Recomiendo:
0

Rafael Ramírez fue ministro de Energía y Petróleo con Chávez

La ética del desastre

Fuentes: Aporrea

No pretendo ahondar en el tema de la ética y la moral, puesto que ambos requieren mucho más de un texto y de filósofos para su discusión, pero me parece de lo más importante hablar de este asunto. Sé que tenemos muchos problemas materiales, urgentes todos, no salgo de mi indignación y molestia, porque se […]


No pretendo ahondar en el tema de la ética y la moral, puesto que ambos requieren mucho más de un texto y de filósofos para su discusión, pero me parece de lo más importante hablar de este asunto. Sé que tenemos muchos problemas materiales, urgentes todos, no salgo de mi indignación y molestia, porque se ha destrozado el país que juntos levantamos, pero, a pesar de todo eso que es verdad y trascendente, me parece que se deben discutir los aspectos espirituales, los valores y sentimientos que se tienen con respecto a esta crisis. Creo que, a nuestra sociedad, se le ha infringido un terrible daño en su espiritualidad y se ha impuesto en ésta, la ética del desastre. Es una discusión que tenemos que abordar.

Todo sistema necesita una ética que lo soporte, le dé justificación y le permita avanzar en su desarrollo. Al final, cada sistema construye o tiene una ética propia, que genera una sociedad y una conducta, que la caracteriza por un período histórico o un momento político que, tarde o temprano, será sustituido por otro con otra ética.

En la sociedad, todo individuo adopta una moral, propia, individual, que le da soporte a la ética hegemónica, pero que, cuando se diferencia de ésta y se transforma en conciencia y acción política, prefigura el cambio hacia un nuevo sistema.

Así, durante el sistema esclavista, era perfectamente ético tener esclavos; seres humanos propiedad de otros, sin derechos de ningún tipo. Bajo su ética era perfectamente normal, e incluso una distinción social tener esclavos y hacer con ellos lo que le viniera en gana. Claro, esta ética necesitaba conductas y teorías que la sostuviera y reprodujera, por ejemplo: el racismo y la idea de superioridad de unos hombres sobre otros; la iglesia, de cualquiera de las religiones, le daba sustento espiritual a esa barbaridad.

Cualquier posición moral distinta a la ética hegemónica, se castigaba con las muertes más violentas. Jesús y Espartaco, inspiraron con su postura moral, un movimiento revolucionario, que, aunque tenían distintos métodos, amenazaban al sistema. Ambos terminaron crucificados porque su ejemplo y su moral, se habían convertido en subversivos para el Imperio Romano.

El Feudalismo y el esclavismo se complementaron sin conflicto entre las clases dominantes. Durante siglos convivieron, formaron Imperios, hicieron cruzadas, inquisiciones, saquearon continentes enteros, los conquistaron y colonizaron.

Nuevamente, la ética hegemónica le daba justificación a la conquista y al subsecuente saqueo, esclavización y exterminio de sus habitantes. Esa ética se seguía nutriendo de elementos que se adaptaban a las nuevas circunstancias y realidades, como el colonialismo, donde se intentaba legitimar el despojo, con el argumento de que los pueblos originarios «no tenían alma» y por supuesto, ningún tipo de derechos.

En nuestra tierra, Bolívar, con su propia moral, luchando por la independencia, contra el Rey de España, liberando esclavos y prefigurando Repúblicas, rompió con la ética hegemónica de la dominación.

Es importante detenernos acá, pues El Libertador logró movilizar a todo un pueblo, a los más extraordinarios sacrificios sólo a cambio de la libertad, la grandeza, la dignidad. No había ni «carnets», ni «bonos». Pero Bolívar siempre estaba allí, en la primera línea de batalla, de peligro, de sacrificio, con sus soldados. Entonces su moral, estaba respaldada en su acción, su moral irradiaba conciencia a su pueblo, esperanza, fe, credibilidad, porque él era el primero en el ejemplo, en el trabajo, en la guerra. Bolívar, que pudo ser «Emperador», sólo quiso el título de «Libertador», no concebía al poder que no estuviese subordinado a las instituciones de la República. Él transcendió su tiempo, nos sigue dando lecciones de moral, de conciencia.

Las definiciones éticas y morales, transforman la sociedad cuando vienen acompañadas de la política. Cuando la Revolución Francesa levanta las banderas de la «libertad, igualdad, fraternidad», está enunciando no sólo los elementos éticos y políticos que darían al traste con el absolutismo de Luis XVI, sino creando las condiciones para el desarrollo del capitalismo, sistema que pugnaba por su hegemonía.

