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La confrontación que se aproxima entre nacionalismo y revolución

La doble victoria de una lucha verdadera

Fuentes: Aporrea

Chávez anunció este 17 de Agosto la nacionalización tanto del oro que hace formalmente parte de reservas del Banco Central regalado hasta ahora a las arcas bancarias del norte, de las reversas monetarias, como de las tierras auríferas situadas del sur del Orinoco. Siendo esta última una medida que legal y lógicamente involucraría todas las […]

Chávez anunció este 17 de Agosto la nacionalización tanto del oro que hace formalmente parte de reservas del Banco Central regalado hasta ahora a las arcas bancarias del norte, de las reversas monetarias, como de las tierras auríferas situadas del sur del Orinoco. Siendo esta última una medida que legal y lógicamente involucraría todas las riquezas desde el oriente del estado Bolívar hasta el sur de Amazonas- vistas como un cinturón de reservas metálicas que, comenzando por el oro, luego el hierro y la bauxita, luego el diamante, luego el coltán y pare de contar, en estos momentos suman centeneras de miles de millones de dólares en reservas probadas y a flor de tierra. La persistencia de lucha física, movimiental y comunicacional llevada adelante por el movimiento de trabajadores mineros, obreros, indígenas y colectivos involucrados en esta pelea desde hace casi veinte años, ha tenido con esta medida una contundente victoria estratégica que, vista desde el polo revolucionario de base, abre el camino para unificar una agenda inconmensurable de lucha que permite la articulación directa sobre una sola visión la lucha libertaria de sectores totalmente heterogéneos. Se trata de los ejes concentrados en la batalla por la territorialidad indígenas, el combate por el control obrero llevado adelante en las industrias básicas de Guayana, la lucha minera por el control social de nuestro subsuelo y los frutos de su riqueza, la lucha en general por la soberanía tanto de nuestra tierra como la preservación de estas en función de un desarrollo radicalmente contrario al que nos imponen las lacras devastadoras del imperialismo y sus agentes nacionales públicos y privados.

Todo esto evidentemente que no ha sido fácil, tampoco será fácil de ahora en adelante. Lo que ha pasado después de la presión impuesta en las últimas semanas, entre otras, bajo la denuncia de «la conspiración dorada del sur», simplemente abre el camino a lo posible, a lo hermoso, a la irreverencia guevarista cuando afirma que cuando lo extraordinario se hace cotidiano es que entramos en revolución. Se abre el camino porque al fin se sitúa el debate sobre el interés general y no el de las mafias incrustadas en todo el sur del Orinoco que han estado a punto (entre ellas la mafia rusa y el grupo Agapov bajo la directa colaboración de sus acólitos en el banco central, en la cancillería, en ministerio de industrias básicas, en la gobernación de Bolívar) de garantizarse el primer gran despojo mundial de reservas en minerales escasos del siglo XXI.

El debate en adelante se sitúa sobre dos planos: por un lado desde hoy mismo comenzó la contraofensiva dentro de los acólitos gobierno y el grupo Agapov de convertirse del día a la mañana en unos apasionados nacionalistas. Las declaraciones desde Londres del tal señor Agapov en El Nacional lo confirman. Si no funciona el lenguaje rastrero de la necesidad de ceder para garantizar las alianzas estratégicas internacionales, el nacionalismo perfecto les sirve para convertirse en héroes y garantizar un control tecnocrático y burocrático sobre la riqueza nacionalizada, convertirla en un garante seguro para el pago de deudas internacionales y resituar el movimiento de capital sobre una nación abstracta, homologada y resumida a sus cuentas presupuestarias, haciendo de su riqueza un medio directo de acumulación para las nuevas burguesías y la visión corporativa-burocrática de estado. Entre fracciones militares, civiles, políticas y por supuesto transnacionales, se reparten esta alternativa, enfrentando una controversia con la oposición que se resume a la escogencia de este u otro campo imperialista internacional como aliado privilegiado (Rusia-China vs EEUU-Europa, polo en crisis, polo en ascendencia). Es el problema de donde ponemos nuestras reservas internacionales, aquí o allá.

