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La deuda pública como condicionante estructural

Fuentes: CADTM [Imagen: Anulación del acuerdo con el FMI. Campaña por la Suspensión de Pagos y Auditoría Ciudadana de la Deuda (Argentina)]

Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre. (Fidel Castro)

Capítulo del Libro «la Deuda en América Latina y el Caribe»- Sección Argentina

Introducción

La deuda eterna La deuda en el sur global siempre fue un condicionante estructural que ha impedido toda forma de emancipación de los pueblos. Sin embargo, desde la profunda crisis capitalista del 2007-2008, se genera, también, en los países del Norte.

Es interesante reflexionar que solo hablamos de deuda cuando debe ser pagada, en raras excepciones somos debidamente informados sobre las deudas públicas cuando son contraídas, a pesar de que se pagan a través de presupuestos estatales. Por otro lado, se entiende que si existen deudas es porque, previamente, hubo un ingreso de recursos por contratación de créditos o emisión de títulos.

Sin embargo, gran parte de las llamadas deudas públicas —internas y externas— no responden exactamente a este criterio, pues han sido generadas sin ninguna contrapartida en bienes, servicios o beneficios para la población. Además, crecen por efecto de intereses
abusivos (intereses sobre intereses), condiciones viciadas, sucesivas refinanciaciones, entre otras estrategias, que provocan la autogeneración continuada de nuevas deudas, mediante un mecanismo que exige una constante entrega de recursos para el pago de elevados intereses, comisiones y gastos, mientras que el saldo de la deuda sigue aumentando. De allí que hablemos de: Deuda Eterna.

La deuda pública

La deuda pública y sus implicancias sociales, políticas, económicas y ecológicas

En primer lugar, es válido interrogarse sobre “¿Quién debe a quién?”.

Uno de los argumentos que utilizamos es que si los países acreedores del Centro, las Instituciones Financiera Internacionales (FMI, BM, BID…), los poderosos “Fondos de Inversión” y grandes Bancos Centrales reclaman una deuda financiera, los países empobrecidos pueden exigir, asimismo, y con mayor legitimidad, una deuda social e histórica, así como una deuda ecológica a sus supuestos acreedores. Desde esta perspectiva, la existencia de una deuda ecológica, social e histórica nos permite reconocer el derecho de los países empobrecidos a la restitución de los recursos que les han sido arrebatados.

Somos conscientes, también, de que no es suficiente con repudiar la deuda, sino que el horizonte es plantear un cambio de estructuras, que no deje intactas las relaciones de poder… Es preciso plantear el rol no solo de la deuda externa, sino del capitalismo como un sistema inhumano de explotación y exclusión social donde siguen intactas las estructuras de poder que mantienen las relaciones desiguales entre centro y periferia.

Es por este motivo que, desde la Autoconvocatoria por la Suspensión de Pagos e Investigación de la Deuda, en Argentina, y desde múltiples redes y organizaciones, a nivel continental y global, luchamos contra los procesos de endeudamiento y, planteamos la suspensión de pagos y en simultáneo una Auditoria Integral y Participativa que nos permita la abolición de toda aquella deuda que esté dentro de las categorías de ilegítima, ilegal, odiosa e insustentable. No estamos de acuerdo con el perdón parcial de la deuda o su renegociación. Tampoco creemos ni aceptamos, por ejemplo, diferentes mecanismos como el de cambio de deuda por acciones climáticas… pues, en ese caso, estamos reconociendo una deuda que, como ya manifestamos, es repudiable en su mayor parte.

Somos conscientes, también, de que no es suficiente con repudiar la deuda, sino que el horizonte es plantear un cambio de estructuras, que no deje intactas las relaciones de poder (relaciones en las que difícilmente se puede obviar el papel que ha desempeñado la deuda externa como herramienta de control político por parte de los países del Centro, las grandes empresas trasnacionales, Bancos Centrales, Fondos de Inversión…). Es preciso plantear el rol no solo de la deuda externa, sino del capitalismo como un sistema inhumano de explotación y exclusión social donde siguen intactas las estructuras de poder que mantienen las relaciones desiguales entre centro y periferia.

Es en ese marco en que la deuda y la imposición del libre comercio actuaron y actúan como poderosos factores de sometimiento de los Estados y de transferencia de riqueza de los pueblos de la periferia hacia las clases capitalistas del centro, mientras que las clases dominantes locales, también, reciben beneficios.

Por ese motivo, dijimos al comienzo que “la deuda ha sido y es un condicionante estructural” de la economía, de las políticas públicas, del modelo de desarrollo, del modo de inserción global.

Y esto fue así, históricamente, en Argentina y en todos los países del sur global.

Vale la pena interrogarse: ¿por qué los países de la periferia aceptan políticas conservadoras con respecto a la gestión de la deuda internacional?