El sustento teórico y ético se lo daría al capitalismo, Adam Smith en su obra «La riqueza de las naciones», donde establece los fundamentos económicos del capitalismo y enuncia sus fundamentos éticos, cuando habla de la necesidad del egoísmo, «tanto egoísmo como sea posible», para desarrollar su sistema. Así, la apropiación del trabajo del hombre, el egoísmo y la acumulación de riquezas, quedaron establecidos como elementos fundamentales de la ética del capitalismo.

En el capitalismo se preserva un elemento ético común al esclavismo y al feudalismo, que los caracteriza: el egoísmo, la apropiación y acumulación de riquezas, el despojo. Tales valores definen a estos sistemas como profundamente violentos, crueles, inhumanos, no hay otra manera de imponer tales preceptos éticos.

En «El Capital» Carlos Marx y Federico Engels definieron las bases teórico-económicas del Socialismo, sus principios éticos fueron establecidos a lo largo de sus obras: la solidaridad, la justicia social, el trabajo, la conciencia del deber social, la hermandad, la unión, la lucha frontal contra el egoísmo, contra la alienación del trabajo, la acumulación de riquezas y contra la explotación del hombre por el hombre. En estos enunciados, hay muchos elementos del cristianismo.

A partir de la Revolución Rusa, nuestra historia ha estado sacudida por una confrontación cruenta entre dos sistemas, dos éticas: la del Trabajo y la del Capital. Las grandes transformaciones políticas, económicas, tecnológicas y sobre todo sociales, han estado vinculadas a esa confrontación política, ahora con la urgencia de detener a un sistema, el Capitalista, depredador e insostenible, capaz de acabar con la vida en el planeta.

Estamos en una época marcada por la globalización, la globalización del capitalismo con su ética, sus medios, sus ejércitos, marcada por la tecnología, el acceso a la información, el fenómeno de las grandes corporaciones, las redes sociales, en un mundo que cada vez se hace más pequeño, estrecho, más contaminado, con menos recursos. Las telecomunicaciones, las redes, hacen que cualquier evento llegue a todo el planeta en segundos.

En este mundo, en este momento, donde el avance de la ciencia y la acumulación de recursos de todo tipo hubiese supuesto la erradicación de los males, que de manera crónica afectan a continentes y pueblos enteros, se siguen perpetrando las injusticias y los crímenes más atroces, que mantienen pueblos enteros sumergidos en el atraso, la pobreza, la exclusión, mientras una minoría de países y sociedades cada vez más ricos, mas egoístas, más crueles, rodeados de muros, se sostienen por la violencia y la supremacía económico-militar, tecnológica. Es la ética del capitalismo la que ha prevalecido.

Está claro que la ética del sistema se impone y reproduce desde el poder, y que éste usará todos los recursos a su alcance para aplastar, deformar o asimilar a sus intereses, cualquier otra ética que se le oponga, cualquier moral que lo rete, cualquier sistema alternativo que lo amenace de cualquier forma.

Es aquí y ahora donde vivimos. En una realidad de país periférico, con una economía dependiente, mono productor, con el rentismo petrolero instalado y desarrollado a su antojo por las transnacionales petroleras. En medio de una crisis que se ha dejado profundizar irresponsablemente a niveles inimaginables.

Pero, a la vez, tenemos un país joven, pleno de recursos, con una historia de libertadores, con una gesta independentista, una guerra fratricida impuesta por el imperio español hace doscientos años, que forjó para siempre el carácter de nuestro Pueblo, tenemos el heroísmo de nuestros ejércitos, los padres de la Patria, que sólo cruzaron fronteras para llevar libertad a otros pueblos, tenemos el ejemplo de Bolívar, de Sucre, de Ricaurte y de tantos héroes. Tenemos nuestro pensamiento Bolivariano, tenemos a Zamora, tenemos a Fabricio, tenemos al Comandante Chávez. Es decir, como sociedad, tenemos una gran reserva ética y moral para sobreponernos a cualquier circunstancia política, a cualquier crisis, a este período de oscurantismo que vivimos en todos los órdenes.

Yo reivindico al Comandante Chávez, su épica, su obra, sus logros, su esfuerzo. Lo hago y lo seguiré haciendo, así, sin cálculos políticos, sin tregua. Pase lo que pase, en las circunstancias que me encuentre, seguiré leal al Comandante Chávez, a sus ideas.

