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La insoportable levedad de una mala excusa

Fuentes: Impresiones Mías

La orden de detención cursada por la Interpol contra Julian Assange rezaba «sex crimes». Posteriormente, esos crímenes sexuales se han concretado en «practicar sexo sin preservativo y posteriormente negarse a realizar la prueba del VIH«. Dos mujeres, víctimas de sus propias voluntades y pasiones, decidieron mantener relaciones sin preservativo con Assange. Aparentemente el problema de […]

La orden de detención cursada por la Interpol contra Julian Assange rezaba «sex crimes». Posteriormente, esos crímenes sexuales se han concretado en «practicar sexo sin preservativo y posteriormente negarse a realizar la prueba del VIH«. Dos mujeres, víctimas de sus propias voluntades y pasiones, decidieron mantener relaciones sin preservativo con Assange. Aparentemente el problema de un posible contagio surge cuando Assange se niega a realizarse la prueba del VIH. Antes o durante la relación consentida por ambas mujeres no existe la preocupación de contagio. Después sí.

Resumiendo, que el delito de Assange es que, en caso de estar infectado por VIH, podría haber contagiado el SIDA a dos mujeres que practicaron sexo con él voluntariamente y sin preservativo.

En su increíble riqueza, el idioma español no da la talla frente a la fiscalía sueca que, haciendo gala de una capacidad de síntesis digna de elogio, resume todo lo anterior en una sola palabra: «violación».

Si se extiende esta práctica de poner en busca y captura a una persona por la posibilidad, aunque sea remota, de contagiar a otra una enfermedad que solo es mortal en el tercer mundo, como es el SIDA; me imagino a la opinión pública mundial ansiosa por ver cómo se desenvuelve la Interpol en la busca y captura de los cascos azules nepalíes que llevaron el cólera a Haití, y que ha causado ya más de 2.000 muertos. No se tienen noticias de que los cascos azules hayan aceptado realizarse la prueba del cólera después del contagio, lo que, en igualdad de términos, debería agravar la acusación contra ellos.

Estamos impacientes por saber si la fiscalía sueca tiene tipificado también un delito como este y si su capacidad de síntesis lo puede concretar igualmente en una sola palabra o, si por contra, recurre a utilizar la definición que la propia ONU utiliza en estos casos y que es «acción humanitaria», lo que aleja a la propia acción de ser considerada como delito, aunque solo sea conceptualmente.

Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que además del espacio y la estupidez humana, hay otra cosa infinita, la ingenuidad de algunos mentirosos.

 

Fuente: http://impresionesmias.com/2010/12/17/la-insoportable-levedad-de-una-mala-excusa/