La dolarización no ha logrado frenar el aumento de la pobreza en Ecuador, aunque la divisa estadounidense atenuó su avance, según se desprende de una encuesta del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC), difundida hoy. La encuesta oficial constata que en los sectores urbanos del país cuatro de cada 10 personas sobreviven con menos de […]
La dolarización no ha logrado frenar el aumento de la pobreza en Ecuador, aunque la divisa estadounidense atenuó su avance, según se desprende de una encuesta del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC), difundida hoy.
La encuesta oficial constata que en los sectores urbanos del país cuatro de cada 10 personas sobreviven con menos de 2,7 dólares al día.
La dolarización, adoptada en Ecuador en 2000, sólo ha logrado «atenuar» el crecimiento de la pobreza, cuyos índices no muestran mayores variaciones en el último lustro.
El 41,4 por ciento de la población urbana, es decir, 3,21 millones de personas, es pobre en las ciudades ecuatorianas, mientras que 586.000 ciudadanos son indigentes, según los datos del INEC.
Para el coordinador de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de Hogares Urbanos, Jofre Calderón, la estadística señala que la pobreza se ha mantenido en los mismos niveles durante los casi cinco años de vigencia de la dolarización.
Recordó que ese sistema económico fue adoptado por Ecuador tras la severa crisis económica, política y social que se desató en el país a partir de 1999, cuando el sucre, la antigua moneda nacional llegó a niveles de depreciación de más del 300 por ciento.
El dólar se cotizaba en 1999 a unos 7.000 sucres, pero en enero de 2000 su valor subió a más de 25.000 hasta desató una «hiper-inflación» que rondó el cien por ciento.
El ex presidente Jamil Mahuad, que en enero de 2000 anunció la puesta en marchan de la dolarización, dijo que con ese sistema iban a acabar los problemas económicos del país.
Mahuad fue derrocado el 21 de enero de ese año, pero su sucesor, Gustavo Noboa (2000-2003) mantuvo la dolarización, y el actual gobernante, Lucio Gutiérrez, ha excluido cambiar el sistema monetario.
Gutiérrez aún ve futuro con la dolarización, sobre todo por la notable reducción de la inflación, que ronda el dos por ciento anual, aunque ha aclarado que el sistema, por sí solo, no resolverá los problemas de pobreza y desigualdad en su país.
Calderón recordó que en 1999 la pobreza afectaba al 41,9 por ciento de la población y sólo ha bajado décimas hasta 2004, mientras que el índice de indigencia, del 8,9 hace cinco años, se ha reducido al 7,6 por ciento en la actualidad.
En la región costera, donde se asientan ciudades como Guayaquil, Machala, Manta y Portoviejo, entre otras, la situación es grave, ya que uno de cada 10 habitantes es indigente y uno de cada dos es pobre.
En Ecuador se considera indigente a la persona que sólo tiene ingresos máximos de 1,3 dólares al día, mientras que un pobre en Ecuador es el que sobrevive con 2,7 dólares diarios.
El técnico del INEC precisó que el próximo año se llevará a cabo un estudio sobre la pobreza en los sectores rurales, donde se calcula que el 70 por ciento vive bajo el umbral de la pobreza.
Calderón también indicó que en Ecuador el 20 por ciento de la población más pobre recibe apenas el cinco por ciento del ingreso nacional, mientras que el mismo porcentaje del sector más rico acapara el 48 por ciento de la riqueza.
Para el funcionario, más que la dolarización, han sido las remesas de dinero que envían al país los emigrantes ecuatorianos desde el exterior las que han impedido que la pobreza se agrave aún más en el país andino.
Con ingresos anuales de 1.500 millones de dólares, las remesas se han convertido en la segunda fuente de recursos para Ecuador, sólo superado por las exportaciones petroleras que, a su vez, han sido el sosten de la macroeconomía nacional.
Con casi 2.000 millones de dólares, las ventas petroleras financian el 35 por ciento del presupuesto estatal, ingresos que en la actualidad son aupados por el buen precio que goza el crudo en los mercados internacionales.