Jamás pensé que un gobierno que se proclama Chavista, se fuera distanciando de su obra de la manera que lo ha hecho, que haya traicionado el legado por el cual luchamos tanto, por lo que dió su vida.

Tampoco pensé, he aquí una fuerte autocrítica, que la persona que llevamos todos los Chavistas a la Presidencia, atendiendo el mensaje del Comandante, se convertiría en el Herodes de la Revolución Bolivariana, el Judas del pueblo y que se rodearía de un círculo extraño de gente que, él sabe bien, el Comandante había hecho de lado, porque no confiaba en ellos.

Tampoco imaginé que se desataría esta persecución a la crítica dentro del movimiento, ¡cómo se pueden dejar de lado, a su suerte, a los compañeros con los que se compartieron tantas luchas, que estábamos siempre allí con el Comandante, cumpliendo la misión encomendada! Siempre pensé que ésto sucedería en un gobierno de extrema derecha, producto de un golpe de Estado o tutelado por alguna potencia extranjera.

No entiendo cómo los compañeros de armas de Chávez guardan silencio, ante lo que sucede, sus compañeros de lucha desde la Academia, sus afectos, sus ministros. ¿Qué estarán esperando que suceda? Se mantienen aferrados a un deseo, a una expectativa de rectificación, que diariamente es frustrada, una y otra vez.

Mientras nuestro Pueblo, ese pueblo tan diverso, no sólo el humilde, el que creyó, el joven, estudiante, profesional, artista, trabajador, campesino, todos, de manera más trágica unos que otros, todos la están pasando mal en el país, no vén salidas, no son felices, no pueden satisfacer sus necesidades materiales ni espirituales. Un desastre.

En algún momento pensé que esta actuación del madurismo tenía su origen en problemas ideológicos, lo tiene, pero ya los teníamos con el Comandante, él sabía de esta debilidad del movimiento, había de todo adentro. Por eso trabajó tanto el tema del partido, el PSUV, no otro, trabajó tanto en una definición ideológica, el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, el Plan de la Patria.

Es un problema que no hemos sabido, o no supimos atajar a tiempo, aquí otra autocrítica, cuando el Comandante se enfermó, trabajábamos intensamente para que todo estuviera en calma y en orden ante su situación de salud, otros nó, otros ya cuadraban, se cuadraban. Luego cuando se nos fue, los revolucionarios quedamos sujetos a una disciplina dolorosa, la derecha copaba, controlaba y por supuesto, nosotros sobrábamos.

Pero todavía no me cuadraba, hasta que creo haber llegado al meollo del asunto: la ética del madurismo es distinta a la del Comandante Chávez. Son completamente distintas, eso explica buena parte de los problemas que padecemos, eso explica que «tengan estómago» para hacer lo que están haciendo.

El Comandante Chávez, era un líder, conductor del Pueblo, Jefe militar y político, de la Revolución. Nadie le disputaba esta posición, tenía la autoridad moral sin discusión.

Desde que lo escuché el 4 de febrero, sus discursos, su conducta, después en el gobierno y durante doce años de trabajo de forma intensa y estrecha, en todas las circunstancias posibles, siempre me sentí identificado con sus ideas, las cuales comparto plenamente, y con su ética, la cual es la mía, la de mi familia. Su ejemplo y moral siempre es guía de mi accionar político.

Cuando se criticaba el liderazgo «mesiánico» de Chávez, yo decía, esta gente no sabe nada de la esperanza, de la fe, no entienden la relación amorosa del Comandante con el Pueblo, casi religiosa. Esa fuerza, indestructible a pesar de todo lo que ha sucedido, es la única capaz de hacer frente a la brutal campaña de la derecha mundial contra el Comandante Chávez, con todos sus medios, toda su fuerza, pero a la vez, es la única explicación al amor de los pueblos más remotos del mundo, de nuestra región por el Comandante Chávez, su ejemplo, ética y su autoridad moral.

El Comandante Chávez, se convirtió así en gran irradiador de conciencia, con su ejemplo, construyendo, en un país, un mundo donde la ética del capitalismo es hegemónica, una nueva ética: cristiana, socialista. Construir una ética distinta, alternativa, en esta sociedad globalizada que tiene enferma el alma, resulta en extremo difícil. Nuestra superioridad moral y ética no puede estar en duda.