Según reflexiones de Éric Toussaint, portavoz del CADTM:

Desde el comienzo del siglo XIX, las clases dominantes del sur global (o sea, el conjunto de países que antes se designaban bajo el término de tercer mundo o periferia, en oposición a las potencias imperialistas o centro) son favorables a la financiación del Estado mediante la deuda, ya que eso les permite pagar lo menos posible en impuestos.

Además, el hecho de que los gobiernos de esos países contraen las deudas en moneda extranjera (en libras esterlinas y francos franceses en el siglo XIX, y en dólares, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial) les permite tener acceso a las divisas necesarias para importar productos y servicios necesarios para sus actividades y su consumo. Finalmente, las clases dominantes obtienen un ingreso, una renta del endeudamiento público ya que adquieren títulos de la deuda soberana, ya sea interna o externa. (Toussaint, 2018)

La deuda ha sido y es un condicionante estructural de la economía, de las políticas públicas, del modelo de desarrollo, del modo de inserción global.

También, es preciso señalar que en los años 1970-1980, con la ola neoliberal, los acreedores lograron una erosión de la inmunidad de los Estados. Lo consiguieron gracias a la acción de diferentes actores: los gobiernos de las grandes potencias, en particular el gobierno de Estados Unidos y el del Reino Unido; los órganos de justicia de los diferentes países; el Banco Mundial y el FMI; además de los gobiernos de los países del sur que renunciaron al ejercicio pleno y completo de sus soberanías respectivas, al delegar a jurisdicciones extranjeras, en particular la del Estado de Nueva York o a la del Reino Unido el poder de intervenir en caso de litigio en materia de deuda soberana. Situación similar se presenta en relación a los Tratados de Libre Comercio [TLC] en todas sus formas. Ambos instrumentos actúan, por lo tanto, como mecanismos de dominación de los países centrales sobre los periféricos.

La financiarización y el sistema deuda

La financiarización corresponde a la actual fase del capitalismo, iniciada en los años 70: es el modo de acumulación de riqueza asentada en el excesivo poder del sector financiero mundial.

El capital especulativo, basado en trabajo improductivo, se impone, hoy más que nunca, al trabajo productivo y aparentemente puja por llegar a los límites más extremos. Este sistema opera de manera similar en todo el mundo. El enorme poder internacional que tiene le permite controlar las estructuras legales, políticas, económicas y de comunicación de los países, generando diversos mecanismos que viabilizan esta dominación.

Uno de los mecanismos de que se vale es la deuda pública, cuyo coste es trasladado directamente a la sociedad, en particular a los más pobres, tanto por medio del pago de elevados impuestos sobre todo lo que consumen como por la ausencia o insuficiencia de servicios públicos a los que tienen derecho —salud, educación, vivienda, pensiones y jubilaciones— y, además, entregando el patrimonio público mediante las privatizaciones y la explotación, de forma ilimitada, de los bienes naturales de los países de la periferia, con daños ambientales, ecológicos y sociales irreparables.

Corren tiempos difíciles. El mundo se enfrenta con un recrudecimiento de la incertidumbre, con una guerra que viene a sumarse a una pandemia persistente y en evolución continua, que ha entrado ya en su tercer año. Además, los problemas que existían antes de la pandemia continúan, como el aumento de la vulnerabilidad de la deuda en todo el mundo, alcanzando el 256 % del PBI mundial.

Por otro lado, según las nuevas proyecciones de la ONU, el PÌB global será este año, 2022, de 3,1 %, casi un punto menos de lo que se estimó en enero. La inflación, en tanto, avanzará una media de 6,7 %, impulsada por los precios de los alimentos y la energía. El deterioro incluye a los motores económicos: Estados Unidos, China y la Unión Europea.

 ¿Cuál es la situación en Argentina?

Según el último informe de la Secretaría de Finanzas, la Deuda Pública Bruta en Argentina pasó de USD 313 299 millones en noviembre de 2019 a USD 353 514 millones en el mismo mes de 2021. Esto muestra la falacia de que renegociar con los acreedores privados y acordar con el FMI para diferir el pago de una deuda claramente, ilegítima, ilegal y odiosa.

La Autoconvocatoria por la Suspensión de Pago e Investigación de la Deuda es un espacio abierto constituido por movimientos y organizaciones sociales, sindicales, políticas, ambientales, de DD. HH… propone la suspensión inmediata del pago de la deuda pública (externa e interna) que debe acompañarse de una auditoría, con participación ciudadana, con el fin de identificar la parte ilegítima e ilegal y proceder a anularla.

Por ese motivo fue que a partir del tratamiento de la ley de “restauración de la sostenibilidad de la deuda pública emitida bajo ley extranjera”, el 29 de enero de 2020, presentamos públicamente la Autoconvocatoria por la Suspensión de Pago e Investigación de la Deuda. Este espacio abierto constituido por movimientos y organizaciones sociales, sindicales, políticas, ambientales, de DD. HH., etcétera, propone la suspensión inmediata del pago de la deuda pública (externa e interna) que debe acompañarse de una auditoría, con participación ciudadana, con el fin de identificar la parte ilegítima e ilegal y proceder a anularla.

