A los economistas y los historiadores les fascinan los grandes números, los números redondos. Yo me incluyo.Porque son psicológicos. Como que marcan un antes y un después. Hoy es uno de esos días. De esos grandes números redondos. Hoy, 6 de septiembre de 2007, la deuda del gobierno federal de los Estados Unidos alcanzó la […]
A los economistas y los historiadores les fascinan los grandes números, los números redondos. Yo me incluyo.
Porque son psicológicos. Como que marcan un antes y un después. Hoy es uno de esos días. De esos grandes números redondos. Hoy, 6 de septiembre de 2007, la deuda del gobierno federal de los Estados Unidos alcanzó la escalofriante cifra de los 9 billones de dólares. Es decir, un millón de millones nueve veces. Un diez a la doceava potencia por nueve. Hay una web que sigue el asunto segundo a segundo. De ahí saco los datos que transcribo abajo.
Y ahora, para que Ud. tenga también un panorama histórico de cómo viene esto, y del temerario curso que tiene todo este proceso en los últimos 15 años, cuelgo el gráfico de abajo.
Pero, sepa el dilecto lector, que lo anterior consignado es sólo lo que tiene que ver con la deuda del gobierno federal. Ese monto no incluye las provincias, los municipios, no incluye las deudas de los consumidores ni de las empresas. Ahí el panorama empeora más aún. Como Ud. puede ver en el gráfico de abajo con la sumatoria de todo pasamos a estar en el 300 % del producto bruto interno. Estamos en los mismos niveles de endeudamiento de los años previos a «la gran depresión» de los años 30 del siglo XX. Idem de concentración del ingreso. Idem concentración de la riqueza.
¿Ud. quiere entender cómo se llegó a esto? Simplificando un poco [porque estamos moviéndonos dentro de los límites de un artículo corto, de divulgación rápida, no de un ensayo], todo pasa porque se gasta más que lo que se ingresa. Se consume más que lo que se produce. Norteamérica gasta. Norteamérica consume. Norteamérica deglute. Norteamérica devora. El gobierno gasta. Muchas guerras. Las guerras son carísimas. Pocos estudiaron bien lo caras que son las guerras. La economía norteamericana es un parásito. Los tipos devoran y entregan papeles pintados de verde que todavía el mundo sigue denominando dólares. Pero, mientras era un superimperio militar cuyo poderío infundía el terror, vaya a Ud. a decirle al Imperio que es un parásito. No se podía. No daban las relaciones de fuerza. Pero ahora resulta que 20 mil guerrilleros sunitas iraquíes decididos empantanaron la famosa tecnología de ensueño. Y Afganistán lo suyo. Y ese consumir más que lo que se produce, durante años y años (y ya van 35 de déficit comercial), genera déficit comercial con el exterior, ese déficit se va acumulando, se va generando deuda y a esto se le van sumando otros factores, y otros más… y el resultado es de lo que a Ud. acá le estoy resumiendo rapidito como para tomar nota del día histórico.
¿Pagarán?
Horacio Garetto es miembro de Cubadebate y Rebelión.