Él hacia una práctica diaria de su ética, en su trabajo y sobre todo, en su relación con el país, con el pueblo. Era un hombre íntegro, estricto hasta el extremo con la honestidad, de una sola palabra, de decisiones firmes, valiente, profundamente humano, coherente, trabajador, extremadamente sensible al sufrimiento humano, capaz de conmoverse ante la injusticia, no hacia cálculos políticos de ningún tipo.

Nunca lo ví hacer trampas, nunca las hizo, nunca mintió, a nadie, nunca comprometió sus principios, aunque era un hombre de fuerte carácter, jamás levantó su mano contra nadie, ni mandó a hacer daño a nadie, nunca abusó del poder, no abandonó a nadie, nunca condenó a nadie. Sabía reconocer el trabajo, el esfuerzo, la honestidad, jamás grabó a sus ministros, a sus compañeros.

Era un Jefe justo, humilde, consciente de la necesidad del estudio, era muy estudioso, no era para nada soberbio, escuchaba, para discutir con él había que estar preparado, pero se discutía, no rehuía los problemas, los buscaba.

Tenía la conciencia de su rol de Jefe de Estado, siempre actuaba con sentido de transcendencia histórica, de que representaba al país, no sólo por la actitud y vestimenta adecuada, sino por su discurso, su palabra, se declaró anti imperialista, socialista, en contra de la guerra, del ALCA, a favor de Palestina, de los Saharauis, de África, amigo de Cuba, de Fidel, Lula, Evo, Néstor, Correa, Pepe. Buscaba a sus referentes morales, donde estuviesen, sabía que se estaba metiendo en lo hondo, no le importaba, a nosotros tampoco.

Tenía un sentido de la justicia, extraordinario. Iba aprendiendo y conociendo al país en su detalle, ahora como gobernante, como Jefe de Estado, de la Revolución. Sabía cuándo el humilde, el soldado, el trabajador, «callaba la novedad» porque era una conducta refleja. Enseñó a nuestro pueblo a hablar, organizarse, estudiar, trabajar, expresarse, así libre, como un acto de conciencia y nó de constricción o chantaje.

Sabía que había que construir y fortalecer esta ética en el seno del pueblo por eso: las Misiones Sociales, las Comunas, las brigadas de construcción, la inclusión social, cultural, educativa, los espacios para las nuevas relaciones humanas, de trabajo, de producción. Los programas de salud, las universidades, las escuelas, la alimentación, la ciencia, la tecnología, el conocimiento. Siempre preguntaba ¿Dónde está el socialismo?, esta pregunta que inquietaba a la derecha, realmente abarcaba, de manera indivisible, el componente de la nueva ética.

Cada «Aló Presidente» era una clase de política, un mecanismo de irradiación de conciencia, de la nueva ética. Cada acto de gobierno, cada plan, era una enseñanza, un paso hacia adelante, en la dirección correcta de construir un país, otra economía, basada en el trabajo, trabajo liberador, otra ética, basada en la honestidad, la solidaridad, la hermandad, la justicia social, la igualdad, la protección del más débil, de los niños, ancianos, pueblos indígenas. Allí esta su obra, quedó para la historia, sufriendo los embates de la improvisación y del desmantelamiento del que es objeto.

Ahora estos valores se han perdido, se han desdibujado, debo decir, con las excepciones de siempre, que no quedan vestigios de la ética del Comandante en la gestión del madurismo, por supuesto, siempre ha estado ausente en la oposición, en la derecha anti nacional.

Ahora, tristemente, el madurismo y la oposición coinciden en los valores éticos, por eso no tienen ningún problema de insultarse a muerte y luego darse la mano y «besitos» a escondidas, son amigos, se saludan, está bien ¡pero entonces, no mandes a tus jóvenes a morir en una «guarimba» absurda, en una violencia sin sentido! No prometas castigo, en un discurso altisonante, justicia a los comités de víctimas, para que todo quede igual en aras de un pacto.

Por eso coinciden en el aquelarre, la persecución contra los ministros de Chávez, su encarcelamiento, en el linchamiento moral a los hombres de Chávez, aplauden al «pranato» cuando encarcelan a los trabajadores de la Nueva PDVSA, aquellos que los derrotaron en el Sabotaje Petrolero. El madurismo, en su afán de poder, ha dado a la derecha más golpista y radicalmente anti chavista, los argumentos para destrozar el legado de Chávez, sus iniciativas, su política, minimizan su épica, ahora resulta que el Comandante Chávez la tuvo fácil, porque el «petróleo estaba a cien».