A partir de ese momento se realizaron y se realizan múltiples iniciativas de sensibilización y denuncia en todo el país. La más importante es el Juicio Popular, que condenó a la deuda y a los acuerdos con el FMI por ser crímenes de lesa humanidad. Este Tribunal Popular reafirma la urgente necesidad de suspender todo pago e investigar la deuda. Este proceso que duró, aproximadamente, un año, abrió nuevos caminos de lucha, de articulación y de vinculación con múltiples temáticas que nos permiten argumentar con relación a nuestro derecho de no pagar una deuda odiosa que no debemos.

Consideramos que frente a la profundización de los procesos de endeudamiento en Argentina y en los países del sur global la solución tiene que ver con el ejercicio de la soberanía. Un gobierno debe tomar la decisión unilateral de suspensión de pago y auditoría integral y participativa, basándose en la jurisprudencia, el derecho internacional, el derecho interno, su constitución interna a lo que debe sumarse el apoyo popular que le permita tomar una decisión justificada de manera soberana.

Por eso, es importante la auditoría integral y participativa, informar a la ciudadanía el resultado del análisis de las deudas reclamadas, que le permita tener legitimidad en la decisión y contar con el apoyo popular. El gobierno de un país endeudado, si está convencido de que tiene el derecho de negarse a pagar, tiene que tomar una decisión fuerte para construir la correlación de fuerzas frente a los acreedores.

En relación con los falsos mitos del “default”, los resultados de minuciosas investigaciones sobre las cesaciones de pago correspondientes a unos cuarenta países (entre ellos Argentina 2001-2005; Rusia 1998-2003 y otros casos) determinan que: “Los períodos de cesación de pagos marcan el comienzo de la recuperación económica”.

Romper con la “normalidad”

Además, es necesario denunciar el nefasto rol que, desde hace setenta y ocho años, vienen cumpliendo las IFI (FMI, BM, OMC, BID, etcétera). ¿Puede alguien pensar que de golpe se volvieron “buenas”?

¿Cómo pensar las soluciones en el marco de la profunda crisis capitalista global, la terrible pandemia (no terminada) y la guerra, recientemente declarada? Creemos que las soluciones que se deben proponer, desde el campo popular, a nivel Internacional y nacional deben ser RADICALES. Por lo tanto, insistimos:

Hay que romper con la “normalidad” que nos trajo hasta aquí, es decir, hay que repensar y cambiar, fundamentalmente, el modo de producción, las relaciones de propiedad, las relaciones de los seres humanos con la naturaleza, el modo de vivir, dar otra dimensión a las relaciones en la producción.

Precisamos una verdadera revolución no solo en las mentes, sino también social para que el 99 % de los ciudadanos del mundo retomen las riendas de su destino respecto a ese 1 % que, hasta ahora, se aprovechó de la situación para acumular riquezas.

Recordando las palabras del revolucionario panafricanista Thomas Sankara: “No se crean cambios fundamentales sin un mínimo de locura. Algo que se convierte en inconformismo, en el valor de rechazar las fórmulas preconcebidas, el de inventar el futuro”.

Bibliografía

Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la deuda. (29 de diciembre de 2020). Somos Acreedores. Compendio Gráfico del Juicio Popular a la Deuda y al FMI. https://autoconvocatoriadeuda.blogspot.com/2020/

Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la deuda. (17 de diciembre de 2020). Fallo del Tribunal del Juicio Popular a la Deuda y al FMI. https://autoconvocatoriadeuda.blogspot.com/2020/12/ fallo-del-tribunal-del-juicio-popular.html

Colectivo Política en Red. (2007). Repensar la política. En la era de los movimientos y las redes. Buenos Aires: Editorial Icaria.

Toussaint, E. (2010). Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus
orígenes hasta la actualidad. Buenos Aires: Editorial Icaria.

Toussaint, E. (2018). Sistema deuda. Historia sobre las deudas soberanas y su
repudio. Buenos Aires: Editorial Metrópolis.

Toussaint, E. (9 de agosto de 2022). ¿Por qué las élites del Sur Global son favorables al endeudamiento? Cómo los acreedores consiguieron ventajas sobre los Estados deudores y cómo se está respondiendo a ese hecho. CADTM. https://www.cadtm.org/Por-que-las-elites-del-Sur-Global-son-favorablesal-endeudamiento-Como-los

Descargar el libro

Puedes descargar el libro completo a partir del siguiente enlace:
https://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/bitstream/CLACSO/248281/1/La-deuda-AL-Caribe.pdf

Maria Elena Saludas. ATTAC/CADTM Argentina

Fuente: http://www.cadtm.org/La-deuda-publica-como-condicionante-estructural