Es posible afirmar que en los últimos diez años la educación en Brasil ha presentado mejoras significativas. Según datos del Banco Mundial, Brasil invierte en educación el 5.4 % de su PBI. Es importante destacar la desproporcionalidad que existe en la inversión entre el nivel superior y el resto de los niveles del sistema educativo, […]
Es posible afirmar que en los últimos diez años la educación en Brasil ha presentado mejoras significativas. Según datos del Banco Mundial, Brasil invierte en educación el 5.4 % de su PBI. Es importante destacar la desproporcionalidad que existe en la inversión entre el nivel superior y el resto de los niveles del sistema educativo, invirtiéndose en mayores proporciones en el nivel primeramente mencionado.
Desde el año 2003 el gobierno federal ha invertido 8.4 billones de reales en la expansión y reestructuración de universidades federales. Para esa altura, el ingreso anual de estudiantes a cursos de graduación rondaba los 110.000. Ya en el año 2011, ese número pasó para 230.000 ingresos. Asimismo, está previsto que para el 2014 Brasil cuente con 63 universidades federales distribuidas en más de 250 municipios que nunca tuvieron acceso al nivel superior.
A pesar de esas mejoras, el acceso a la educación universitaria pública está sumamente restringido. Los pretendientes deben concursar por un lugar disponible rindiendo una prueba y seleccionando tres universidades así como tres posibles cursos. A diferencia de Uruguay, donde no se exige prueba de ingreso y mucho menos se elabora un ranking excluyente al derecho a la educación. En este sentido, Brasil tiene una deuda enorme con su pueblo.
Hace pocos días el senado brasilero aprobó un proyecto de ley que reserva el 50% de los ingresos a la enseñanza superior a aquellos estudiantes que provienen de la educación pública. De ese porcentaje, se asegura la mitad de vagas (un 25% del total) para aquellos con renda familiar igual o inferior a 1.5 salarios mínimos per cápita. El otro 25 % será destinado a estudiantes negros, pardos o indígenas de acuerdo con la proporción de esas poblaciones en cada estado.
Es interesante observar que si bien existe un esfuerzo en estos últimos años por «democratizar» el acceso al nivel superior, eso genera también obstáculos y más que nada desafíos, ya que se debe contar con la infraestructura necesaria para atender semejante demanda (restaurantes universitarios, salas de aula, residencias estudiantiles, laboratorios, bibliotecas, profesores y funcionarios administrativos, entre otros).
Paro a nivel nacional
En el año 2011, se firmó un acuerdo entre el gobierno y los sindicatos de profesores que establecía la reposición de la inflación del 2010. Ese acuerdo no ha sido respetado desde el momento de su celebración. La coyuntura nacional viene presentando desde entonces una desvalorización de la carrera docente. En ese sentido, los sindicatos de la categoría se declararon en paro el 17 de mayo del corriente año por tiempo indeterminado. La pauta nacional está concentrada en 4 ejes principales:
– Reposición de pérdidas salariales acumulada a lo largo de los últimos dos años
– Reestructuración de la carrera docente
– Mejoras de condiciones de trabajo
– Defensa de la universidad pública, gratuita y de calidad
Al día de la fecha se encuentran paralizadas las actividades de 57 universidades federales de un total de 59. Al paro decretado por los docentes se sumaron los técnicos administrativos y estudiantes, variando según la institución, en algunas con pautas propias y en otras manifestando apenas solidaridad con la reivindicación del cuerpo docente.
La última propuesta presentada por el Ministerio de Planificación no contempla mínimamente las reivindicaciones de los profesores y fue rechazada por 90% de las universidades que están en paro. Según el sindicato de profesores de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana, «la propuesta del gobierno es puramente mediática. No repone las pérdidas con la inflación, lo que significa que si aceptamos la mayor parte de los profesores tendría una pérdida salarial en los próximos tres años».
El pasado 10 de agosto, el abogado Luis Inácio Adams de la Abogacía General de la Unión (AGU), declaró que los rectores de las universidades federales deben informar los nombres de docentes y funcionarios técnicos que están en paro. De lo contrario, serán responsabilizados en juicio.
UNILA – Pauta local
La Universidad Federal de Integración Latinoamericana (UNILA) es un proyecto inédito en América Latina, marcado por la preocupación con la multiculturalidad, bilingüismo e interdisciplinaridad, en sus tres pilares: enseñanza, investigación y extensión. Es una universidad que mira para dentro del continente, orientada por el principio de la cooperación solidaria. Fue creada por una comisión de implementación en el 2007 que comienza a recibir sus primeros educandos en el segundo semestre de 2010.
Se encuentra estratégicamente ubicada en la triple frontera, sobre la ciudad de Foz de Iguazú, estado de Paraná, Brasil. Actualmente cuenta con unos 1200 estudiantes, 50% brasileros y 50% naturales de los demás 11 países latinoamericanos, distribuidos en 16 carreras. Asimismo, los profesores también provienen de varios países de América Latina, si bien por el momento la mayoría son de nacionalidad brasileña.
Entendemos que sea normal enfrentar problemas y dificultades en este período inicial. De la misma forma, consideramos necesario que existan presiones por la continuidad de las mejorías. Prácticamente dos años después de su entrada en funcionamiento, la Unila todavía no posee un campus propio. Dos predios de veinte andares, anfiteatros y espacios de convivencia para los 10 mil estudiantes esperados en 2017 están en proceso de construcción. El proyecto del renombrado arquitecto Oscar Niemeyer avanza dentro del terreno de Itaipu. Las clases han sido realizadas en los espacios físicos de la empresa binacional, que cuenta con comedor y biblioteca.
Este año se esperaba comenzar las clases en un edificio alquilado en el centro de la ciudad. Al día de inicio, en marzo, el mismo no estaba terminado, faltaban sillas, mesas y baños disponibles. Como salida alternativa, la administración optó por alquilar salones de una universidad privada. Pocos días antes del inicio del paro, las actividades ya estaban siendo realizadas en el edificio central, que hasta hoy no cuenta con algunos de los servicios elementares.
El 24 de mayo, los docentes de UNILA en Asamblea General, con 75 de 110 profesores, decidieron adherir al paro decretado a nivel nacional. En un contexto de crisis local donde se reivindica una pauta que gira en torno a tres ejes:
– Definitiva institucionalización de UNILA (elección del Consejo Superior Universitario y de los demás órganos superiores)
– Infraestructura: asegurar condiciones de trabajo (laboratorios, salas de aula adecuadas y equipadas, espacio de trabajo para los docentes)
– Regularización de la carrera docente (actualmente 60% de los docentes de Unila son contratados bajo la forma de profesores visitantes, con un vínculo máximo de dos años).
La educación pública, gratuita y de calidad es un derecho de todos y un deber del Estado. En ese sentido, cada uno de los cuerpos extenderá la paralización de las actividades académicas o de los servicios pertinentes en pro de los intereses colectivos.
Entendiendo a la educación como un factor clave para el desarrollo y transformación del pueblo brasilero, y en el caso de la UNILA, como elemento importante para el proceso de integración regional, la lucha por condiciones dignas y valorización de la carrera docente es lo mínimo que podemos reivindicar. Así que la lucha continúa. Siempre.
Angela Garofali Patrón. Estudiante uruguaya del tercer semestre del curso Economía, Integración y Desarrollo, de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (UNILA).
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.