La década del 2000 muestra un punto de inflexión en la política social brasileña, cuya institucionalidad había sido profundamente alterada con la creación del Sistema de Seguridad Social (1988). Por un lado, los programas de transferencia de renta condicionada como un mecanismo de combate a la pobreza, extienden significativamente su cobertura, igualmente que los beneficios […]
La década del 2000 muestra un punto de inflexión en la política social brasileña, cuya institucionalidad había sido profundamente alterada con la creación del Sistema de Seguridad Social (1988). Por un lado, los programas de transferencia de renta condicionada como un mecanismo de combate a la pobreza, extienden significativamente su cobertura, igualmente que los beneficios de la seguridad social. En paralelo, la tercera pata del trípode de la Seguridad, el Sistema Unificado de Salud (SUS), sigue tributario de la desfinanciación que compromete su efectividad y acentúa la contradicción de que Brasil tiene un sistema público, universal y gratuito, que no puede satisfacer la demanda y precariza y sobre focaliza la atención. En medio de esta dinámica, la política social sirve para consolidar el modelo de consumo del social-desarrollismo, que consiste en promover la transición hacia una sociedad de consumo de masas, a través del acceso al sistema financiero. La novedad del modelo socialdesarrollista es la de haber instituido la lógica de la financierización en todo el sistema de protección social, ya sea mediante el acceso al mercado de crédito, ya sea vía la expansión de los planes de salud privada, crédito educativo etc…
Se asiste de este modo a un proceso de financierización acelerada, que se sirve del sistema de protección social para vencer la barrera de la «heterogeneidad estructural», que frenaba en América Latina la expansión de la sociedad de mercado. El objetivo de este trabajo es demostrar cómo se dio este proceso y cómo él invierte la lógica de la política social que, en lugar de promover la protección contra los riesgos e incertidumbres, aumenta la vulnerabilidad y modifica varias dimensiones de la vida social.
* Lena Levinas, profesora del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro, investigadora del CNPQ y de la Red Internacional desiguALdades.net.
Revista Politika Nº 2, San Pablo, agosto 2015/ Traducción de Carlos Abel Suárez – Sin Permiso
Texto completo: http://www.sinpermiso.info/