Recomiendo:
6

La «Gleichschaltung» neoliberal

Fuentes: Observatorio de la crisis

El capitalismo digital se comporta como un gigantesco vampiro que se alimenta de la libido. En otras palabras en comparación con el capitalismo tradicional, el nuevo tipo de capital no solo extrae plusvalía del trabajo, sino también «de la experiencia humana en su totalidad».

Primero me gustaría intentar sugerir cómo la contrarrevolución digital no debería verse simplemente como un desarrollo del capitalismo financiero. De hecho, ha permitido establecer el nuevo orden digital que, gracias a herramientas de eficacia y omnipresencia sin precedentes, ha desrealizado el «orden terrenal» (Byung-Chul Han, Le non cose) permitiendo que el horizonte individual se rediseñe en su conjunto, prolongando la idolatría del Mercado a través de la Tecnología y el mito de su omnipotencia y relanzando la ideología mercantil justo cuando experimentó un serio revés con la crisis financiera de 2007/8.

De esta manera, el orden digital se ha convertido en la herramienta clave al servicio de una profunda reestructuración antropológica que persigue el poder tecnocrático actual. En la práctica, el orden digital no solo ha permitido aplicar un poderoso apretón, comprimiendo tanto el campo del pensamiento – que el capitalismo digital atrofia colonizando el tiempo de los tecno-sujetos – como el de las alternativas, que para ser adoptadas deben primero ser adoptadas y sobre todo debe ser imaginadas, pensadas, considerada deseable o simplemente posible.

Este es un primer carácter constitutivo del capitalismo digital, que se comporta como un gigantesco vampiro que se alimenta de la libido como destaca Shoshana Zuboff en su libro “Surveillance Capitalism” ( 2019). En otras palabras en comparación con el capitalismo tradicional, el nuevo tipo de capital no solo extrae plusvalía del trabajo, sino también «de la experiencia humana en su totalidad».

Vuelvo a la restricción del campo de alternativas, cuestión central para el desarrollo de mi razonamiento. Carlo Formenti defendió (Guerra y revolución, 2023), siguiendo a Lukács, una lectura no determinista de Marx, ya que «ninguna dimensión del ser social condiciona a las otras sin estar a su vez condicionada por ellas».

Por tanto, si es cierto que las leyes de la economía adquieren un carácter abrumador, sin embargo la estructura económica no determina la conciencia directamente, sino «a través de la totalidad del ser social». Esto significa que la acción subjetiva, no ejerce su capacidad de decisión en sentido absoluto, sino siempre dentro de un campo de alternativas predefinidas.

A partir de este marco, el objetivo es captar y describir cómo, durante los últimos quince años, es decir, con la instalación del capitalismo digital, se condujo al establecimiento del nuevo orden digital, una contrarrevolución digital que ha provocado una severa restricción de el campo de las alternativas disponibles para la acción subjetiva y para política, particularmente para las clases trabajadoras.

Cómo se logró esta vasta persuasión en el Occidente tecnocapitalista; es, en mi opinión, el principal problema al que nos enfrentamos hoy; y esto sólo puede explicarse entrando en la lógica profundamente manipuladora del capitalismo digital, basada en una sofisticada ingeniería conductual. Desde este punto de vista, me refiero, entre otras cosas, a alguno de mis trabajos publicados en las páginas de L’Interformazione.

Aquí me gustaría, en cambio, desarrollar y aclarar un tema unificador: cómo, a través del nuevo orden digital, se está creando una verdadera Gleichschaltung («sincronización») neoliberal. Esto no sorprende, porque constituye una consecuencia coherente de la definición de totalitarismo neoliberal, es decir, una ideología que pretende ocupar todos los espacios de la vida del individuo; así que no nos debería sorprender que hoy los individuos no sean conscientes y tiendan, por el contrario, a creer el horizonte neoliberal, a confiar en él y a identificarse con el sistema, porque esto es inherente al carácter básico del concepto de adoctrinamiento, así es como ocurrió con su arquetipo ideológico bajo el nazismo.

La Gleichschaltung, es decir, la campaña de sincronización de la sociedad, fue lanzada por los nazis en 1933 y duró hasta 1937. Su objetivo era, como sugiere el término, asumir el control total sobre el individuo, así como sobre cada organización y cada aspecto de la vida, con el pretexto de purificar la cultura y la sociedad.

Desde hace algún tiempo existe una Gleichschaltung neoliberal y su realización efectiva se encuentra en una etapa avanzada. Los individuos de masas deben estar alineados, obligados a ajustarse a una ideología funcional al orden mercantil que ha continuado en la tecnocracia neoliberal.

La filiación de un mismo esquema se da dentro de diferentes formas estatales y políticas y convive sin problemas con esta diversidad. El nazismo primero alcanzó el poder, se apoderó de los mandos del Estado y luego lo ocupó y se identificó completamente con él. La élite anglosajona es, sin embargo, transnacional, nómada y ubicua (Jacques Attali, Breve historia del futuro). Los primeros hicieron uso de la represión, los segundos de la promesa de la extensión ilimitada de la libertad individual.

El capitalismo digital constituye la principal herramienta al servicio de la «sincronización» del individuo en la nueva sociedad de masas. Comparado con los totalitarismos del siglo XX, esta no se basa en la represión, sino en la “libertad” y de ahí deriva tanto su eficacia como las dificultades para decodificarla; obviamente se trata de una cierta manera de entender, o más bien de presentar la libertad, dado que las «batallas» en el centro de la ideología neoliberal no son batallas de libertad y la supuesta extensión ilimitada ligada a la posibilidad infinita de manipular al individuo esconde su definitiva reducción a mercancía (Silvia Guerini, Del cuerpo neutro al cyborg posthumano, 2022).

