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Breve análisis de los paraísos fiscales

La economía de cloacas e incienso

Fuentes: Rebelión

El presente microensayo asume su desarrollo comprendiendo la circunstancia política y económica que atañe al mundo en relación a la existencia de países cuyas facilidades en la exigencia tributaria, los ha categorizado como «Paraísos Fiscales», considerando como detonante central de la problemática propuesta, la reciente publicación por parte del Consorcio Internacional de Periodistas (ICIJ siglas […]

El presente microensayo asume su desarrollo comprendiendo la circunstancia política y económica que atañe al mundo en relación a la existencia de países cuyas facilidades en la exigencia tributaria, los ha categorizado como «Paraísos Fiscales», considerando como detonante central de la problemática propuesta, la reciente publicación por parte del Consorcio Internacional de Periodistas (ICIJ siglas en inglés) respecto a los «Panamá papers». En todo el mundo se han desvelado cuantiosas personas tanto naturales como jurídicas, empresas de diversa índole y razón social cuyo involucramiento ha sido explícito en casos de elusión y posible evasión de impuestos por el uso de fideicomisos en territorios relativos al listado de países que encajan en las características expuestas por la OCDE, que supone una directriz sobre la cual los países miembros de la Organización de la Cooperación y Desarrollo Económico pueden delimitar los horizontes de acción legal dentro sus respectivos sistemas financieros.

El análisis emprende a partir de la disparidad socio-económica de la población mundial como premisa fundamental al momento de comprender la singularidad dentro de la brecha abismal expresada a través de la segmentación por ingresoy consumo de la sociedad (globalizada) humana, la misma que denota una dinámica estructuralmenteinjusta.

«Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se convirtieron en veneno. » (Galeano, 1970)

Parecemos estar ligados a una heterogeneidad estructural de la economía y los poderes financieros que parecen determinar a su vez los poderes políticos, un sistema cínicamente comprometido desde la corrupción de sus estamentos e instituciones, marcando nuestra identidad global como sociedad humana, arraigados a la servidumbre de un caudillismo opacado, como reflexiona la organización sin lucro OXFAM, una economía mundial para el uno por ciento (1%), concierne por tanto revisar sus cálculos expresados en su informe doscientos seis (206) a inicios del dos mil dieseis (2016):  

«En 2015, sólo 62 personas poseían la misma riqueza que 3.600 millones (la mitad más pobre de la humanidad). No hace mucho, en 2010, eran 388 personas.  

La riqueza en manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 45% en apenas cinco años, algo más de medio billón de dólares (542.000 millones) desde 2010, hasta alcanzar 1,76 billones de dólares.Mientras tanto, la riqueza en manos de la mitad más pobre de la población se redujo en más de un billón de dólares en el mismo periodo, un desplome del 38%.» (OXFAM, 2016). 

A partir de estos datos que contextualizan la dinámica voraz de la economía actual, oportuna el plantear la naturaleza misma de los impuestos, que da una pauta del roll que estos deben cumplir en la interacción dialéctica sociedad-mercado donde el estado es su directo gestor:  

«… las distintas políticas tributarias pueden permitir que los ricos se hagan más ricos, o por el contrario contener el crecimiento de la desigualdad » (Stiglitz, 2012). 

Se materializa entonces la esencia que supone el pago de impuestos, su función y objetivo se enmarcan en el alivio de las disparidades sistémicas dentro de nuestras sociedades y sus economías que han adoptado un capitalismo darwiniano de supervivencia insaciable.

«<…> las deducciones fiscales sobre los ingresos devengados que complementan los ingresos de las familias trabajadoras pobres, por sí solos rebajan la tasa de pobreza en 2 puntos porcentuales. Las subvenciones a la vivienda, los cupones de alimentos y las becas de comedor tienen todas ellas importantes efectos a la hora de reducir la pobreza» (Stiglitz, 2012). 

El mito de la reducción de impuestos  

Incluso considerando el argumento central de la reducción en el cobro de impuestos y el peso de las responsabilidades tributarias, que supone, que el disminuir los mismo o anularlos, permitirá una aceleración en la dinámica de inversión privada que a su vez significará un crecimiento en la recaudación de impuesto mediante el método de política tributaria » impositivo marginal máximo». 

«De hecho, Reagan había prometido que los efectos sobre los incentivos de sus rebajas de impuestos iban a ser tan potentes que los ingresos por impuestos iban a aumentar. Y, sin embargo, lo único que aumentó fue el déficit.» Y hablando de laexperiencia de Bush bajo el mismo régimen de reducción en impuestos «el ahorro no aumentó; por el contrario, la tasa de ahorro de los hogares bajó hasta su mínimo histórico (prácticamente hasta cero).» (Stiglitz, 2012). 

Expresado así la condición de los impuestos, resulta desdeñoso asumir que la reducción de impuestos salva al estado o lo vuelve inmediata e íntegramentetentador a la inversión privada, y mucho menos que el uso de fideicomisos en el exterior resguarda de alguna forma la tan mitificada inversión privada, cuando la castra de su propósito (invertir) al congelarla en cuentas bancarias dentro de paraísos fiscales, castrando a su vez la maniobrabilidad y recursos de los estados. 

