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Los países ricos absorbieron el doble de capitales que las economías en vías de desarrollo

La inversión extranjera crece en Europa siete veces más que en EE.UU.

Fuentes: La Vanguardia

El 2005 pasará a la historia como el año en que la economía del Viejo Continente recuperó la confianza de los inversores extranjeros. Según los datos de la Unctad, los capitales eligieron Europa como su principal destino y los flujos de inversión extranjera directa crecieron siete veces más que en el otro gran polo, Estados Unidos.

La capacidad de seducción de la vieja Europa, pese a los años, sigue intacta. Para los inversores extranjeros, el continente europeo es más atractivo que Estados Unidos como lugar de inversión. Es lo que se desprende de un informe presentado ayer en Ginebra por la Unctad, órgano de las Naciones Unidas. El veredicto es inapelable: el flujo de inversiones directas extranjeras en el 2005 aumentó en Europa siete veces más que en Estados Unidos. En concreto, el Viejo Contiente atrajo unos 362.675 millones de euros, lo que representa un incremento del 72% respecto al año precedente. En cambio, las inversiones extranjeras en Estados Unidos alcanzaron los 86.330 millones de euros, con un aumento del 11% respecto al 2004.

«Los inversores apuestan claramente por el crecimiento económico de Europa. A diferencia de Estados Unidos, cuya economía se mantiene constante, el mundo financiero cree que el Viejo Continente se comportará mejor que los años anteriores. En el 2006, la demanda interna podría repuntar y constituir una sorpresa positiva», comenta a este diario Giovanni Zanni, vicepresidente de Credit Suisse.

Con todo, hay que reconocer algunas anomalías estadísticas. La subida más destacable en el 2005 se produjo en el Reino Unido, donde el flujo de capitales se duplicó respecto al año anterior y fue el doble que en EE.UU. Sin embargo, el aumento correspondió en gran parte a la fusión que dio lugar a la empresa Royal Dutch Shell. Otra razón del importante aumento de las inversiones extranjeras fue que las empresas filiales virtualmente terminaron de reintegrar grandes préstamos a sus casas matrices en el extranjero.

Más allá de estos elementos, el atractivo de Europa tiene bases sólidas. Para la Unctad, los aumentos registrados en el 2005 «reposaron en clima empresarial propicio, con aumento de los beneficios. Las fusiones y las adquisiciones aumentaron un 40%, reflejando en parte la subida del precio de las acciones en muchos de los principales mercados financieros».

El organismo cita como ejemplo de países receptores a Alemania, Bélgica, Francia, Irlanda y Países Bajos, que registraron crecimientos importantes respecto al año anterior. La Unctad no menciona a España, pero, según los datos disponibles del Banco de España hasta el 31 de octubre del 2005, las inversiones extranjeras directas sumaban 11.559 millones de euros, lo que representa un aumento del 26% respecto al 2004. Así, España se sitúa en niveles similares a los de la República Checa, pero con un ritmo de crecimiento muy inferior al promedio de sus colegas europeos. Las inversiones extranjeras en España crecieron con fuerza hasta el 2001 pero desde entonces empezaron a descender y todo indica que en el 2005, a falta de cifras oficiales, se mantendrán bastante estancadas.

A escala global, hay que destacar que las economías desarrolladas pusieron fin en el 2005 a cuatro años de depresión, ya que el flujo de inversiones creció un 38%, hasta los 465.000 millones de euros. Pese al gran atractivo ejercido por países como India y China, las economías más ricas volvieron a demostar su poderío, al absorber más del doble de capitales extranjeros que Asia, Latinoamérica y África.