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OMC: el camino a Hong Kong

La Cumbre no será un éxito

Fuentes: La Jornada

La reunión ministerial de la OMC a celebrarse en China a mediados de diciembre no tiene visos de alcanzar los objetivos fijados para concluir la Ronda de Doha de negociaciones comerciales. Las divergencias entre los países impiden llegar a un acuerdo.

Los participantes en la sexta Reunión Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) llegarán a Hong Kong dentro de tres semanas resignados a no tener un buen resultado que anunciar al final de la cita. No interesa a nadie que el cónclave del 13 al 18 de diciembre repita los fracasos de Seattle (1999) y de Cancún (2003). Todo indica que al final de tensas reuniones y de frases dispensadas a los miles de periodistas que cubrirán el acto, los ministros divulgarán un documento que apuntará los rumbos de la liberalización, pero dejará sin resolver las diferencias más importantes para ser acometidas después.

El objetivo inicial para Hong Kong era generar un entendimiento sobre los métodos de reducción de los aranceles y otras barreras impuestas a la compra y venta de productos agrícolas, industriales y servicios. Esto era necesario para garantizar el éxito de las pláticas sobre la liberalización de las normas que rigen el comercio mundial y que fue lanzada en noviembre de 2001 en Doha, Qatar.

Se ha caminado bastante en esa dirección. Las ofertas de los países y grupos de naciones permiten esbozar un posible entendimiento. Sin embrago, una condición para promover más avances es la de un acuerdo previo sobre agricultura. El Grupo de los 20 (G-20, que reúne a influyentes países en desarrollo como Brasil, China e India, además de México) hizo una oferta sobre la apertura de sus mercados de bienes industriales, para dejar en claro que éste no será motivo de un colapso en las negociaciones. El acuerdo se muestra difícil tras muchas consultas en las últimas semanas entre los gobiernos clave en las negociaciones, Estados Unidos (EU) y la Unión Europea (UE), del lado de los ricos, y el G-20.

El fracaso anticipado de la reunión de Hong Kong transferirá a 2006 los esfuerzos para concluir de modo satisfactorio la Ronda de Doha. Esta debe terminar en marzo de 2007 a más tardar, pues en junio de ese año se agota el mandato que el Congreso estadunidense dio a la administración Bush para negociar y presentar a la ratificación los nuevos acuerdos comerciales, bajo la Autoridad de Promoción Comercial.

Los disensos no se limitan a la negativa de la UE, particularmente de Francia, para liberar el acceso de productos agrícolas a sus mercados.

Las discrepancias que persisten

Tres cuestiones relevantes no han sido resueltas. De la solución de cada una dependen las otras dos. La primera es la fuerte resistencia de EU para reducir los subsidios internos e implementar las decisiones de la OMC. En los últimos dos años hubo un importante aumento de esos subsidios y el poderoso lobby agrícola de EU se ha movilizado para impedir los recortes en su ampliación. En sentido opuesto, la administración Bush está presionada por la situación fiscal agravada por los costos de la guerra de Irak y ya indicó que mejorará la oferta de reducción de subsidios a la producción si la UE hace lo mismo con las barreras que mantiene en el acceso de productos agrícolas.

La segunda gran divergencia se deriva, precisamente, de la resistencia de la UE para ampliar el acceso a su mercado, reduciendo los aranceles agrícolas, los picos tarifarios y ampliando las cuotas muy restrictivas que aplica para limitar las importaciones. En