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La deuda ayer y hoy en la República Dominicana, una historia de dolor

Fuentes: Rebelión

Sencillamente duele.   En esta Isla, el tema de la deuda pública está asociado a una historia de dolor, término con el que resumimos los quebrantos sufridos por la familia dominicana como consecuencia del manejo irresponsable y doloso que desde antaño ha recibido este problema.   A la fecha, la deuda externa oficialmente reconocida se […]

Sencillamente duele.

 

En esta Isla, el tema de la deuda pública está asociado a una historia de dolor, término con el que resumimos los quebrantos sufridos por la familia dominicana como consecuencia del manejo irresponsable y doloso que desde antaño ha recibido este problema.

 

A la fecha, la deuda externa oficialmente reconocida se estima en unos 6,600 millones de dólares, que a la tasa actual asciende a un monto de alrededor de 200 mil millones de pesos, más una «deuda interna» fruto de los fraudes políticos-bancarios, la emisión de certificados de inversión e intereses superior a los 160 mil millones de pesos.

 

Sumadas, más de 360 mil millones de pesos, representan tres veces el presupuesto público de este año y más de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB). No es más grave, porque el peso se ha revalorizado frente al dólar en casi un 40% en los últimos 9 meses, al pasar de 50 x 1 a menos del 30 por 1.

 

Es una historia manida y repetida, pero ayer como hoy, sigue siendo, lastimosa para nuestra población.

 

Se puede resumir como piratería, fraudes, desorden contable y administrativo, robo vulgar de las finanzas públicas, expolición de los activos físicos de la nación, atropello una y otra vez de la soberanía financiera, económica y política.

 

A finales del siglo XV los españoles llegaron sedientos de oro, riquezas y poder. En breve tiempo nos arruinaron. Posteriormente de México llegaban unos centavos para poder mantener la administración pública, a eso se le dio el nombre de situado.

 

En la parte oeste de la isla, los franceses establecieron un régimen productivo basado en una esclavitud intensiva y horrorosa que limitaba a 7 años promedio la vida útil de cada esclavo. Convirtieron entre finales del siglo XVII y finales del siglo XVIII a Saint Domingue (hoy Haití) en la factoría más rica del mundo de donde sacaron gran parte de las inmensas riquezas que aún hoy, exhiben.

 

No conforme con ello, pusieron un precio increíble para poder reconocer la autonomía de los haitianos, luego de la gran revolución antiesclavista de 1791 y la derrota del ejército napoleónico que concluyó con la declaración de independencia en 1804. Alguien ha estimado que lo que Haití pagó a Francia entre 1804 y 1947, equivale a unos 1,200 millones de euros, monto muy cercado a la supuesta deuda externa de la hermana nación hoy día.

 

En la República Dominicana, desde la separación de la oligarquía haitiana en 1844, las finanzas públicas, las emisiones monetarias y el tema de la deuda han sido manejadas en completo desorden, marco en el cual se han producido graves consecuencias económicas y políticas para la nación.

 

Bastaría recordar las emisiones clandestinas de Pedro Santana y Buena Ventura Báez, los desfalcos que varios piratas y aventureros como el señor Harmont cometieron contra el país en contubernio con políticos inescrupulosos del patio y bajo el amparo de los intereses hegemonistas de las potencias europeas de la época.

 

Algunas de estas deudas, como el famoso empréstito con la Casa Harmont (inglesa) que hizo Buena Ventura Báez en 1869 eran totalmente fraudulentos, sin ninguna base jurídica de sustentación, sin embargo fueron «legitimados» por futuros gobiernos como el de Ulises Heureaux (Lilís) que reconoció principal e intereses increíblemente altos como base para nuevos acuerdos y empréstitos con especuladores como la Casa Westendorp (Holandesa).

 

Lo mismo ocurrió con la San Domingo Improvement Co. (estadounidense) continuadora de la Westendorp, la cual llegó a encargarse de las aduanas a finales del siglo XIX, hizo un manejo fraudulento que generó numerosos conflictos y finalmente el estado norteamericano en una fase de expansión imperialista asumió oficialmente el manejo del problema.

 

En ese contexto y usando el pretexto del desorden de la deuda pública dominicana en los primeros años del siglo XX, el imperialismo norteamericano, controló las aduanas, manejó las finanzas del país, ocupo militarmente la nación, se apoderó de gran parte de las tierras productivas del país para desarrollar la industria azucarera e impuso una situación de dependencia semicolonial que persiste hasta hoy día.

 

Tan fraudulentas eran la mayoría de esas deudas que en un denominado plan de ajuste que se hizo en 1905, los acreedores aceptaron como parte del interés estadounidense que la misma fuera reducida, de unos 42 millones de dólares en que se estimaba, a 20 millones. Naturalmente a los acreedores norteamericanos se le reconoció casi el 100% de sus bonos, pero hubieron tenedores de deuda del país que aceptaron que sus acreencias se le redujeran hasta solo el 10% de lo que supuestamente eran originalmente. Cualquier parecido con el caso argentino de hoy, no es pura casualidad.

