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La foto de El Nacional y sus lecturas necesarias

Fuentes: Rebelión

El diario El Nacional celebró el día 03 de agosto su 67 aniversario, con una edición especial de nueve cuerpos a todo color que exaltaba los valores y figuras públicas de una clase media alta, protagonista de los medios de oposición nacionales. Ese retrato preciosista de una vida Light espectacular, que se anunciaba como una […]

El diario El Nacional celebró el día 03 de agosto su 67 aniversario, con una edición especial de nueve cuerpos a todo color que exaltaba los valores y figuras públicas de una clase media alta, protagonista de los medios de oposición nacionales.

Ese retrato preciosista de una vida Light espectacular, que se anunciaba como una valla publicitaria de la oposición en campaña electoral, contrasta fuertemente con la macabra portada publicada apenas diez días después en ese mismo diario, que titulaba Quince millones de armas ilegales hay actualmente en el país .

El viernes 13 -acaso una terrorífica coincidencia- a algunos nos tomó por sorpresa la foto que no por cruda podemos simplemente descalificar, pues a fin de cuentas es simplemente eso, una foto, ni más ni menos.

Más allá del primer impacto visceral que a cualquier persona mentalmente sana le puede gener ar observar una foto que ocupó más tres cuartos de la primera plana del diario, en la que se muestran 13 cadáveres de hombres desnudos, con sus rostros y genitales difuminados, lacerados, aún cubiertos por sangre, dispuestos de a dos y tres en camillas metálicas, no puede uno evitar preguntarse inmediatamente: ¿qué pasó? Pues al ver una imagen de este tipo se genera una lectura de un estado actual o reciente que es producto de algo, una consecuencia de la que inmediatamente buscamos una causa.

He ahí lo que genera tanta conmoción y sobre todo confusión y alarma respecto a la polémica fotografía publ icada por Miguel Henrique Otero -y hasta anunciada premeditadamente desde su Twitter el día anterior- que nunca se nos dice cuál es la noticia, el evento, que genera esa foto.

Una fotografía es un ícono que remite directamente a una porción delimitada de la realidad, es la captura de un lugar y tiempo precisos. En el caso de las fotografías de hechos violentos, que publican luego los medios bajo la sección de sucesos o bien pos su trascendencia y relevancia en otras secciones, éstas deben remitir a un evento, que presumimos todos ocurrió el día anterior, o muy recientemente, y que debe estar reseñado de manera detallada en la nota a la acompaña la imagen.

En el caso de la fotografía publicada por El Nacional en su portada del 13 de agosto, podemos leer en el pie de imagen que la misma remite a la Morgue de Bello Monte, y que según el medio es una toma hecha furtivamente en diciembre del año 2009-lo que ha generado una polémica sobre las condiciones físicas actuales de este recinto, que pudieran probar que la foto en cuestión es más antigua aún.-. Ni el titular, ni los sumarios que reseñan declaraciones de Juan Carlos Caldera, Enrique Márquez (ambos aspirantes a la AN) y Luis Cedeño de la ONG Paz Activa (financiada por NED), que sin evidencias concretas afirman el aumento de los homicidios, y tampoco mencionan periodos ni lugares específicos de ese aumento, refieren a ningún evento específico, mucho menos reciente que permita leer esta imagen como la consecuencia de algo puntual.

Al no poder referenciar la imagen a un evento delimitado en espacio y tiempo se genera una sensación de incertidumbre y zozobra que lleva a la conclusión forzosa de que la inseguridad está presente en todo espacio y en todo tiempo. Esta parece ser la intención real de la portada, que por ello merece ser calificada de macabra.

Bien lo explica el día 18 de agosto Teodoro Petkoff en su editorial , que llama en el título a la desobediencia civil, la publicación de esta imagen, tanto por TalCual como por El Nacional no tiene nada que ver con amarillismo periodístico, sino que se trata de un acto político, un ataque contra el Gobierno al que descalifica a lo largo de todo el editorial con apreciaciones subjetivas. Es sencilla entonces la lectura final de la portada. Evidentemente, no se trata de amarillismo periodístico, pues esto requeriría que hubiese un hecho, un evento real que informar, aquí se trata más bien de una provocación mediática con fines electorales y económicos.

Para nadie es un secreto que las ventas de los medios impresos en Venezuela se han visto afectadas por la publicación de medios informativos y de entretenimiento en la web, bien por los mismos medios tradicionales, y sobre todo por los medios alternativos de difusión gratuita. La reducción en el número de páginas de El Nacional, cada vez más significativa es una evidencia tangible de esto.

No resulta entonces descabellado presumir que Miguel Henrique Otero esté intentando provocar un cierre del diario por parte del Gobierno, al reiterar sus ofensas y ataques, ahora autocensurando las imágenes -que ni siquiera podemos saber si realmente existen- de la primera plana y de la página de sucesos de El Nacional (18/08/2010). Intenta así hacer creer a la colectividad que el Gobierno censura al medio, cuando en realidad ellos se autocensuran, para así pasar por víctimas del «régimen autoritario» que tanto se esfuerzan en inventar nacional e internacionalmente.

Lo que más convendría a Miguel Henrique Otero, y a la contrarrevolución, en este momento, previo a las elecciones de la AN, es el cierre forzado de El Nacional. Pues eso no sólo legitimaría al medio y a su dueño como una voz disidente desde la resistencia -recordemos que la desobediencia civil es una forma de resistencia a un poder que persigue a quien protesta, y no admite ni da cabida a la oposición legítima- sino que además le ahorraría el gasto enorme en recursos y talento humano que ya no ve retribuido en sus ventas.

Lo cierto es que en Venezuela, nadie persigue a Miguel Henrique Otero y nadie reprime a El Nacional. Sería muy coherente, sin embargo, con su discurso, que luego de un cierre forzado por él mismo, por sus consistentes ataques que seguramente seguirá publicando en los próximos días, termine autoexiliándose en el extranjero, cerrando el medio físico, y publicando de forma mucho más rentable en la web, erigiéndose así como un «perseguido político» más.

A fin de cuentas, lo que sí queda claro de la publicación de esa foto, es que vende más una imagen de ese tipo, que todas las hermosas fotos de la edición aniversaria del 03 de agosto. Quizás a través del miedo le sea más fácil vender su proyecto de país como una mejor opción.

 

* Unidad de Sociopolítica y Cultura. Fundación Instituto de Estudios Avanzados IDEA

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.