Surge una peligrosa y creciente «desconexión entre las orientaciones revolucionarias y progresistas del Presidente Chávez, y las prácticas concretas antiobreras, antipopulares, burocráticas, ineficientes y corruptas, de la gerencia pública que sirve al surgimiento y consolidación de una nueva burguesía», señala el PCV
Los militantes y dirigentes del Partido Comunista de Venezuela (PCV) se han tomado en serio la idea de construir el socialismo. El aquí y ahora que plantea el Presidente Hugo Chávez está presente en los debates de este partido que se proclama marxista-leninista y bolivariano, y que a diferencia del multitudinario Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es una organización numéricamente modesta.
Los comunistas venezolanos parecen ser de los pocos que no necesitan estar dando permanentes demostraciones de fe y compromiso revolucionario a la hora de alertar y hacer críticas sobre el rumbo de la Revolución Bolivariana. Acompañan a Chávez desde su primera elección como presidente en diciembre de 1998 y acumulan casi 80 años de lucha por el socialismo, utilizando todas las formas de lucha, con sus aciertos y sus errores.
Recientemente, los días 6 y 7 de junio, el PCV realizó una reunión con todos sus dirigentes regionales y nacionales donde se debatieron inquietantes críticas acerca de la marcha y contramarcha en aspectos claves de la construcción socialista en Venezuela. En un documento denominado «Consolidar la Revolución y abrir caminos al Socialismo», publicado en el periódico Tribuna Popular, el 09-06-2009, los comunistas alertan al propio Presidente Chávez y a la dirección del PSUV sobre la posibilidad de que la frustración popular brote y haga fracasar la Revolución, si no se revisa, rectifica y reimpulsa a tiempo la teorización y la práctica política y gubernamental en la actual fase de transición al socialismo.
Critican que muchos gerentes públicos «…no están comprometidos con el objetivo de construir el socialismo y privilegian sus intereses particulares frente a los intereses de los trabajadores y el pueblo».
Señalan con mucha crudeza que «…el reformismo y el oportunismo prevaleciente en la conducción del proceso venezolano, debilita a nuestra revolución (…) y crea niveles de frustración en nuestra clase trabajadora y en nuestro pueblo revolucionario. Se produce entonces una cada vez mayor desconexión entre las orientaciones revolucionarias y progresistas del Presidente Chávez, y las prácticas concretas antiobreras, antipopulares, burocráticas, ineficientes y corruptas, de la gerencia pública que sirve al surgimiento y consolidación de una nueva burguesía, que se levanta apropiándose de buena parte de la renta petrolera venezolana».
«Sobre la conflictividad laboral creciente en nuestro país: (…) hay que construir alternativas y soluciones con las y los trabajadores, no contra ellos (…) El proceso revolucionario tiene que garantizar un respeto absoluto al derecho a la organización voluntaria de las y los trabajadores…».
FORTALECER EL PROTAGONISMO DE LOS TRABAJADORES
Para superar estas desviaciones y afrontar los potenciales peligros que harían fracasar la Revolución Venezolana, el PCV plantea que es indispensable «… fortalecer el papel protagónico de la clase trabajadora y del pueblo en general, construyendo el poder popular que permitirá crear el Estado Democrático Popular Revolucionario que podrá conducirnos hacia la consolidación de la liberación nacional y el tránsito hacia el socialismo. Es decir, el establecimiento progresivo de un modo de producción basado en la propiedad social de los medios de producción fundamentales (propiedad de todo el pueblo), con el papel dirigente de las y los trabajadores en la gestión de los procesos productivos y en la sociedad en su conjunto, donde en consecuencia vayan siendo liquidadas todas las relaciones de producción basadas en la explotación ‘del hombre por el hombre’ y donde se superen la división social y la estructura jerárquica del trabajo».
Precisan que es necesario deslindar «…el fortalecimiento del papel protagónico de la clase trabajadora y del pueblo, de forma independiente con relación a los sectores del poder económico y de la burocracia estatal pequeñoburguesa».