 

El control de las aduanas dominicanas y de toda la política comercial y de endeudamiento duró hasta que en 1940 se firmó el tratado Trujillo-Hul mediante el cual las rentas impositivas pasaron más que a control nacional, fueron a dar a la mano del grupo de Trujillo y sus allegados que la utilizaron para crear el más grande complejo de poder industrial, financiero, económico y político concentrado en una persona que jamás hallamos conocido, al menos en el terreno local.

 

Trujillo manejó el tema de la deuda como todo el país a su conveniencia, le favoreció el largo periodo de expansión económica, desde las postrimerías de la segunda guerra mundial hasta poco después de la segunda mitad de la década de los 50.

 

El tema de la deuda externa reapareció a mediados de la década del 60 en el marco de la guerra de abril, cuando la élite estadounidense apadrinó a los sectores neotrujillistas contra la resistencia patriotica, sirviéndole de sustento económico y comenzó a crecer sostenidamente durante los 12 años del gobierno balaguerista (1966-1978), periodo de nueva expansión industrial y consolidación de grupos multinacionales estadounidenses que controlaron las principales inversiones en el sector minero, industrial, de infraestructura pública y comunicaciones.

 

Desde finales de los años setenta y hasta los primeros años de la década del 90, la República Dominicana confrontó serios problemas de balaza de pagos y grandes déficit en la balanza comercial, hasta 1992 la deuda se multiplicó por 4 y buena parte de los préstamos del periodo, se utilizaron para cubrir atrasos en capital e intereses de la misma, con lo cual caímos en lo que muchos denominaron la mecánica de la deuda. Es el periodo de liberalización comercial y financiera, de sucesivos ajustes patrocinados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de importantes cambios en la estructura productiva orientada a los servicios y las exportaciones con predominio de las zonas francas.

 

En 1985 se hizo una reforma monetaria ( y unificación cambiaria) que permitió a un grupo de capitalistas privados pasar al sector público una deuda en dólares contratada con el viejo sistema de paridad fija (1 por 1), con la devaluación posterior, la población tubo que pagar nuevamente este fraude envuelto en tecnicismos económicos.

 

A principio de los 90 la sociedad y economía dominicanas estaban exhaustas con los choques y ajustes de los 80. Una reforma arancelaria, impositiva y monetaria que proveyó mayores recursos al fisco, unos salarios reales y capacidad adquisitiva llevadas al piso con la crisis, una devaluación crónica de la moneda y una política monetaria restrictiva permitieron el relanzamiento de las actividades empresariales muy articuladas ahora a todo el esquema del Consenso de Washington y el ingreso de inversiones extranjeras tras las altas tasas de rentabilidad del nuevo sistema exportador y de servicios.

 

En los 90 la economía creció un promedio cercano al 6%, con baja inflación y el tema de la deuda fue controlado. No dejó sin embargo de tener un componente fraudulento y de ilegitimidad, pues la mayoría de los recursos captados para el pago religioso de la misma que se hizo en ese periodo provinieron de impuestos administrativos ilegales como el llamado diferencial del petróleo y la comisión cambiaria, que solo recientemente fueron más o menos formalmente «legalizados». Ver al final anexo con evolución de la deuda externa dominicana, de acuerdo a cuadro del Banco Central de la República Dominicana.

 

BONOS SOBERANOS, FRAUDES BANCARIOS, DEVALUACION Y NUEVA CRISIS DE LA DEUDA.

 

La deuda ha representado una sangría económica para la República Dominicana, durante las décadas del 80 y el 90 transferimos al exterior por este concepto más de 7 mil millones de dólares, dinero que muy bien pudo dedicarse a enfrentar la situación de pobreza crítica que vive más de la mitad de nuestra población, de acuerdo incluso a las estimaciones más conservadoras de la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN).

 

Una sociedad que en más de 40 años de llamada democracia representativa, no ha resuelto uno solo de sus problemas más elementales: donde a penas el 30% de la población dispone de un precario sistema de saneamiento básico y casi a la mitad no le llega el agua por tuberías, donde el salario mínimo solo cubre un quinto de la canasta básica, el desempleo abierto se aproxima al 20%, el subempleo a más de un 60%, el analfabetismo reconocido a un 18%, el déficit habitacional supera las 700 mil unidades, los problemas medioambientales y sanitarios son graves y donde el gasto social cercano al 30% del presupuesto (5% del PIB) es uno de los más bajos de América Latina y el Mundo.

 

Las élites políticas y empresariales locales, hablan hoy del problema que representa la deuda pública, pero durante más de 10 años cuando se estuvo pagando religiosamente a costa del sufrimiento de la población no decían ni esta boca es mía, el problema es que gracias a los turbios manejos de los últimos 5 o 6 años la deuda pública se ha multiplicado y ahora representa un estorbo para la sacrosanta «estabilidad macroeconómica».

