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La democracia, nueva arma de la subversión de América Latina

Fuentes: Rebelión

Después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, los revolucionarios de América Latina (A.L.), trataron por todos los medios de seguir el ejemplo cubano. Esta amenaza subversiva provocó la reacción de los EEUU instalando dictaduras militares en casi todos los países de los subcontinentes (América Central y del Sur). Una vez aplastados los partidos […]

Después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, los revolucionarios de América Latina (A.L.), trataron por todos los medios de seguir el ejemplo cubano. Esta amenaza subversiva provocó la reacción de los EEUU instalando dictaduras militares en casi todos los países de los subcontinentes (América Central y del Sur). Una vez aplastados los partidos políticos y los movimientos sociales, políticas neoliberales (otra manera de designar el capitalismo) acentuaron y profundizaron los enormes problemas sociales. La explotación, la exclusión y la miseria empujaron las masas desfavorecidas a participar en movimientos cuya potencia comienza, en diversos lugares, a evidenciarse en los resultados de las urnas.

La lista de victorias de candidatos populares, favoreciendo el mejoramiento de las condiciones de vida yde perspectivas de otra sociedad, comenzó con la elección de Hugo Chavez en Venezuela en 1998. La puesta en práctica de medidas sociales eficaces e inmediatamente tangibles por la población de desheredados le aseguraron nuevos triunfos en la decena de comicios electorales siguientes. Otros países se dotaron de gobiernos progresistas a diversos grados : Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia.

Ninguno de estos procesos habría sido posibles sin la existencia de Cuba que resiste a más de 45 años de bloqueo y agresiones de todo tipo de la parte de sucesivas administraciones norteamericanas. En efecto, mas allá del apoyo político, los gestos de solidaridad del gobierno cubano en la realización de inmensas campañas de educació n y de salud se han revelado fundamentales. Por otro lado, esta solidaridad no se detiene en las fronteras de países de A.L. administrados por formaciones políticas de izquierda. El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Honduras, etc, han beneficiado también

de esta apreciable ayuda.

Estos movimientos populares accediendo al poder a través de la urnas constituyen ejemplos a seguir para las poblaciones vecinas. Así, si se considera las intenciones de voto, el candidato indigenista y nacionalista peruano Ollanta Humala tiene bastantes posibilidades de ganar las elecciones presidenciales el 9 de avril próximo después que el acceso al poder de Evo Morales le haya dado un formidable impulso.

Las recientes experiencias electorales en A.L. demuestran que para el sistema capitalista la exclusión de amplios fragmentos de la sociedad es esencial, de manera a poder asegurar su propia reproducción. Paralelamente, la violencia, componente fundamental para el mantenimiento y la perennidad del sistema capitalista es cada vez más evidente.

Uribe ganó las elecciones legislativas en Colombia gracias al empleo de fuerzas paramilitares qui mantienen un estado de terror entre la población, incluso por la eliminación de fuerzas políticas adversas tales como el Frente Patriótico de los cuales más de 4000 de sus militantes fueron asesinados.

En El Salvador la derecha venció en las recientes elecciones gracias al fraude. Además, los salvadoreños exiliados (más de la mitad de la población), no pudieron participar en los comicios.

En Chile, Pinochet impuso una Constitución que evitará al país de volver a encontrarse en la situación de confrontación como aquella vivida en la época de la elección de Allende. Al momento de su promulgación las autoridades del régimen prometieron que «nunca mas» el país se encontraría en una situación parecida. En efecto, la prohibición de ser candidato a todos los dirigentes sociales, la condición de haber completados sus estudios secundarios, la pérdida de derechos cívicos de todos aquellos juzgados y condenados por los tribunales de la dictadura y la exclusión de más de 800.000 chilenos que viven en el extranjero, limitan seriamente las posibilidades de acceso a la elección de candidatos populares. Se debe agregar a esto el modo de excrutinio único en el mundo, el sistema binominal, que asegura la no representación de más del 10% del electorado de izquierda.

Los ideólogos de la dictadura forjaron el concepto de » democracia protegida «. Protegida de todo riesgo de irrupción, a todos los niveles de puestos del Estado de movimientos populares radicales. Su objetivo es que nunca mas surgiese un nuevo Salvador Allende

La violencia es aún el último recurso posible para defender el sistema, pero incluso éste ha mostrado sus límites en Haiti. La victoria de Preval pone en evidencia que, a pesar de la invasión del país, las masas han podido ser capaces de distinguir los representantes de la independencia y el progreso. Y esto a despecho de todos los fraudes y maniobras denunciadas por los observadores independientes. Una vez más, en esta ocasión, la democracia jugó una mala pasada a los teóricos neoliberales.

