Por tantas cosas que uno lee y escucha, termina creyendo que llegará el momento en que nada lo sorprenderá. Pero no es así: la oposición se supera a sí misma en su ilimitada mezquindad y en su indoblegable posición de no dejarse conmover por nada que pueda de alguna manera beneficiar a Chávez, aun cuando […]
Por tantas cosas que uno lee y escucha, termina creyendo que llegará el momento en que nada lo sorprenderá. Pero no es así: la oposición se supera a sí misma en su ilimitada mezquindad y en su indoblegable posición de no dejarse conmover por nada que pueda de alguna manera beneficiar a Chávez, aun cuando se lleve por delante a la patria misma.
La actitud miserable de varios medios de comunicación durante las últimas dos semana, porque no se ganaron en Beijing las medallas estimadas inicialmente, no tuvo conmiseración alguna ni con los deportistas que lucharon con dignidad por su bandera ni con todo un pueblo que esperaba ansioso el transcurrir de cada jornada para ver, en algún rincón del televisor, el tricolor nacional ondeando victorioso.
Así como hicieron con el maestro José Antonio Abreu y con Gustavo Dudamel, luego de los éxitos obtenidos por la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar en sus presentaciones internacionales, la pita le correspondió ahora a los representantes criollos en China. Algunos editoriales no dejaron duda sobre el carácter apátrida que signa a unos cuantos medios opositores y numerosas expresiones vertidas agriamente en lugares públicos, en artículos de opinión, en reseñas deportivas y en espacios de Internet, evidenciaron que el odio a Chávez pasa por vender a la propia madre si fuese necesario.
Tan pronto amaneció el pasado miércoles y me enteré de la medalla que se colgó al cuello Dalia Contreras, busqué en distintas partes para leer cómo habían reseñado la noticia. Ningún gran despliegue ni fuegos artificiales, tampoco la evidencia de la euforia que se suele reseñar en estos casos. Entendí que la política estaba empañando el logro de la muchacha, pero no fue sino hasta que entré en la página de Noticiero Digital cuando comprendí cuán bajo han caído. Voy a citar textualmente algunos de los mensajes que estuvieron colgados allí durante todo el día, antes de que fueran sacados por razones obvias. Es de hacer notar que con bastante frecuencia el Decálogo del Forista, que viene a ser algo así como la Declaración de Principios de ND (si es que los tiene), se toma bastante tiempo en eliminar de la red mensajes altamente ofensivos y groseros como los que menciono a continuación: «Hay que hacerle el antidoping, todos esos bolivarianos consumen pasta de coca», firma Bangladesh. «Seguro que con esa medalla el goriloro cierra la Bolívar y hace una cadena como de 4 horas. ¡Gran güe..!» (censura mía), firmado: Tibur1966.
«Michael Phelps (USA) gana 8 de oro y Venezuela (109 atletas/turistas) 1 de bronce», firma: Will Robinson.
«¿Qué es una medalla ante el inmenso gasto invertido por el makako para mandar a los atletas fundamentalistas a Beijing???», firma: una gocha en el exilio.
La lista es larga y el espacio es corto. Probablemente si uno hiciera algún esfuerzo por tratar de dialogar con alguna de estas personas, se encontraría con que no pueden razonar su odio enfermizo. No los creo capaces de defender argumentos ideológicos y el solo uso de seudónimos para firmar sus bajezas, dice mucho de su cobardía. Estos son los irrecuperables alienados que los medios del odio siguen alimentando en el país.