Por eso hablo de la política con «p» minúscula, se acabaron las grandes ideas, las grandes discusiones, los grandes retos, el Plan de La Patria, la Venezuela Potencia, la Nueva PDVSA, las Misiones y Grandes Misiones, la esperanza ha sido abatida por la improvisación, los errores, la falta de honestidad y la mentira.

Ahora la política y la gestión de gobierno están signadas por la mentira, la trampa, el «tuiter», una realidad virtual, no existe discusión de los problemas, existe una represión extendida a las ideas, un abuso del poder permanente, nadie sabe quién manda, pero saben que hay muchos jefes y jefas, «asesores». Hay mucho miedo, todo se graba, se persigue, hay cualquier cantidad de detenidos políticos, secuestrados políticos, sin derechos de ningún tipo, ni a la defensa, ni al debido proceso.

No puede tolerarse que hayan muerto tantos jóvenes en las protestas o acciones de calle, que se hayan quemado vivos seres humanos porque parecían Chavistas, o que se produjesen linchamientos, que hubiesen tantas armas en la calle. Se podrá decir lo que sea, pero al final esto demuestra la falta de una política clara, de una posición ética de respeto a la vida. No puede haber tantos presos por razones políticas, aislados, sin ver a sus familias, sin defenderse. No se puede despachar a nadie con un cohete.

Se estimula la traición, la deslealtad, todo se compra y se corrompe. Se crea una situación de miseria espiritual cuando ponen al pueblo del 13 de abril, a pelear por una caja «Clap», por un carnet, en una cola por cualquier cosa. A nadie le importa qué está pasando en realidad, si el problema no es TT en «tuiter», entonces no hay novedad.

Se ha estimulado el egoísmo al máximo, nada de esfuerzo colectivo. Existe una ausencia de gobierno, de la Revolución en las calles, manda el paralelo, mandan los bachaqueros, los malandros imponen su toque de queda, los especuladores hacen lo que les da la gana, no hay nadie capaz de defender al ciudadano.

Se utiliza un discurso anti imperialista, pero a la vez se asoman a la puerta de Exxon Mobil para ver si quieren volver al país, o explotar en conjunto el área en la zona en reclamación con Guyana, se paga la mayor contribución para la toma de posesión de Trump a través de CITGO.

Se habla en contra del capitalismo y los especuladores financieros, pero se hacen acuerdos y financiamientos con «Goldman Sachs», cuyo anterior CEO, es el Secretario del Tesoro que impone sanciones financieras al país.

Se dice que vamos a la Cumbre de las Américas, «pase lo que pase», así no quiera el país anfitrión, pero de repente ya no importa ir.

Muere el maestro Abreu, no se dice que el madurismo le quitó el apoyo al Sistema desde que el maestro Dudamel, dijo algo en defensa de sus muchachos, víctimas de la violencia. Se aparta a Gustavo Dudamel de su ambiente natural, su Sistema, del cual es el exponente más genuino. Llevan a miles de niños a un evento electoral en el Poliedro, para la foto. No importa, no había comida, los niños lloraban, un desastre, pero están en campaña. Intervienen la Directiva del Sistema como intervienen la Directiva de PDVSA, como si no importara.

Se piden sacrificios al pueblo, pero en las apariciones públicas queda claro que la crisis y los sacrificios, no llegan al madurismo. Todo es una chanza, un chiste, un baile, de Salsa, «reaguetón». No importa, están en campaña.

Se crea un partido, «ni fu, ni fa», sin Chávez, sin los colores de Chávez, no importa, es un movimiento de utilería. Están en campaña, el daño que le hagan al Comandante, a su palabra, no importa.

Se van por cientos de miles los jóvenes del país, se van de todos los colores, profesionales, estudiantes, obreros, pueblo, los explotan, los maltratan, se prostituyen, pero el madurismo lo niega, le resta importancia, se les humilla y el «pranato» los maldice y les pide que no vuelvan.

Las caras del «pranato» es la mas clara expresión de esta ética del desastre, bajo su área de responsabilidad pasan las peores cosas, el infierno para los pobres, pero no importa, «no es mi competencia». Hay un ministro que cínicamente dice que en el país no pasa nada, que acusa y miente sobre la corrupción, cuando todos saben quién y por qué lo ha sostenido en sus avatares revolucionarios.

