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Concierto de Kelvis Ochoa

La Habana a todo color

Fuentes: Rebelión

Cuando atravesamos el umbral de los Jardines de la Tropical en el corazón de un popular barrio habanero, llegamos a una dimensión dominada por la sinfonía tribalista de los ritmos electrónicos. Racimos de cuerpos «explotaban» al compás de sesiones de House, Trance, Drum n’ Bass Trip Hop y Big Beat a lo Chemical Brothers. El […]

Cuando atravesamos el umbral de los Jardines de la Tropical en el corazón de un popular barrio habanero, llegamos a una dimensión dominada por la sinfonía tribalista de los ritmos electrónicos. Racimos de cuerpos «explotaban» al compás de sesiones de House, Trance, Drum n’ Bass Trip Hop y Big Beat a lo Chemical Brothers. El sonido de las máquinas señaló el primer destino de la noche que cumplió el pronóstico del padre del illbient Dj Spooki: «Dame dos discos y te construiré un universo».

El escenario, levantado ahora en otra área interior de los jardines, quedó listo para la entrada de uno de los integrantes de más nombradía de la ecléctica banda Habana Abierta: Kelvis Ochoa, quien llegó de golpe como un meteorito arrojado desde algún rincón del espacio.

A pesar de la demora en la apertura del concierto, el isleño atrajo la atención de modo magnético. Conectó con los cientos de jóvenes que se trasladaron por las calles oscuras que desembocan en este lugar convertido en templo de los artistas de la escena alternativa cubana.

El proyecto de los jardines, organizado por la Rueda Producciones guarda semejanzas con las actividades del extinto grupo Brigada Verde. También con las actividades del desintegrado grupo AlterNativo, nacido en la Universidad de la Habana. Sus promotores vincularon tendencias culturales de vanguardia con el interés por la protección ecológica. Quizás si se retoma el camino de enlazar la música con la acción social se pudiera ayudar a que parte de los adolescentes y jóvenes vean un horizonte más allá de los cantos de sirena de la inexistente rebeldía de la moda «contracultural» fabricada por el imperio del mercado que solo busca la adopción de patrones mercantiles como sustitutos de cualquier forma de pensamiento.

Kelvis, resguardado por una potente banda, disparó la fiebre del sábado por la noche y dejó bien claro sus lazos de unión a la comuna de Habana Abierta donde se mezclan las sustancias más explosivas de la música contemporánea cubana, como se recuerda en la memoria, aquel concierto de hace cuatro años en el Salón Rosado de la Tropical, cuyos estallidos todavía retumban en las fiestas habaneras cuando se escuchan las populares glosas del ex Lucha Almada, Vanito, a manera de crónica epocal: «Le dije cállate y sube a la cama, esa película ya sé en qué acaba, al final de todo creo que no entendió absolutamente nada».

El «concertazo» de Boris Larramendi, Alejandro Gutiérrez, Pepe del Valle, José Luis Medina, Ihosvany Caballero (Vanito) y Athanay acrecentó el mito de sus presentaciones. Como sucedió hoy con Kelvis, quien mantiene estrechos vínculos con la escena cubana, a pesar de residir en España, donde ha desarrollado parte de su carrera junto a Habana Abierta.

Su habitual soltura doctoral elevó la temperatura al nivel de la sangre. Los aceites corporales reflejaron la autopista de éxtasis que desbordó el recinto como lo hizo hace varios sábados X Alfonso. Las películas de humo procedentes del tablado, la tupida vegetación y la penumbra ofrecían una imagen espectral que podría desprenderse de uno de los fotogramas de un video clip del polémico Brian Warner (Marilyn Manson), quien sorprendió a muchos con sus lúcidas declaraciones en el documental Bowling For Columbine de Michael Moore.

Después de ofrecer varios temas de su archivo discográfico Kelvis, descendió del escenario donde antes había invitado al pintor Alexis Leyva Machado (KCHO).

En un primer momento pensamos que todo iba a acabar. Un expectante silencio se apoderó del ambiente, solo roto por el ronroneo de un río cercano. El público quedó de piedra… Pero sus reclamos rompieron el vértigo de la madrugada… y el músico volvió al ritual. Rasgó la guitarra y cantó por varios minutos hasta completar su presentación sobre la que declaró: «este concierto lo estaba esperando hacia rato. Después de la gira de Habana Blues (cinta de Benito Zambrano) tenía muchas ganas de venir a guarachar y estoy muy contento por estar aquí. Ahora estoy esperando para sacar mi último disco (Curandera) por la Egrem, auque todavía no me han dado respuesta.»

Referente a la posibilidad de otro concierto de Habana Abierta en Cuba, dijo: «ellos están locos por venir y tocar, aunque de momento no tenemos fecha».