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La economía europea ante un otoño agitado

Fuentes: Rebelión

En el verano las malas noticias económicas están siendo abundantes, anunciándose un otoño tormentoso. En EEUU el estancamiento económico permanece y durará, al menos, hasta final de año. Han disminuido los pedidos de bienes duraderos y el mercado inmobiliario va en descenso ya que las ventas de viviendas nuevas y de viviendas usadas han bajado, […]

En el verano las malas noticias económicas están siendo abundantes, anunciándose un otoño tormentoso. En EEUU el estancamiento económico permanece y durará, al menos, hasta final de año. Han disminuido los pedidos de bienes duraderos y el mercado inmobiliario va en descenso ya que las ventas de viviendas nuevas y de viviendas usadas han bajado, en julio, el 27% y el 12 % respectivamente. Por otra parte las economias domésticas mantienen una debilidad creciente bajo la presión de los créditos pendientes; asimismo el mercado de trabajo sigue deprimido, alcanzando la tasa de paro el 10%.

En la zona euro también las perspectivas no son buenas, aunque hay que matizar según los países. En particular Alemania va mejorando sus indicadores económicos tanto en las exportaciones como en el crecimiento del PIB (2,2% en el segundo trimestre). En cambio economías como la francesa sigue estancada por no señalar a la economía española con tasa de paro del 20% frente a una tasa media de 10% en la eurozona.

A señalar que las finanzas públicas son fuente de dudas para los inversores privados que no se fían de la «solidez» de los planes de austeridad adoptados por economías como la griega, española, italiana, etc. No es casualidad que las agencias calificadoras de deuda han bajado la «nota» a deudas como la irlandesa y están en el punto de mira las deudas públicas de los llamados países periféricos europeos.

Hay que señalar que con la crisis la heterogeneidad europea se ha acentuado. Por una parte hay un primer grupo de países, como Alemania, Holanda, Finlandia, Bélgica y Austria, cuya capacidad de exportar a países emergentes supone 8-10% de su PIB (10,5% en el caso alemán); además el nivel de autofinanciación empresarial es grande y varía del 80% al 150% (Alemania 102%); el peso de la producción manufacturera industrial supone del 50-65% del total. Estos factores, entre otros, favorecen un cierto crecimiento económico y poder hacer frente con mayor facilidad al endeudamiento tanto público como privado.

Pero existe, asimismo otro grupo de economías como la española, la italiana, la irlandesa y la portuguesa en las que el peso de las exportaciones hacia países emergentes suponen 2-4% de su PIB, lo que supone un factor negativo dado su limitado mercado interno y su relativo poco peso dentro de los flujos intracomunitarios. ; la capacidad de autofinanciación empresarial es menor del 80% ( 25% en el caso portugués); el peso de la industria manufacturera ronda el 50%.En estos países aplicando políticas neoliberales utilizan las políticas de ajuste ( entre ellas la compresión salarial) para reducir déficits públicos y mantener , varios años, bajos crecimientos económicos.

Todo lo anterior origina divergencias profundas en la zona euro entre estos dos grupos de países, tanto en la política monetaria expansionista, en el crecimiento económico y en la dinámica salarial.

Es posible afirmar que la economía europea e internacional presente en los próximos meses, las siguientes evoluciones :

-persistencia de un mundo a dos velocidades: los paises emergentes son el motor del crecimiento mundial , a pesar de un cierto ralenti en el caso de China;

-en Europa, la heterogeneidad entre los países va a aumentar dadas sus diferencias respecto a la evolución del comercio mundial y sus divergencias en políticas presupuestarias;

– la crisis de las deudas públicas no ha terminado dado que ciertos paises europeos van a sufrir más para reducir el déficit público ( como en el caso griego , español…).Los planes de austeridad conducen a un circulo vicioso sobre el crecimiento económico y sobre las finanzas públicas con lo que está garantizado la degradación social y el estancamiento económico;

-los bancos centrales ( tanto el BCE, como el británico…) van a tener que mantener los tipos de interés del dinero en valores muy bajos;

-proseguirá la debilidad de los tipos de interés de los préstamos a largo plazo, con la anticipación del expansionismo monetario, temores deflacionistas y un nivel elevado de aversión al riesgo por parte de los inversores internacionales;

-fuerte volatilidad de los tipos de cambios monetarios, en particular la paridad euro/dólar, que va a dar que hablar , entre las malas noticias sobre la coyuntura estadounidense(a pesar de la última inyección propuesta de 39.000 M de euros), la prosecución del agravamiento del déficit corriente y de los temores ante ciertas deudas europeas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.