LA SOLA ESTATIZACIÓN NO ES SOCIALISMO
Consideran los comunistas que las nacionalizaciones de actividades económicas estratégicas «…es un avance importante». Sin embargo, «…la sola estatización no hace a una empresa socialista, si en ella no se constituyen relaciones socialistas de producción, tal situación es aplicable a todas las empresas y unidades de producción de propiedad estatal; por tal razón, las y los trabajadores de todas las entidades y empresas públicas, privadas y mixtas, deben organizarse en Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras y adelantar su formación integral, para ejercer el papel de dirección colectiva junto al gobierno nacional bolivariano, de tales procesos productivos y de servicios».
URGE UNA DIRECCIÓN COLECTIVA Y UNITARIA
Otra de las críticas que formula el PCV es la falta de articulación y coordinación entre las fuerzas políticas revolucionarias, más allá de los eventos electores: «…insistimos en la necesidad de que el proceso revolucionario se dote de una dirección colectiva y unitaria para hacer más eficaz y coherente la inmensa labor de defender, consolidar y profundizar la revolución».
Directamente proponen «…restablecer el funcionamiento de la Alianza Patriótica, como un auténtico espacio de dirección política unitaria, donde el trato sea de verdaderos aliados y no de subordinados o allegados, trato que por demás no admitimos».
UN PARTIDO NO SE CONSTRUYE CON CLIENTELISMO
Finalmente, invitan «…a la reflexión a la dirección nacional del PSUV, así como a los gerentes y mandos directivos de empresas del Estado y entes de la administración pública, a que cesen las presiones y amenazas de despido contra las y los revolucionarios que no deciden inscribirse en el PSUV».
Adicionalmente, el documento del Partido Comunista de Venezuela alerta que «…Toda acción dirigida a obligar, de forma directa, con amenazas y condicionantes, o de forma indirecta, con prácticas clientelares, a integrarse en una organización política, conduce a la descalificación ética y política de dicho movimiento, perdiendo perspectiva y legitimidad revolucionaria ante las masas».
«La tarea fundamental del presente momento histórico es construir un poderoso movimiento obrero y popular, con una sólida conciencia de clase, para profundizar el proceso revolucionario, consolidar la liberación nacional y abrir caminos a la construcción del Socialismo», concluye el Pleno del PCV.
MOVIMIENTOS SOCIALES TAMBIÉN CRITICAN DURO
Como si se tratara de una coincidencia, no sólo el PCV critica y llama a debatir los errores y fallas. En los consejos comunales, en los barrios, en los centros de trabajos, en los caseríos, en los centros educativos, en los espacios de las Misiones Sociales, en los movimientos populares y en las propias filas del PSUV son más las voces que claman por debatir y contribuir sinceramente con la construcción del socialismo.
Para que no perezca el entusiasmo revolucionario, para que no se apague eso que algunos llaman la mística revolucionaria, es vital la crítica y la autocrítica.
Un grupo de organizaciones populares y comunitarias e individualidades revolucionarias, la mayoría afines o militantes del PSUV, también realizaron un encuentro el pasado mes de marzo, en el cual debatieron duras críticas y propuestas para corregir el rumbo y profundizar el camino del socialismo.
El documento titulado «Carta Abierta al Presidente Chávez y al País» (Periódico Alternativo Proceso, Nº 41, marzo 2009), expresa la angustia de quienes trabajan en el seno del pueblo pero no son escuchados por altos dirigentes de la Revolución con responsabilidades políticas y de gobierno.
Allí expresan, sin sutilezas, que se puede perder la esperanza de construir el socialismo por una derrota en las próximas elecciones presidenciales del 2012, además de la permanente conspiración golpista de la burguesía:
«Luego de la derrota [de la Reforma Constitucional] del 2007, apostamos ineludiblemente a la reflexión y la rectificación para el reimpulso. Hoy afirmamos que ese proceso ha sido totalmente insuficiente y corremos el riesgo de perder lo ganando, es decir, de perder las elecciones de 2012 o -peor aún- perder la posibilidad de construir el socialismo en la tierra de Bolívar, con posibles repercusiones en Nuestraamérica».
