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La hipocresía del establishment

Fuentes: Rebelión

Uno de los fenómenos mediáticos más importantes que ha ocurrido este año pasado ha sido el funeral del Sr. Mandela, dirigente del movimiento antiapartheid en Sudáfrica. Fue todo un espectáculo, en el que un gran número de jefes de Estado y presidentes y primeros ministros de los países más conocidos en el mundo, incluyendo las […]

Uno de los fenómenos mediáticos más importantes que ha ocurrido este año pasado ha sido el funeral del Sr. Mandela, dirigente del movimiento antiapartheid en Sudáfrica. Fue todo un espectáculo, en el que un gran número de jefes de Estado y presidentes y primeros ministros de los países más conocidos en el mundo, incluyendo las democracias occidentales, rindieron tributo a la figura de Mandela. Todos ellos resaltaron sus grandes virtudes, acentuando distintas dimensiones de su figura.

Nizar Visram acaba de publicar un artículo en CounterPunch, la revista de mayor tirada de las izquierdas estadounidenses, que contrasta lo dicho por muchos de estos dirigentes en honor de Mandela con las decisiones tomadas y posturas adoptadas por ellos en la vida real, mostrando la falsedad e hipocresía de muchos de ellos. Veamos algunos de ellos.

El Presidente Obama de EEUU resaltó, como Premio Nobel de la Paz que es, el compromiso con la paz que Mandela -al cual se refirió con el término cariñoso de Madiba, como le llamaba su pueblo- había mostrado en su vida, respetuoso de la vida humana, y sensible a proteger a los inocentes en cualquier conflicto. El Presidente Obama hacía estos comentarios a la vez que estaba firmando en el mismo día la orden de lanzar los famosos drones, aviones sin piloto cargados con bombas, contra poblaciones civiles, que constantemente son bombardeadas en Yemen, Pakistán, Sudán, Somalia y Afganistán, matando a miles de civiles. El que explotó en el día del funeral de Mandela mató en Yemen a 17 personas que estaban celebrando una boda. Y todos los presidentes de EEUU que asistieron al funeral se refirieron a Mandela como un gran luchador por la libertad, ocultando que el gobierno federal de EEUU había tenido a Mandela en la «lista de terroristas» hasta el año 2008 (sí, leyó bien, 2008), solo hace unos cinco años. Y ninguno pidió disculpas por la ayuda que el gobierno federal de EEUU había proveído al régimen apartheid de Sudáfrica, incluyendo la ayuda de la CIA en la detención de Mandela, que determinó su estancia en prisión durante 27 años.

Un tanto semejante ocurrió con David Cameron, Primer Ministro del gobierno conservador en el Reino Unido, que utilizó casi las mismas palabras que el Presidente Obama para referirse a Mandela: «luchador por la libertad», «luchador por los derechos humanos», «luchador por la dignidad del ser humano»… David Cameron tampoco pidió disculpas a Mandela por el apoyo del gobierno conservador de la Sra. Thatcher al régimen apartheid, refiriéndose la Sra. Thatcher a Mandela como «un terrorista peligrosísimo». Pero David Cameron tenía que haber pedido disculpas también, porque él personalmente junto con miembros de la juventud del Partido Conservador al cual él pertenecía, había llevado en la universidad una camiseta en la que se pedía que se ahorcara a Mandela («Hang Nelson Mandela»). Y más tarde, cuando trabajaba en el Departamento de Investigación del Partido Conservador, fue a Sudáfrica, financiado por una empresa que estaba intentando influenciar a las Naciones Unidas para que se protegiera al sistema apartheid en contra del embargo que había promovido dicho organismo. Nada de esto se había escrito en la nota introductoria de David Cameron en el programa del funeral.

Pero el que alcanzó ya el récord de hipocresía fue el representante de Israel. Su Primer Ministro adujo que el gasto del viaje sería demasiado elevado. Los gobiernos de Israel fueron los que más ayudaron al gobierno del apartheid, siendo su mayor proveedor de armas y equipamiento militar y policial. Ayudaron también en los planes de tal gobierno para desarrollar una bomba nuclear. Israel estuvo representado por el presidente de su Parlamento, el Sr. Edelstein. Este señor se refirió a Mandela como «un hombre que nos enseñó que la mejor manera de responder a la violencia no es añadir más violencia. Quisiera que su modelo se aplicara también en la región donde está Israel». El Sr. Edelstein ha sido uno de los mayores opositores al establecimiento de un Estado palestino, una demanda del pueblo palestino. Uno de los primeros lugares que visitó Mandela al dejar la prisión fue Palestina, pronunciando la famosa frase «Yo soy palestino». Y denunció al Estado israelí como el mayor promotor de violencia en aquella región, cosa que el representante de aquel Estado no citó.

El artículo no dice nada del presidente español, el Sr. Rajoy, y de su discurso. Pero podría haber contrastado su discurso, en el que alabó la lucha por la libertad y la democracia, con sus prácticas represivas en defensa de unas políticas de austeridad que no tienen ningún mandato popular.

Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.