Abdennur Prado, que ha sido colaborador del ex relator especial de la ONU para la islamofobia, Doudou Diene, considera que muchas redadas antiterroristas son «la puesta en escena de una ideología, una estrategia de fabricación de un enemigo». Además de ser presidente de la junta islámica catalana, es promotor del Congreso Internacional de Feminismo Islámico […]
¿Qué es la islamofobia? ¿Cómo se expresa?
El término islamofobia se refiere a la hostilidad y la aversión hacia el islam y los musulmanes, considerados como un grupo homogéneo y cerrado entorno a valores arcaicos, cuyas características negativas los hace peligrosos: una amenaza para la seguridad y para la cultura dominante. Esta hostilidad se manifiesta en forma de discriminaciones, prejuicios y agresiones. Los informes de la ONU, de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y de la UE demuestran que estas discriminaciones son reales en terrenos como el acceso a la vivienda o a un puesto de trabajo, pero también en las dificultades para abrir mezquitas o ejercer con normalidad sus derechos religiosos. Además, han catalogado centenares de ataques, agresiones, incendios de mezquitas, profanaciones de cementerios… incluso asesinatos. Todo esto está sucediendo en estos momentos en Europa. La islamofobia es una ideología dominante, no es tan sólo un odio irracional de gente ignorante y fanatizada, sino un discurso fomentado desde determinados centros de poder con una intencionalidad política.
¿Por eso sostienes que ocupa un lugar destacado en la política?
La demonización de los musulmanes es parte fundamental de la geopolítica energética de Occidente, y se sitúa entre los mecanismos económicos y políticos que caracterizan el Nuevo Orden Mundial. La definición de los musulmanes como totalitarios, machistas y violentos sirve para justificar invasiones de países extranjeros. Está en relación directa con la distribución geográfica de las reservas mundiales de gas y de petróleo. Existe además una conexión entre la islamofobia y la ocupación israelí de Palestina, actuando la demonización del islam como ideología legitimadora de la colonización y la represión sin límites de la resistencia palestina.
Destacas que tiene una amplia aceptación en el mundo intelectual…
La violencia se da allí donde existe un sustrato discursivo que la justifica. La aceptación e incluso respetabilidad de la islamofobia en el mundo académico occidental resulta significativa. Es inimaginable encontrar discursos racistas contra negros, judíos o gitanos entre la intelectualidad europea, y sin embargo numerosos intelectuales aceptan de forma acrítica el discurso islamófobo, la idea del inevitable choque de civilizaciones, la incompatibilidad de islam y democracia, la identificación del islam y la violencia, o la aceptación de estereotipos negativos sobre las mujeres musulmanas.
¿Por qué estableces una relación entre antisemitismo e islamofobia?
La islamofobia es el viejo antisemitismo europeo, con un rostro nuevo. Todos y cada uno de los componentes de la judeofobia clásica son proyectados ahora hacia el islam: los musulmanes son representados con rasgos demoníacos, son acusados de no integrarse y de ser quintacolumnistas de una «invasión islámica de Europa», las mezquitas son presentadas como lugares de conspiración… Se repite que la presencia del islam constituye «un problema», y que por tanto requiere «una solución». Del «problema judío» hemos pasado al «problema islámico».
¿Crees que islamofobia y lucha antiterrorista están relacionados?
Al Estado le interesa hacernos creer que existe una «amenaza yihadista». De ahí la proliferación de supuestos expertos sobre lucha antiterrorista que tienen acceso ilimitado a la prensa, y sobre todo las numerosas redadas realizadas, en las cuales no se ha encontrado ni una sola arma o explosivo, ni el más mínimo indicio que vinculase a los detenidos con el terrorismo… Puede decirse que estas redadas tienen finalidad propagandística: los enemigos están entre nosotros, pero «papá Estado» nos protege… Si no, ¿por qué la policía antiterrorista es acompañada en dichas operaciones por los medios de comunicación? Se trata de la puesta en escena de una ideología, una estrategia de fabricación de un enemigo, que persigue fines políticos y económicos precisos. Con todo esto se genera un clima de terror que justifica la deriva de las democracias occidentales hacia políticas basadas en la seguridad y la identidad nacional, en contra de las políticas basadas en el desarrollo de los derechos humanos y sociales.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-islamofobia-es-una-ideologia.html