Corría el año 2015 cuando un destacado economista de un emergente partido en el Reino de España -Ciudadanos- acababa de publicar un ensayo titulado «Recuperar el futuro, doce propuestas que cambiarán España» (Ediciones Península). Ocho años después su autor acaba de fichar para el equipo económico con el que el PP de Alberto Núñez Feijoo quiere gobernar España.
En ese ensayo se definía el núcleo de una Gran Coalición al estilo alemán. Centrismo neoliberal con el que ya entonces se lograría un pacto PSOE-Ciudadanos. Y que ahora podría hacer que el PP pueda circular por Europa como si un clon Feijoo-Macron (nucleares sí, por supuesto) hubiera aterrizado en la Moncloa. Para así simular nada tener que ver con la derecha extrema.
Los autores de ese libro (Luis Garicano y Antonio Roldán) ofrecían por entonces una hoja de ruta con un poderoso tirón mediático y electoral porque se alineaban plenamente con los intereses económicos más poderosos del país. Para ellos la enfermedad de fondo de la economía española se centra en un déficit exterior crónico que sólo puede mantenerse a costa del endeudamiento del país.