Así la «sincronización» del individuo-masa en el nuevo orden digital hace uso del equipamiento ideológico de la corrección política, del feminismo neoliberal y de la «igualdad de oportunidades», del pensamiento LGBTQ+, del transhumanismo; y también, sin ninguna paradoja, de un «antifascismo» nominalista, despojado de toda conexión con la cuestión social, pregonado por belicistas, atlantistas y libremercadistas, es decir, por aquellos que ritualmente señalan a un enemigo del pasado incluso cuando caminan junto al neo-autoritarismo del presente, como bien hemos podido comprobar una vez más, y de manera más llamativa, con motivo del teatro mediático del pasado 25 de abril.

He aquí, por tanto, los rasgos generales de lo que debe considerarse una verdadera  Gleichschaltung neoliberal y de la que se puede encontrar una pieza más en el crescendo mediático orquestado con motivo del pasado 25 de noviembre ( https://www.lesistenza.info/attpol / orden-del-dia-divide-et-impera-climax-perfetto-25-novembre/ ), que se ha convertido en una fecha inamovible de la liturgia políticamente correcta.

De hecho, la voluntad de moldear al individuo y a la comunidad deriva necesariamente de la noción de totalitarismo liberal. Hoy, los medios materiales (incluida la ideología) utilizados para este propósito no pueden considerarse  misteriosos. Tampoco es casualidad que la corrección política, con su ímpetu moralista, desempeñe una función similar a la del deseo maníaco de purificar la sociedad y la cultura en la Gleichschaltung original, la nazi.

Finalmente, puedo mencionar otro aspecto central en la Gleichschaltung neoliberal, inherente también a su definición y al esquema general, común al modelo y a la copia, de transformación y estandarización del individuo y de la comunidad, es decir, el hecho de que pasa por el adoctrinamiento de los más jóvenes, de los adolescentes, de los preadolescentes e incluso de los niños, a través de la capacidad que adquiere el nuevo orden digital de dirigirse a ellos directamente, saltándose todas las formas y figuras de intermediación social y educativa, pasos que se han ido dando adoptadas para domesticar, neutralizar o deslegitimar.

Cualquiera que haya estudiado el funcionamiento y la lógica en que se basa el capitalismo digital, o simplemente haya observado cuidadosamente sus efectos en la infancia y la adolescencia, se da cuenta de que el orden digital realza la ya inherente tendencia del neoliberalismo hacia la total desconflictualización y desintermediación de la sociedad , llevándolo a la consecuencia final y más radical, es decir, la enrarecimiento, desestructuración y en última instancia anulación de la relación con las figuras de referencia, padres y profesores.

Los padres se sienten distraídos y atomizados a través de las mismas herramientas a las que sus hijos son cada vez más abandonados; estos últimos son atacados permanentemente con campañas mediáticas ad hoc y las contrarreformas escolares los vuelven lo más inofensivos posible.

De esta manera, se ha logrado, y se logra cada vez más, el resultado de anticipar los tiempos e intensificar los efectos de la separación monádica de los individuos, del retraimiento narcisista y de la disolución de los vínculos comunitarios. Además, la tecnocracia neoliberal, culminación de la ideología mercantil, ahora se opone explícitamente a la familia; y tiene uno de sus pilares en la destrucción y colonización de las escuelas públicas.

También en este caso podemos ver cómo el capitalismo digital predispone y amplifica todas las escisiones y formas de desintegración que sus apéndices ideológicos fortalecen y concretan. En este sentido, resultan especialmente útiles las páginas del citado libro de Silvia Guerini dedicadas a la saturación de las escuelas, principalmente en los países anglosajones , con la ideología de «género neutral», que se encuentra en el origen del crecimiento exponencial de los fenómenos de tipo disforia.

En Canadá, el adoctrinamiento sobre la “identidad de género” ha penetrado en las escuelas, como resultado, niños y niñas de hasta 11 años piden usar sus pronombres preferidos y muchos adolescentes se definen como pan-sexuales (….). En Canadá, a los niños y niñas de todas las edades se les enseña que tienen una «identidad de género» y que ésta es más importante que el sexo biológico.

La política escolar prevé la posibilidad de una “transición social” sin que los padres sean informados. Un padre se enteró de que se hacía referencia a su hija con un nombre masculino cuando lo leyó en el anuario de séptimo grado. La condena a 6 meses de prisión y una multa de 30 mil dólares para este padre que se opuso a la administración de bloqueadores a su hija es un precedente significativo, peligroso y preocupante.

En conclusión,  la Gleichschaltung neoliberal debe entenderse a la luz de todos los aspectos y contextos complementarios en los que se arraiga y se hace explícita la reproducción de su ideología.

El nuevo orden digital, que constituye quizás la realización más completa del «capitalismo mágico», mantiene unida y relanza toda la construcción material de la ideología, la lleva a un nivel superior y ofrece al individuo de masa un horizonte trascendente en el que ubicarse, resultando en un severo cierre del campo de alternativas disponibles para la acción subjetiva y política.

Pier Paolo Caserta es profesor de Filosofía e Historia, ensayista independiente, formador y autor en el campo de la lógica.

Fuente: https://observatoriocrisis.com/2024/04/28/la-gleichschaltung-neoliberal/