Tras seis años de implantada la dolarización en el Ecuador, este sistema sigue hoy sin aportar beneficios a la población y la economía nacional se mantiene sustentada por los ingresos petroleros, remesas y tributos.Desde que el entonces presidente Jamil Mahuad anunció el 9 de enero del 2000 el cambio del sucre (antigua moneda nacional) al […]
Tras seis años de implantada la dolarización en el Ecuador, este sistema sigue hoy sin aportar beneficios a la población y la economía nacional se mantiene sustentada por los ingresos petroleros, remesas y tributos.
Desde que el entonces presidente Jamil Mahuad anunció el 9 de enero del 2000 el cambio del sucre (antigua moneda nacional) al dólar estadounidense, no se han cumplido los pronósticos de una vida mejor para la ciudadanía.
La adopción de esa moneda, motivada por una hiperinflación del 96,1%, un elevado gasto público y el aumento de los costos de producción, no trajo cambios favorables.
El desempleo no bajó y sobrepasa el 10% de la población activa, a pesar de que más de un millón de nacionales abandonaron el país durante estos últimos años debido a la falta de puestos de trabajo y el encarecimiento de la vida.
El subempleo supera el 50% de la ciudadanía y la canasta familiar básica (CFB), ascendente a 437,41 dólares, sigue inalcanzable para la gran mayoría de hogares.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) si a una familia le faltaban 89,3 dólares para comprar la CFB en el año de la dolarización, ahora le faltan 157 dólares.
Con la dolarización, los productos nacionales se encarecieron y durante seis años no han dejado de subir, mientras la inflación, que debía mantenerse estable, creció en el 2005, debido a la poca productividad y el incremento de gasto público.
Tal situación motivó una reducción del poder adquisitivo y las posibilidades de empleo, disparándose de paso las cifras de emigración.
Si bien las exportaciones aumentaron, el ascenso ha sido a un ritmo menor que el de las importaciones, lo cual causó que el déficit comercial privado (sin contar el petróleo) pase de 728 millones de dólares en 2000 a 3.168 millones a octubre pasado.
Las promesas de varios economistas, que aseguraron con el dólar un blindaje de la economía, quedaron en simples vaticinios y hoy se realizan rigurosos reajustes al presupuesto nacional para evitar un colapso en el país.
A pesar de estas decepciones, apenas se levanta una voz para reclamar un cambio la situación imperante y recuperar la soberanía monetaria que necesita del Ecuador.
Lo cierto es que la dolarización se mantiene gracias a los altos precios del petróleo, los miles de millones que envían los ecuatorianos residentes en otros países y los altos impuestos.
La productividad sigue, en cambio, baja y algunos hablan hasta de un continúo decrecimiento económico y la inestabilidad política reinante, por la pugna Ejecutivo-Legislativo, frena todo intención de reformar el caduco sistema democrático del país
El presidente del Banco Central, Mauricio Pareja, señaló que el 3,3% de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) logrado en el 2005 habría sido impulsado por la inflación (en principio, por un aumento del gasto).