Venezuela ha obtenido altas ganancias con sus millonarias compras de deuda pública de otros países sudamericanos en medio de las críticas de los sectores financieros locales.Con su elevada captación de divisas por los altos precios del petróleo, del que es el mayor exportador de América Latina, Venezuela se ha convertido en el financiero de las […]
Venezuela ha obtenido altas ganancias con sus millonarias compras de deuda pública de otros países sudamericanos en medio de las críticas de los sectores financieros locales.
Con su elevada captación de divisas por los altos precios del petróleo, del que es el mayor exportador de América Latina, Venezuela se ha convertido en el financiero de las obligaciones de algunas naciones del sur y efectuado recompras de su propia deuda.
A mediados de 2005, el gobierno venezolano inició la compra de títulos de deuda argentina por unos 2.800 millones de dólares, y 25 millones de dólares en bonos de la deuda de Ecuador.
Los gobiernos de Costa Rica y Bolivia han pedido al gobierno de Hugo Chávez que compre títulos de la deuda.
La semana pasada, el ejecutivo venezolano anunció la compra de 100 millones de dólares de papeles de una empresa hidroeléctrica paraguaya, la cual tiene una deuda con el Estado brasileño por 19. 000 millones de dólares.
También Chávez dio su aprobación a la compra 100 millones de dólares en bonos brasileños.
El 4 de julio, el presidente argentino Néstor Kirchner visitó a Chávez en el marco de la adhesión de Venezuela al Mercado Común del Sur (Mercosur) y propuso la creación de un instrumento financiero de deuda binacional llamado ‘bono del sur’.
El Bono del Sur fue creado con la intención de generar una fuente de ingresos muy importante para consolidar procesos estratégicos de inversión y de reconversión, que van a permitir un buen retorno en el mercado de capitales.
Este bono trajo como consecuencia la compra, en julio, por parte de Venezuela de 245 millones de dólares más, en bonos de la deuda argentina, los que se suman a los casi 3.000 millones de dólares que ya había invertido en los pasados 14 meses.
El ministerio de Finanzas venezolano ha revendido hasta ahora el 76 por ciento de los papeles argentinos a los bancos locales, obteniendo ganancias por 201 millones de dólares.
Por eso, hasta ahora, esta decisión del gobierno venezolano de comprar papeles de deuda foráneos ha dado sus frutos en términos de rentabilidad.
Algunos sectores de oposición incluidos conocidos economistas, consideran que el gobierno de Hugo Chávez debería darle prioridad a los problemas de pobreza de su país y no aliviar la carga de la deuda de otras naciones.
Algunos analistas, como el economista Orlando Ochoa, consideran que las transacciones con bonos de la deuda argentina aunque han generado ganancias a los bancos y al gobierno, han ocasionado un aumento de la oferta en el mercado paralelo.
El especialista se refiere a que los títulos argentinos se han negociado en el mercado venezolano a un tipo de cambio promedio de 2.380 bolívares por dólar, muy por encima de la tasa de cambio oficial en el país que es de 2.150 bolívares por dólar.
Cuando las instituciones bancarias reciben los papeles y se desprenden de ellos obtienen dólares que venden en el mercado paralelo a un precio de 2.600 bolívares. Esto último, a su juicio, crea un impacto en el mercado paralelo de divisas. En Venezuela existe un control de cambios desde febrero de 2003.
El profesor universitario Luis Zambrano aseguró que esos papeles son utilizados por el gobierno como política monetaria, al lograr retirar el exceso de liquidez.
‘Al ser títulos emitidos por otras economías se puede restringir el circulante y satisfacer la demanda de divisas. Se esteriliza liquidez sin aumentar la deuda y se obtiene una utilidad cambiaria’, apuntó Zambrano.
A pesar de todos los detractores de estas negociaciones con bonos de deuda pública extranjera, el gobierno venezolano también ha utilizado parte de los ingresos de estas transacciones en aligerar su deuda externa.
El ejecutivo compró en el primer semestre de este año 3.900 millones dólares en bonos de la deuda externa venezolana.
Y aunque el ministerio de Finanzas no ha anunciado formalmente los resultados, Venezuela ha logrado reducir sus obligaciones este año de 31.000 millones a 26.100 millones de dólares.
Sumado a esto, el ministerio de Finanzas venezolano se prepara para reducir el número de convenios bilaterales y cancelar algunos préstamos con organismos multilaterales.