Obviamente que suenan mucho mejor los chinos y rusos, y no el rastrerismo proyanki de la oposición, por tratarse estados capitalistas no ofensivos militarmente en el mundo por ahora, lo que nos protege de la agresión yanqui, pero hasta allí. Hacia dentro y vean lo que ha pasado el sur de Bolívar su comportamiento empresarial privado es exactamente igual a cualquier explotador capitalista o peor incluso.

Lo cierto, a la hora de pasar a las consecuencias concretas y reales sobre el pueblo y la clase trabajadora de esta alternativa, es que el nacionalismo sin más al mismo tiempo que recupera para la nación la riqueza saqueada prepara las condiciones para redireccionar el proceso explotador sobre nuevas condiciones y nuevas patronales que se mueven con la misma lógica pero blindados por la cobertura de la bandera nacional y en nuestro caso el «socialismo». En este caso concreto al hablar de oro la mira va hacia dos objetivos: se construye finalmente una enorme corporación nacional que toma en sus manos el oro y posiblemente todo lo que son minerales escasos, lo cual está muy bien, pero se traza una línea de desarrollo donde se «obreriza» de nuevo al trabajador (la plusvalía se concentra en Caracas en manos de ministros, directores y empresarios) se borra del camino el desarrollo autogobernante territorial, se renuevan las alianzas transnacionales (es lo que está haciendo Agapov -desde Londres- huyendo hacia adelante en las declaraciones que da con la colaboración de El Nacional y el Wall Street) y se ratifica el contexto hasta ahora invariable de lo que es nuestra sumisión al plan regional del Banco Mundial y el IIRSA. Cosa que muy bien hace Giordani al poner sobre el tapete el plan Orinoco-Apure, el trazado de puentes, carreteras, unificaciones fluviales, etc (ya en el Perijá Arias Cár denas habla de las centrales eléctricas de carbón, es en definitiva el mismo plan), todo dirigido en favor del fluido del gran capital en el continente, la muerte de nuestras comunidades campesinas e indígenas y la barbarie saqueadora que tienen preparada contra todo el territorio amazónico. Por otro lado, como segundo objetivo se van preparando un conjunto de ofensivas (el Plan Caura ahora llamado Canaima creo empezó para lo que debía ser pero terminó siendo una ofensiva contra el pobre) que en el caso específico del territorio aurífero será contra el pequeño minero, los trabajadores y las comunidades indígenas que bajo esta visión quedarán situados como simple fuerza de trabajo bajo el patronato tecnocrático del estado y las transnacionales aliadas. La ofensiva «nacionalista» contra el pueblo está clarita y es inevitable, pero de frente está el pueblo mismo y esperemos la conciencia y decisión de quien ha sido su primer líder todo estos años, el Presidente Chávez.

Precisamente la bondad de las decisiones tomadas está en que ellas, si se quedan solo hasta allí claro que nos condenan al plan «nacionalista» pero así mismo abren escenario para darle toda legitimidad y posibilidad a un plan profundamente socialista y revolucionario que no se quede estancado «en el rescate a la nación del suelo, el subsuelo y las reservas internacionales» sino que cambie por entero las relaciones de producción y la visión de desarrollo y liberación de todo lo que ha sido el territorio olvidado y entregado del sur. En el caso del oro es fundamental sacar las mafias transnacionales de allí empezando por este grupo ruso. Reemprender un tratado totalmente distinto con todo lo que tenga que ver con transnacionales donde la producción quede bajo nuestro control y desarrollo tecnológico propio. Que en vez de estar «obrerizando» al trabajador se construyan corredores mineros de explotación en manos de comunas y cooperativas mineras, bajo supervisión y ayuda del estado, que acaben con la tragedia de la pequeña minería y emprendan un plan de rescate social, ambiental y de salud al minero y las destrozadas comunidades del sur. Que lo más importante de las riquezas explotadas en vez de ir a las arcas de la burocracia y el banco central únicamente, puedan ser el punto de partida para fondos estratégicos manejados por estas comunas y que garanticen toda forma de desarrollo alternativo de esta inmensa región bajo una visión enteramente socialista e igualitaria que garantice el respeto a la madre tierra. Siendo estos fondos útiles no solo para una población específica sino que sirvan incluso para el desarrollo autogestionario de otras regiones en asociación horizontal de comuna a comuna a nivel nacional. Que este plan sirva para acelerar el proceso de autodemarcación indígena donde seguridad territorial, formas de explotación y participación indígena en todo esto sea finalmente establecida, rompiendo la historia nefasta de opresión militar, transculturización, expropiación territorial y humillación a la comunidad indígena que perdura hasta hoy.

