alejaron de la militancia chavista en los últimos tres años. Se trata de los mejores cuadros políticos y técnicos de la Revolución Bolivariana. Conozco a muchos de ellos.»
-¿Qué impacto contempla ese fenómeno?
«Que el rol intermedio de la vanguardia quedó en manos de los ‘arribistas’, de los que escalan cuando los revolucionarios abandonan sus puestos. De todos aquellos que, en conjunto, hacen la alfombra conservadora de todo lo que significa no desafiar al Estado burgués-capitalista de Venezuela. Puedo ilustrar esta desgracia política con dos ejemplos. Uno es Roland Denis, que como decenas de miles, decidió romper con el PSUV y con el chavismo como movimiento al entender que ya no hay manera de reformar el proceso. Roland Denis es, pese a su juventud, uno de los cuadros políticos mejor formados y de los más probados en las más duras peleas en Venezuela. Él, por ser muy conocido, tuvo la oportunidad de hacer pública su renuncia.
El otro caso es una organización: Marea Socialista ( http://mareasocialista.com.
-¿Y el movimiento de las comunas?
«Es probable, carezco de los datos empíricos, de que parte del movimiento de las comunas haya sido adosado al aparato de Estado y que haya perdido su inicial dinámica transformadora, creativa y progresiva. Es una observación que deduzco del proceso mismo de la vanguardia. También es probable que un segmento del llamado Movimiento del Poder Popular, tenga una vida separada, autónoma. No debe ser casualidad que en los 5 estados donde el chavismo ganó, fueran precisamente donde existe mayor presencia del Poder Popular. Sólo estoy marcando tendencias y probabilidades que determinan a una vanguardia que comenzó su reflujo. Es cierto, se mantiene Marea Socialista y muchas otras formaciones, pero ya no es lo mismo porque se han perdido muchos cuadros.»
Las opciones del chavismo
-¿Cuál es tu caracterización del actual gobierno de Venezuela?
«Es un gobierno que ha ido perdiendo gobernabilidad desde el 2013, cuando Maduro ganó por tres puntos de diferencia. Chávez nunca disminuyó su distancia de 11 a 12 puntos, que es lo que garantiza el margen de gobernabilidad estable para ejercer el poder. Hoy el gobierno se encuentra mucho más débil y demacrado por una situación económica y social incontrolable que, a pesar de haber sido creada desde afuera, la actual administración no contó con la capacidad política y militar para resolverla por medios revolucionarios, sino que prefirió negociar con esa conspiración y, en consecuencia, el resultado ha sido negativo. Perder el poder legislativo sólo es comparable a perder la Corte Suprema o PDVSA (Petróleos de Venezuela). Esa gobernabilidad ya comienza a enfilarse a un despeñadero, cuando las tres cámaras económicas más importantes del país han solicitado a las nuevas autoridades de derecha que se instalan en el Legislativo el próximo 6 de enero de 2016, que deroguen en forma inmediata la Ley de Tierras, Ley del Trabajo y Ley de Aduanas. Y exigen, además, que se imponga la amnistía general, esto es en concreto, la amnistía para tres presos políticos que incitaron a la violencia y al asesinato el año pasado. O sea, que un legislativo con la derecha ostentando mayoría calificada, es trascendente para advertir que esa asamblea parlamentaria se convertirá en el bastión para conducir al referendo revocatorio. Incluso ya se habla de votar una ley que le permita a la Asamblea Nacional destituir al Presidente antes del referendo revocatorio, que constitucionalmente sólo podría convocarse en un año más. Sería una jugada completamente ilegal, como en Paraguay, donde también era ilegal, pero lo hicieron de todos modos. Aquí lo que prima son las relaciones de fuerza. La derecha se siente envalentonada y lo va a intentar.»
-¿Qué puede hacer el gobierno, considerando que en un año más la derecha podría convocar a un referendo revocatorio?
«Tanto el gobierno como el Movimiento del Poder Popular, pueden hacer tres cosas. Resguardando los derechos políticos y democráticos de la población trabajadora, revertir con medidas revolucionarias todo el proceso de declive generalizado del poder chavista. La segunda opción es que el gobierno pacte con la burguesía un gobierno de transición, que ya está en proceso de negociación por algunos de los dirigentes del PSUV. Y la tercera opción es esperar impávidos e impotentes la derrota en un referendo revocatorio. Acá se construye, o en el vacío que dejas, el enemigo hace lo propio y construye tu destrucción.»