 

Los números del cambio en la deuda en el cuatrienio son los siguientes: En dólares: del 2000 al 2004, la externa paso de US$3,600 a 6,600, se multiplicó por 1.8, pero en pesos el problema se agrava por la devaluación, al pasar de RD$59,400 millones a RD$198,000 millones (calculados al 30 x1), se multiplicó por 3.3, sumándole la deuda interna (que en términos absolutos sube a RD$358,000 millones) se multiplica por 6.

 

Esa deuda no solo se ha multiplicado, sino que ha cambiado su composición. Hasta el 2000 la deuda externa representaba alrededor del 25% del PIB, mientras que ahora como vimos en términos globales supera el 50%, pero además el 80% de esa deuda era con los organismos multilaterales y gobiernos (oficial) y un 20% con la banca privada internacional. La emisión de US$1,100 millones en bonos soberanos, los fraudes políticos-bancarios y la devaluación han transformado la composición: de la que se considera deuda externa, actualmente, el 40% es con el sector privado y si se incluye la interna la ponderación sube al 70%. El problema no solo se ha agravado, sino que se ha complicado y complejizado.

 

La manera en que esta deuda se ha multiplicado en los últimos años ha hacen completamente ilegítima, la mayoría de la población ha sido crucificada por la confluencia de elementos de la crisis económica y acciones abiertamente dolosas de grupos políticos y empresariales que han multiplicado la deuda, la inflación y devaluado la moneda.

 

El caso es que políticos y banqueros han tomado dinero (o papeles que representan dinero) y lo han usado para travesuras, sostener y ampliar sus privilegios y luego le han cargado la cuenta al pueblo, a través de la devaluación, inflación o nuevos impuestos.

 

Y luego para que supuestamente la crisis no sea más grande depositan sus espurios dineros en certificados de inversión del Banco Central, el cual tiene que pagarle tasas de hasta 60% de interés para seguir agrandando sus fortunas y todo con cargo a la deuda pública, o lo es lo mismo, la costilla de los hambrientos.

 

El FMI se presenta como el gran salvador, no lo es, por el contrario es el principal responsable de 20 años de liberalización comercial, financiera y privatizaciones, marco en el cual, Ramoncito Báez y otros banqueros encontraron el ambiente propicio para imitar a sus pares de Wall Street, especulando con papeles y trasegando dólares de la bóvedas del Banco Central, amparados en la impunidad de nuestro medio.

 

¿Cuántos niños han muerto después que la leche pasó de RD$150.00 a RD$600.00 ? ¿No es esto violencia?.

Es muy legítimo que sectores de la élite promuevan marchas contra la criminalidad como la de estos días. ¿ Y quién promueve marchas contra esta mortandad?.

 

Esta multiplicación reciente de la deuda pública dominicana, se inscribe en el perfil fraudulento que hemos visto en otros periodos de nuestra historia y en muchos otros países de nuestro hemisferio.

 

Tenemos legítimo derecho a exigir que la deuda dominicana sea cancelada en el marco de una acción consecuente de nuestros pueblos por la conquista del bienestar y la justicia.

 

DEUDA PUBLICA EXTERNA GLOBAL

A LAS FECHAS INDICADAS

(Cifras preliminares en Millones de US$)

Al

Monto 1/

30-May-1961

14.80

31-Dic-1962

37.30

30-Jun-1966

140.40

31-Dic-1966

155.80

31-Dic-1967

181.80

31-Dic-1968

207.70

31-Dic-1969

234.60

31-Dic-1970

267.10

31-Dic-1971

296.60

31-Dic-1972

325.10

31-Dic-1973

343.00

31-Dic-1974

427.80

31-Dic-1975

471.30

31-Dic-1976

616.60

31-Dic-1977

752.20

31-Ago-1978

940.40

31-Dic-1978

987.40

31-Dic-1979

1,317.20

31-Dic-1980

1,008.00

31-Dic-1981

2,168.20

31-Dic-1982

2,634.90

31-Dic-1983

3,032.30

31-Dic-1984

3,352.30

31-Dic-1985

3,543.10

31-Ago-1986

3,650.90

31-Dic-1986

3,687.00

31-Dic-1987

3,924.00

31-Dic-1988

3,992.00

31-Dic-1989

4,181.21

31-Dic-1990

4,499.12

31-Dic-1991

4,613.71

31-Dic-1992

4,412.80

31-Dic-1993

4,561.50

31-Dic-1994

3,946.42

31-Dic-1995

3,994.27

30-Jun-1996

3,880.03

31-Dic-1996

3,807.31

30-Jun-1997

3,711.86

31-Dic-1997

3,572.18

30-Jun-1998

3,460.52

31-Dic-1998

3,545.36

31-Dic-1999

3,660.90

30-Jun-2000

3,672.33

31-Dic-2000

3,682.12

31-Ago-2001

3,492.99

31-Dic-2001

4,176.84

30-Jun-2002

4,242.65

31-Dic-2002

4,534.95

30-Jun-2003

5,196.64

31-Dic-2003

5,971.43

30-Jun-2004

6,332.02

1/ A partir de 1989 la deuda experimentó un cambio metodólogico, los intereses en atraso incluyen todo tipo de penalizaciones contractuales.

Fuente:Banco Central República Dominicana.