En fin se abre una cadena de posibilidades que se han venido luchando desde la constitución de la comuna de Nuevo Callao en 1995, momento en que los mineros sacaron de nuestra tierra a la bestia inglesa apostada allí y construyeron la primera comuna minera llegando a tener diez hombres trabajando dentro de ella y donde se hicieron hospitales, escuelas, proyectos agrícolas, de vivienda en el medio de la selva. Todo quedó congelado luego porque no había posibilidad de seguir adelante sin tecnología para ello. Vino el gobierno revolucionario pero en doce años no se hecho mas que repetir la historia y disolver la masa trabajadora y los pueblos del sur del Orinoco en la miseria y marginalidad que hoy siguen viviendo.

Además este no es un camino para «liberar mineros» ni a nadie en particular. La nacionalización puede tener dos filones, o se hace porque el precio del oro es un deleite para resolver problemas de deudas nacionales, inversiones y expectativas de los nuevos ricachones, integrados a las bandas de gobierno aliadas a uno u otro jefe, o se hace con una finalidad realmente revolucionaria donde se comience un proceso relacionado a toda esta vasta región que involucra incluso la faja petrolífera de Orinoco. Una ruptura histórica donde los que vivimos en esta tierra de una vez por todas entendamos que si nuestras inmensas riquezas las asumimos como fuente de liberación y no de reciclaje de una misma condición de pendejos productores de materias primas, estaríamos acabando con la mentalidad del paria como decía Mariátegui y asumiendo plenamente la condición de digna de pueblo, donde esa misma riqueza nos sirva a todos nosotros y al mundo. No permitamos que se repita la historia de las nacionalizaciones petroleras. Y no hablemos solo por el aprovechamiento de un ´pueblo en particular, al mundo entero podemos traer para que participe con sus saberes y disposición común de la invención de un «otro mundo y otra sociedad» aquí con nosotros si nos disponemos a ello.

Esto no va a ser nada fácil, priva siempre la mentalidad del estado burgués donde ve todo este tipo de cosas se ve únicamente desde el ángulo de los presupuestos , la seguridad, las alianzas, el afianzamiento de la clase en el poder, la pragmática capitalista. Por los momentos el plan de saboteo a las industrias básicas -entre ellas la del oro- denunciado por Elio Sayago presidente de Alcasa donde involucra directamente a Nicolás Maduro, el chino Khan y el gobernador Rangel Gómez, ha recibido un cuerazo importante gracias a una decisión del presidente. Falta evidentemente la activación del protagonismo colectivo para lograr los objetivos básicos y una visión de clase y de «otra política» donde realmente veamos esto como un punto de partida privilegiado para integrar distintas estrategias y cartas de lucha diseminadas hoy en todo el sur de Venezuela.

Termino estas letras con el reconocimiento de otra victoria maravillosa, dentro de una dimensión distinta más humilde pero tan importante como los grandes intereses de la nación. Ligada desgraciadamente al dolor de un padre, el viejo Ivan Perez cuyos dos hijos fueron asesinados hace tres años por la macabra policía de Lara, aún intacta. Gracias a una lucha de este viejo camarada y querido por todo el pueblo de Lara por su ejemplo y entereza, además del Frente Clasista Argimiro Gabaldón, al menos un acto justiciero se ha logrado: han sido condenados a 22 y 27 años de prisión los ejecutantes y colaboradores -todos policías- del asesinato de los hijos de Ivan. Bravo hermano que su lucha dolorosa que es ejemplo para todos, falta que este mismo acto justiciero empiece a darse con los centenares de luchadores asesinados estos años por las huestes del sicatariato y las policías patronales que aún comandan todo el sistema policial y de justicia. Que viva la vida entonces, claro que sí, pero lo único que garantiza esa vida dignamente vivida es el pueblo en lucha, es el ejemplo que nos dan estas dos victorias de ayer.

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Fuente: http://aporrea.org/actualidad/a128694.html