Aunque Karl Marx es considerado el principal crítico del capitalismo, rara vez utilizó este término. La palabra también estuvo ausente de los primeros grandes clásicos de la economía política. No sólo no tuvo cabida en las obras de Adam Smith y David Ricardo, sino que ni siquiera fue utilizada por John Stuart Mill, ni por la generación de economistas contemporáneos de Marx. Más bien utilizaron capital -de uso común desde el siglo XIII- y capitalismo.
El término capitalismo no apareció hasta mediados del siglo XIX. Era una palabra utilizada principalmente por quienes se oponían al orden de cosas existente y tenía una connotación mucho más política que económica. Algunos pensadores socialistas fueron los primeros en utilizar esta palabra, siempre de forma despectiva. En Francia, en una reedición de la célebre obra L’organisation du travail, Louis Blanc sostenía que la apropiación del capital -y, a través del propio capital, del poder político- estaba monopolizada por las clases acomodadas. Éstas lo concentraban en sus propias manos y restringían el acceso a él de las demás clases sociales. Lejos de pretender derribar los fundamentos económicos de la sociedad burguesa, se pronunció a favor de la «supresión del capitalismo, pero no del capital». En Alemania, el economista Albert Schäffle, burlado con el epíteto de «socialista de sillón», en su libro Capitalismo y socialismo, abogaba por reformas desde el Estado para paliar los agrios conflictos que se extendían ampliamente, debido a «la hegemonía del capitalismo».