Las comunidades más pobres no se benefician de la globalización, afirmó un grupo de representantes de los Países Menos Desarrollados y expertos de la ONU, en una conferencia inaugurada en Estambul.En Brasilia, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva dijo que »los países pobres tienen que salir ganando algo», porque »los ricos ya ganaron demasiado […]
Las comunidades más pobres no se benefician de la globalización, afirmó un grupo de representantes de los Países Menos Desarrollados y expertos de la ONU, en una conferencia inaugurada en Estambul.
En Brasilia, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva dijo que »los países pobres tienen que salir ganando algo», porque »los ricos ya ganaron demasiado en el siglo XX». Durante su programa radial Café con el presidente , Lula consideró que aún »hay posibilidades» de que las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio culminen con éxito, pese a que están paralizadas desde mediados de 2006.
En tanto, el director de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, apoyó la lucha de los países emergentes por abrir los mercados agrícolas de Europa y Estados Unidos, aunque consideró que eso no alcanza para asegurar el despegue de los más pobres.
»Paradójicamente, mientras algunas naciones se integran y prosperan, otras quedan más marginadas y aisladas», afirmó Harriet Schmidt, directora de la oficina de la ONU para los Países Menos Desarrollados.
Aumentaron los países menos desarrollados
»Esta es la triste realidad de los Países Menos Desarrollados. Mientras la globalización ha permitido en los últimos 30 años extender el comercio, incrementar el rendimiento económico y crear una riqueza global sin parangón, ellos han fracasado en llevarse los beneficios», agregó.
De acuerdo con criterios establecidos por la ONU, 50 países figuran en la categoría de menos desarrollados, 25 más que en 1971; 35 de ellos se encuentran en Africa, 10 en Asia, cinco en Oceanía y uno en el Caribe. La lista incluye Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Gambia, Sudán y Mauritania.
Estos países concentran 12 por ciento de la población mundial y menos de 2 por ciento de la inversión global directa. La situación es más alarmante en el ámbito comercial: su participación en las exportaciones cayó de 3 por ciento en los años 1950 a 0.7 por ciento en la presente década.