Una de las prioridades de los gobiernos progresistas instalados en A.L. es la ampliación de la participación popular en todos los dominios de la vida política y cultural. De este modo, las campañas de alfabetización se han multiplicado. Venezuela fue declarado territorio libre de analfabetismo (Chavez recibió por esta proeza el premio José Marti otorgado por la Unesco), Bolivia acaba de arrancar la campaña de alfabetización tanto en lengua española como en lenguas autóctonas, las municipalidades administradas por el FSLN han igualmente iniciado sus propias campañas. La incorporación al cuerpo electoral de miles de personas gracias a la entrega de papeles de identidad, en Venezuela y en Bolivia, permite el acceso a la participación de sectores enteros de la sociedad a la vida política hasta ahora excluidos.

Las medidas tomadas por los EEUU para contrarrestar el desarrollo y la multiplicación de estos procesos, comenzando por el de Cuba (la bestia negra del los USA), tienen efectos contraproducentes incluso entre sus propios aliados. La arrogancia y el desprecio de la administración estadounidense hacia los latinoamericanos han provocado reflejos contrarios a aquellos deseados. El desembarco de más de 800 soldados en República Dominicana en vistas de intervenir en Haiti al momento de las últimas elecciones, indujo la reacción de movimientos y partidos politicos diversos de la sociedad dominicana. La expulsión de diplomaticos cubanos, el 3 de febrero de 2006, del hotel Sheraton de México, bajo el pretexto de la aplicación de la ley estadounidense anticubana Helms-Burton, desencadenó una avalancha de condenaciones, poniendo al gobierno mejicano (aliado de EEUU), en una postura incómoda.

Los EEUU ha, por lo tanto, reaccionado como de costumbre con la mentira, la amenaza y las agresiones de todo tipo. Según los dirigentes norteamericanos algunos de estos elegidos (Chavez, Morales y, por supuesto, Fidel Castro), aunque hayan obtenido ampliamente la mayoría, representan una amenaza para la democracia.

Justo después de la elección qui permitió S. Allende acceder a la cabeza de un país capitalista, Nixon el jefe de la administración norteamericana de la época, trató los electores chilenos de irresponsables y prometió hacer » crujir » la economía del país.

La democracia no rindiendo más los útiles servicios a los dueños del mundo será poco a poco más separada de la panoplia argumentaria por los gerentes del sistema. El imperio se encuentra cada vez más reducido al empleo de la agresión como única posibilidad de alcanzar sus objetivos. En su último discurso del Estado de la Union ante el Congreso, Bush se vio obligado a admitir que » el tiempo no está de nuestro lado » y propuso el aumento de gastos militares como solución.

Desde la guerra fría los ideólogos y dirigentes de las clases dominantes se sirvieron del término » democracia » como un útil de manipulación frente a los países del Este. En el cuadro de esta estrategia los medios de comunicación de masas debían jugar un rol esencial. Hoy día ocurre lo mismo. Las campañas de desinformación y descalificación de las nuevas experiencias populares surgidas en A.L. son retomadas por la gran prensa de países europeos, en particular por periódicos supuestamente progresistas tales como Le Monde y Liberation.

Frente a los chascos electorales, la descalificación de los electores es una técnica aún utilizada. El exemplo mas llamativo fue la virulenta reacción de la prensa francesa adicta al sistema al momento del referendum del 29 de mayo de 2005. Muchas publicaciones de derecha y socialdemócratas, al anuncio de resultados, apostrofaron a los ciudadanos y se embarcaron en una escalada de epítetos despreciativos, afin de descalificar el electorado francés. Se pudo leer términos tales como » populismo «, » masoquismo «, » paranoïa aguda «, » exutorio malsano «, etc.

La » querida » democracia que rindió estupendos servicios a los promotores del sistema capitalista durante la guerra fría, se desacredita poco a poco a los ojos de los potentes de este mundo, y se convierte cada día un poco mas en un arma al servicio de los pueblos para subvertir el orden establecido y lograr un mundo mejor. Apostemos que los ideólogos del sistema estan buscando un concepto, un escudo para hacer frente a la voluntad popular decidida, sobre todo en A.L., pero no solamente allí, a hacerse oír contra el sistema opresor. El teórico austríaco liberal Hans-Hermann Hoppe ha anunciado lo que se avecina asegurando que » va a ser necesario atacar en particular la democracia, un sistema por el cual los desposeídos votan para apropiarse los bienes de aquellos que han adquirido riquezas «. La tarea se anuncia ruda para los agentes pro-capitalistas, pues las máscaras comienzan a caer.

El empeño de los pueblos de A.L. en hacer revoluciones democráticas contribuirá en gran medida, no lo dudemos, a la caída en desgracia de la democracia en los futuros análisis de los teóricos del sistema capitalista.

El resultado más previsible será la puesta en evidencia de la absoluta incompatabilidad entre el sistema capitalista y democracia.

Cuando el avance de la lucha de masas amenaza el sistema, la burguesía y el imperialismo no reconocen ni siquiera sus propias reglas. No sería sorprendente que uno de los próximos blancos prioritarios de los imperialistas fuese esta forma nueva y ampliada de democracia.