Van a cambiar la Constitución del Comandante Chávez, se creó un poder de facto, que legisla, aprueba leyes entreguistas, pero no importa, no importa la Constitución. Las leyes petroleras se violentan sin importar a nadie, los contratos petroleros, que nadie conoce, se aprueban en secreto. Cambiarán o cambiaron el Plan de la Patria, el testamento político de Chávez, no importa, el madurismo quiere diferenciarse, ahora sí pueden cambiar lo que sea sin ningún tipo de remordimiento, es otra ética.

El Arco Minero se entrega a las transnacionales, a las mismas que el Comandante expulsó porque jamás sacaron un gramo de oro, pero sí especularon financieramente. No importa, se muestra un punto de cuenta, sólo las firmas, no el contenido que es completamente distinto a lo que hicieron. No importa, un ministro cuadró todo con un empresario que, por primera vez en su vida, entró al despacho de Chávez, sólo Maduro lo pudo hacer.

Se ha descalificado, perseguido, linchado moralmente a la Nueva PDVSA, a la de Chávez, los trabajadores presos o perseguidos, la empresa intervenida por una Junta Directiva que no sabe nada de petróleo, acabaron con su moral, con sus capacidades productivas, cayeron 1,5 millones de barriles día de la producción de petróleo. Han dicho de todo: el precio, la corrupción, conspiración y cualquier cosa que se les ocurra. Pero acaban de emitir un Decreto donde le dan las más amplias facultades al Ministro para que «aumente» la Producción. En la exposición de motivos de su texto, se habla justamente de «ética y de moral», se habla de «socialismo».

Ahora, después de toda esa cantaleta de la corrupción, asignaciones directas, etc, por Decreto Presidencial permiten, prefisamente, las adjudicaciones directas, pasan por encima de la Ley de Licitaciones, Contrataciones, es decir, de todos los mecanismos de control de la Administración Pública. ¡Los contratos petroleros se adaptarán a los requerimientos de las Transnacionales petroleras!, a las «necesidades del mercado petrolero internacional». ¡Burda entrega!

Lo he advertido, lo he dicho a Díaz Rangel, lo he escrito, por ello me han acusado de todo, me tildaron de traidor y al final, yo tenía razón: entregan PDVSA a las transnacionales para que «resuelvan» lo que su incapacidad destrozó. El baluarte de la soberanía petrolera, se entrega a las transnacionales petroleras. ¿Ahora, qué van a decir? Tendrán que rendir cuentas.

Tantas cosas podrían mencionarse, lamentablemente, todo ello ha creado una situación de desesperanza, falta de fe en el futuro, de apego al trabajo, al estudio, al país, se imponen las soluciones desesperadas, individuales, se impone la rabia, el odio, la amargura, la tristeza. Se ha perdido la emoción, las ganas de estar, de participar, el ambiente es pesado, duro, cada vez es más molesto, insostenible. Se resigna el Pueblo a volver atrás, a perder las posibilidades y oportunidades que abrió Chávez. Es una especie de obscurantismo, desesperanza, han matado el impulso revolucionario.

Terminando estas largas reflexiones (lo sé y pido disculpas por ello) se produce una reunión crucial del Consejo de Seguridad, parece que estamos a las puertas de una gran confrontación militar en Siria. Los EEUU, Francia y Reino Unido bombardearon Siria, la excusa: un ataque químico que no ha podido ser demostrado. El Consejo de Seguridad había acordado enviar una misión de verificación, no esperaron.

Es la ética hegemónica y su violencia, los muertos los pone el Pueblo Sirio, más de 400 mil muertos, 12 millones de desplazados, un país destrozado, en combate contra el terrorismo del ISIS que degüella, mata, y retrocede la sociedad a la edad medieval. Siempre, desde el Consejo de Seguridad de la ONU, a pesar de las presiones, levanté mi voz a favor del pueblo sirio, la paz y la soberanía de ese hermano país.

Mientras se utiliza el argumento de la «protección a los civiles», se guarda silencio sobre quiénes han financiado esa guerra, quiénes armaron y entrenaron a los grupos terroristas y se guarda silencio ante la masacre de civiles en Yemen y ante la matanza de palestinos, los cuales parecen ser, en la ética de la muerte, seres inferiores sin derecho a la vida.

Ésta es nuestra realidad. ¡Ay Comandante!, cuánta falta haces en Venezuela y en el mundo. Con Chávez siempre ¡Venceremos!

Fuente: https://www.aporrea.org/internacionales/a261842.html