«Resultaría fácil y cómodo adosarle la responsabilidad sólo a la manipulación mediática; pero la ineficiencia, la corrupción, el clientelismo y el irrespeto a los valores socialistas de gran parte de los Alcaldes y Gobernadores y otros/as funcionarios/as del poder público, llevados muchos de ellos/as de su mano, tienen un altísimo peso que no sólo está pagando su liderazgo, sino también las organizaciones del poder popular».
Señalan que la corrupción, la ineficiencia, el clientelismo y el burocratismo desmoralizan y desmovilizan al pueblo.
«…Mucha de nuestra gente está desmoralizada por la impunidad y eso desmoviliza (…) El clientelismo amenaza toda posibilidad de emancipación de nuestro pueblo, no sólo el imperialismo. Y este flagelo, que creíamos solo de origen adeco-copeyano, ha mutado y se ha convertido en un virus que -incluso- se ha metido en las venas de muchas organizaciones paridas por esta Revolución…».
Ante todos estos males «…Urge que rectifiquemos en ese sentido (…) Esto es una amenaza política, tal vez una bomba de tiempo», alertan.
Sin embargo, reconocen que «…No podemos pedirle todo el esfuerzo al Presidente Chávez» y a su liderazgo indiscutible.
«Muchas veces, parece ser solo Usted [Presidente Chávez] el que hace intentos por motorizar una transformación institucional, esfuerzos que a menudo se estrellan con la realidad de la burocracia, la corrupción y la desviación de las políticas diseñadas al más alto nivel; mientras que, por su parte, los otros poderes parecen mantenerse en una cápsula y ajenos a los retos igualitarios de la Revolución Bolivariana».
PREDIQUEMOS CON EL EJEMPLO
El reconocido intelectual venezolano, Luis Britto García, en su columna dominical «Pare de Sufrir» (Últimas Noticias, 14-06-2009, p. 36), también clama por la ética revolucionaria y por el futuro de la Revolución Bolivariana:
«Prediquemos con el ejemplo. Sólo habrá socialismo cuando nepotismo, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, promoción de bingos, casinos y garitos sean sancionados y no premiados», señala este autor de 59 libros e infinidad de ensayos, a quien nadie podrá enrostrarle el cómodo epíteto de contrarrevolucionario u oportunista para despachar sus críticas.
LA CRÍTICA GARANTIZA EL SOCIALISMO
Ante estas preocupaciones colectivas e individuales, es muy importante que el Presidente Chávez haya también insistido en el tema de la crítica en su última columna «Las Líneas de Chávez», publicada el domingo 14-06-2009 en varios diarios, de tal manera que la descalificación a priori no ahogue el debate necesario. Y que el debate sin formalismos y justificaciones cómplices permita revisar, rectificar y reimpulsar a tiempo, para que no tenga posibilidades de fortalecerse la frustración popular.
La oposición burguesa estudia, conoce, potencia y aprovecha al máximo las debilidades y errores que surgen en el proceso revolucionario. Un titular de primera plana en uno de sus periódicos evidencia que apuestan a la frustración popular: «Oposición tiene que sumar al chavismo descontento» (La Voz, 14-06-2009). Entonces, no hay excusas para que los dirigentes y el pueblo que aspira a construir el socialismo también activen los mecanismos y espacios para desentrañarlas y vencerlas.
En estas circunstancias cruciales, es oportuno destacar parte de lo escrito por el Presidente Chávez, como escudo para estimular esa discusión crítica y autocrítica, aun entre los recelosos:
«De allí la importancia central del ejercicio crítico colectivo y permanente: la crítica no tiene sustitutos y es indelegable.
«La crítica garantiza la fluidez que el socialismo necesita en el curso de su concreción: si la crítica fuera desplazada por el dogma, éste se estancaría irremediablemente.
«El socialismo, lo sabemos, no puede decretarse: tiene que construirse y crearse colectivamente. Es la capacidad crítica y creadora, constructora y liberadora del pueblo, la que le da vida a una nueva sociedad».
«…Bienvenidos, entonces, todos los espacios de discusión crítica sobre nuestra experiencia socialista».
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