Es así como Stiglitz invita a: «Clausurar los centros bancarios en paraísos fiscales (y sus correspondientes centros asociados en territorio nacional)» cuyo propósito esencial es «burlar con tanto éxito la normativa, así como promover el fraude y la evasión fiscal.» Y concluye finalmente que;»No tiene sentido que haya tanta actividad financiera en las islas Caimán; ni el país ni su clima tienen nada que favorezca la actividad bancaria. Tan solo existe por una razón: burlar la normativa.» (Stiglitz, 2012).

Los riesgos para la regulación financiera son considerables. Incluso para las organizaciones internacionales que actualmente son responsables de la supervisión y regulación del sistema financiero global , es un navegar a través de manglar laberintos cubiertos en una niebla estadística tan gruesa que apenas intuimos los peligros. Y sólo se vislumbra levemente la distribución global de los activos financieros, y casi sin perspectiva la cantidad de activos escondidos en paraísos fiscales.  

«Gabriel Zucman fue capaz de demostrar <…> que grandes cantidades de activos financieros no declarados se mantienen en los paraísos fiscales. Según sus cálculos prudentes, estos ascienden a casi el 10 por ciento del PIB mundial.» (Piketty, 2013) .

Tomando en cuenta que este porcentaje ya fue considerado escaso por el mismo Piketty, y que su valor real podría alcanzar el 30 por ciento, sin conocer aún todos los activos financieros resguardados en Panamá.Un optimista, es un idiota simpático. Un pesimista, un idiota antipático. La situación es evitar ser idiota, pero el ser pesimistas resulta indispensable. Y es, ese pesimismo esperanzado, o ese optimismo trágico, el único que nos permite identificar que a lo mejor, como es nuestro caso, no estamos peleando contra molinos de viento, sino, contra auténticos gigantes.  

La existencia de países institucionalmente compuestos como estados donde el peso tributario es parcialmente bajo o nulo, supone en economía, una afección a la dinámica de los capitales, los cuales se ven empujados al enclaustre dentro de cuentas «offshore» y fideicomisos los que tentativamente ofrecen un rendimiento determinado por tasas de interés relativamente altas, pero sobre todo, la exoneración de cualquier tipo de carga o responsabilidad tributaria, es decir desconociendo cualquier compromiso social, cultural, ambiental, económico o político dado en los países donde se produjo dicha riqueza, bajo el interés particular e inmoral, aunque legítimo, de reducción de costos para dichas empresas. En esto reside la relevancia de este breve análisis más allá de ambigüedades o determinismos individuales, si los capitales son guardados en bancos, de por sí, supone un estancamiento o declive en la inversión privada, y, por tanto, en el desarrollo mismo de la sociedad humana, y si a esto se le suma la elusión del gravamen social, ambiental y económico que incorpora la producción de riqueza, no solo se está cargando al sector público el desarrollo y mantenimiento de la infraestructura de los países, sino se le está arrebatando los instrumentos para hacerlo.

«El sistema tributario ideales, por lo tanto, es un compromiso entre la lógica de incentivos (que favorece un impuesto sobre el capital social) y una lógica de seguro (que favorece un impuesto sobre el flujo de ingresos derivada del capital)» La solución reside en que «bancos, compañías de seguros y otros intermediarios financieros» estén «obligados a informar a las autoridades fiscales sobre las cuentas bancarias y otros activos que administran.» Lo que parece mejor adaptado a la condición financiera mundial «que el método arcaico de pedir a todas las personas declarar honestamente lo mucho que tienen.», «Una solución simple: Transmisión automática de información bancaria » (Piketty, 2013 )

Lo que abiertamente supone una ruptura del sigilo bancario, pero la construcción de un sistema financiero transparente de responsabilidades económicas marcadas, y la desavenencia de la articulación mafiosa que supone el capital privado mundial.

Consideremos entonces, el aporte obligatorio de los bienes en paraísos fiscales, teniendo por base la reforma de la Ley Solidaria por el Terremoto en el Ecuador, donde a estos fideicomisos se les carga un 1,8% para el capital accionario en jurisdicciones de tributación preferente y de 0,9 para los que no. Y la revelación de carácter público de:

«La información que contribuya a identificar la propiedad y las operaciones de los residentes en el Ecuador con terceros ubicados en paraísos fiscales, así como las prácticas de planificación fiscal agresiva, no estarán sujetas a la reserva establecida en este artículo.» (ASAMBLEA NACIONAL, 2016)

 Como tambié n, dar voz a la invitación del Gobierno ecuatoriano a inhabilitar a funcionarios y dignatarios del estado que posean o tengan relación con cuentas en paraísos f iscales, pues claramente revela un atentado a su encargo de franqueza y claridad en el proceso de desarrollo de sus países.  

 

Bibliografía  

Asamblea Nacional (2016). Ley Orgánica de Solidaridad y de Corres-ponsabilidad Ciudadana para la Reconstrucción y Reactivación de las Zonas Afectadas por el Terremoto de 16 de abril de 2016. Quito: Registro Oficial.

Galeano, E. (1970). Las venas abiertas de América Latina. Montevideo.

OXFAM. (2016). Una economía al servicio del 1%. 210 Informe de OXFAM, 2.

Piketty, T. (2013). El Capital del Siglo XXI. París: Éditions du Seuil.

Stiglitz, J. E. (2012). El precio de la desigualdad. Taurus.

Josué Puma Muñoz es estudiante de economía de la Universidad Central del Ecuador.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.