Hace poco vi un hecho que provoca alegría y que define el carácter profundamente democrático del movimiento chavista. En ‘La esquina caliente’, que es una suerte de asamblea permanente chavista apostada en la Plaza Bolívar de Caracas, se armó una gigantesca asamblea como de dos mil personas para debatir (que es lo que hacen en esa plaza desde hace 14 años) con el Vicepresidente de la nación, Jorge Arreaza, sobre las causas que condujeron a la derrota. Ese ejercicio permite reconstituir fuerzas desde abajo. Al mismo tiempo, uno de los jefes del chavismo, un ex alcalde, dijo con toda claridad que había que sacarse la careta, basta de arrogancia y mencionemos por qué se produjo esta derrota. Y otros han expresado cosas parecidas. De todos modos lo decisivo será si el Poder Popular, a través de sus organismos militantes, convierten los tres organigramas del Consejo Presidencial del Poder Popular (comuneros, trabajadores y campesinos) en una fuerza para destruir al Estado burgués. Si esos tres organismos que ya existen, más la Ley del Poder Popular y el Programa del Estado comunal, que es una legislación nacional votada, actúan como una fuerza social apoyada en grandes movilizaciones, entonces al gobierno de la asamblea que se monta el 6 de enero de 2016, se le acortaría la medida para hacer lo que quiere hacer porque tendría que enfrentar a un movimiento popular. Si ello no ocurre, en consecuencia el gobierno no habrá entendido nada y estará convalidando, o involuntariamente, facilitando la tarea para que el enemigo se fortalezca en la próxima etapa.»
«Así como se construyen las victorias, también se construyen las derrotas»
-Ahora, ¿qué pasa con las Fuerzas Armadas de Venezuela?
«Allí existen varias incógnitas. Un dato sabido es que los candidatos chavistas del 6D perdieron mayoritariamente en los cuarteles. Quien no sabe, es bueno que se entere de que en Venezuela los militares votan y deliberan. La proporción aproximada entre los que votaron en contra de los chavistas fue de 6 a 4.
En el 2013, cuando Maduro fue candidato presidencial contra Capriles, una fuerte presencia militar no voto por Maduro. Se desconocen los números, pero ninguno sufragó por Capriles, así como muchos se abstuvieron.
Está incógnita está cruzada con la realidad de que las Fuerzas Armadas del país todavía son antiimperialistas, todavía son chavistas y de izquierda. Sin embargo, como no son un organismo sellado de cara a la sociedad, han recibido en los últimos dos años y medio las presiones de la lucha de clases y de la sociedad viva, y se han internalizado de la crisis social. Lo cierto es que no sabemos cuántos militares y oficiales van a girar un poco, en búsqueda de acuerdos con los nuevos legisladores de la Asamblea Nacional. Como ya se probó que Maduro puede ser vencido por el voto, se debilita la tesis del golpe de Estado.»
-Algunos, desde el anticapitalismo y el antiimperialismo, desde el antipatriarcado y el eco-socialismo, advertimos que muchas fuerzas políticas que incluso hicieron la revolución y la guerra política y militar en América Latina y el Caribe en décadas pasadas contra el imperialismo y contra sistemas políticos espurios, criminales y antipopulares, en la actualidad ocupan, a modo de alternancia electoral, ese mismo espacio que perdió el antiguo sistema político dominante. Esto es, que según cada caso y guardando las proporciones y particularidades de cada uno de esos países, se remeda el sistema político norteamericano entre demócratas y republicanos. ¿Qué piensas al respecto para el caso venezolano?
«Ese es el secreto del chavismo a estas alturas, si no hay un cambio radical, desde las bases y los cuadros más revolucionarios del gobierno. Es una forma de socialdemocratización, pero distinta a la antigua socialdemocracia, porque ella viene de vuelta. Nadie retorna igual después de una derrota. El gobierno de Maduro es posible que llegue a amoldarse a la lógica del bipartidismo, a la permanente alternatividad en el poder para administrar un mismo sistema.»
-¿Cuál crees que serán las consecuencias del 6D fuera de Venezuela?
«Yo considero que los movimientos chavistas fuera de Venezuela aún lo están procesando. Va a costar mucho. Como todo modelo, tarda en recomponerse el tejido más vivo del organismo. Al principio, los movimientos chavistas de América Latina se van a negar a comprender que las causas de la derrota no sólo están en los Estados Unidos y su destino de hacerle daño a todo pueblo que se emancipa, como en la derecha venezolana que inventó el desabastecimiento para desgobernabilizar, desquiciar a la sociedad de Venezuela y golpear a Maduro. Allí también existe una complementación con todo lo que no hizo y todo lo que mal hizo el gobierno de Maduro. Comprender esa clasificación inteligente de la realidad cuesta, porque hay un acostumbramiento en la militancia de América Latina a la compensación y al placer, entonces termina odiando o amando, creyendo con fe o rechazando con un mecanismo parecido a la fe. Por eso siempre, desde una zona de la izquierda latinoamericana, frente a nuestras derrotas, se plantean ‘manos oscuras’, teorías conspirativas. No se entiende que las realidades son superiores a todas las brujas (aunque algunas vuelan, ¡claro que vuelan!). El imperialismo, ciertamente conspira, siempre conspira. Pero no es la determinación de los cambios ‘algo extraño’. Así como se construyen las victorias, también se construyen las derrotas. La realidad es la que manda. No nuestros deseos e ilusiones. Como decía Gramsci, las derrotas siempre duelen y hacen difuso el panorama intelectual.»
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.