El mismo tema requiere cierta aclaración, porque estamos hablando sobre la izquierda hoy y los intelectuales. Sin duda, es difícil definir y encontrar un concepto rápido sobre lo que es la izquierda. Hoy en día, tenemos el problema que muchos grupos y muchas personas se están definiendo de izquierdas y eso está generando muchos problemas. […]
El mismo tema requiere cierta aclaración, porque estamos hablando sobre la izquierda hoy y los intelectuales. Sin duda, es difícil definir y encontrar un concepto rápido sobre lo que es la izquierda. Hoy en día, tenemos el problema que muchos grupos y muchas personas se están definiendo de izquierdas y eso está generando muchos problemas.
LA IZQUIERDA
Quisiera aclarar un poquito el concepto.
Por izquierda se ha entendido históricamente la propuesta de un grupo frente a la civilización existente. En este sentido, en el parlamento de la revolución francesa, la izquierda fueron los jacobinos con su propuesta de liberté, égalité, fraternité, con la que va abarcaba una diferencia cualitativa con el estado existente, con el tipo de convivencia política y no democrática existente, y con la economía feudal, es decir, una propuesta civilizatoria definida por, identificada con el nombramiento de las instituciones básicas que sostienen una civilización. Posteriormente cuando Carlitos Marx y Federico Engels ven que la propuesta no es para la mayorías, diseñan un nuevo proyecto de izquierda, que es el proyecto que después Lenin realizó: El del socialismo con los medios de producción en manos de la sociedad, o del estado; la dictadura del proletariado.
De tal manera que, el concepto históricamente se ha utilizado con provecho cuando estaban claros los contenidos que representaba. En ambos casos era una propuesta antisistémica. El problema es cuando tratamos de entender la izquierda de hoy con esos conceptos, porque difícilmente vamos a encontrar que la gente que se nombra o se autonombra de izquierdas tenga una claridad sobre la civilización del futuro. Decir izquierda o centro izquierda, generalmente, se refiere a posiciones dogmáticas o a posiciones inmanentes al sistema. En la tradición histórica de entender por izquierda un nuevo proyecto histórico, en este caso de las mayorías, no está avalado por una nueva teoría económica, ni del estado, ni de la democracia, de tal manera que hoy día no hay izquierda realmente. Ni en América Latina, ni en Asia, ni en Europa, porque parece que no hay ningún grupo social, ni grupo de intelectuales que tenga una propuesta científicamente defendible y consistente sobre la nueva economía postcapitalista, sobre el estado postcapitalista, sobre la democracia postcapitalista que necesitemos.
En ese sentido, el concepto ha perdido su capacidad analítica y, en lugar de contribuir a discernir la realidad, lo que es la función de todo concepto, ayuda a confundir. Es un concepto propagandístico, básicamente. Sucede lo mismo que con la categoría democracia.
LOS INTELECTUALES
El otro concepto también requiere de alguna dilucidación. La gente piensa que los intelectuales son gente muy inteligente y los intelectuales poco hacen para aclarar esa equivocación. Y esto, por supuesto, es una equivocación porque si alguien dice que es un intelectual no está diciendo que es inteligente, sino que gana su dinero básicamente con el trabajo con símbolos en lugar de trabajo manual. Esencialmente con símbolos, como letras, como dígitos… Porque no hay ningún trabajo que no requiera un insumo intelectual. De la misma manera que el electricista que trabaja con las manos necesita un acervo de conocimientos teóricos al igual que el ingeniero de software. Por eso a los intelectuales no hay que confundirles con los inteligentes y tenerles un respeto a priori sino que, a mi juicio, hay que saludar el principio de la revolución francesa de que toda autoridad institucional, moral o intelectual, en este caso, tiene que ganarse sus loores demostrando que lo es. Entre los intelectuales, hay mediocres, inteligentes, trabajadores, flojos, como en cualquier profesión… Como albañiles o electricistas que no trabajan bien.
En algún sentido todos somos intelectuales. Es útil recurrir a la espistemología científica, viendo un poco la base común de la interpretación de la realidad en los tres conceptos espacio, tiempo, movimiento, base de la interpretación científica de la realidad y base de lo que llamamos sentido común, o inclusive pensamiento mágico, que todos tenemos como dotación genética. Todos somos intelectuales, lo que nos diferencia es el grado de especialización y de educación formal para formar determinados tipos de interpretación de la realidad como la ciencia, el sentido común y, en segundo lugar, el impacto que tiene lo que dice cada intelectual. No es lo mismo que Saramago diga «Hasta aquí he llegado», hasta aquí he acompañado a la revolución cubana, o que lo diga Eduardo Galeano, a que un maestro de primaria en una provincia de México lo diga. En este sentido, podemos diferenciar diversos accesos y capacidad de repercusión de los intelectuales en el mundo, que es una cosa muy importante y en segundo lugar, tenemos que diferenciar también entre los niveles en que actúan los intelectuales. Un maestro de primaria es un intelectual, sus capacidades deben estar altamente en lo didáctico y lo pedagógico, porque no es la generación de conocimiento nuevo, de conocimiento objetivo lo que le identifica. A otro nivel, un profesor normal en una universidad repite conocimientos existentes, porque hay muy pocos profesores universitarios que son creativos, generalmente repiten libros de las vacas sagradas de EEUU o Europa pero, generalmente, no genera nuevos paradigmas, es decir, su capacidad de innovación teórica es más bien raquítica en la mayoría de los casos. Y luego, por supuesto, están los grandes que hacen paradigmas, como Chomsky o Saramago, en literatura. En todos los campos del pensamiento humano los hay, y eso son los que dan la tónica, la direccionalidad de la discusió en la opinión pública.
GALLINAS Y TOPOS
Todo esto teníamos que tomar en cuenta para hablar sobre la izquierda y sus intelectuales. Quiero dejarlo aquí por razón de tiempo y empezar de una vez y entrar en el tema propiamente dicho de la izquierda y sus intelectuales.
Si hoy día George Orwell regresara y escribiera otra vez su sátira Rebelión en la Granja (Animal farm) sobre el régimen estalinista, utilizando como tópico de discusión la izquierda y los intelectuales, probablemente llegaría a un diagnóstico sorprendente, probablemente diría: «Bueno, si en mi sátira los animales dominantes eran los perros y los cerdos, hoy en día serían los topos y las gallinas, apoyados por los camaleones.»
Por eso obviaba decir que hay una extraña moda intelectual que se ha apoderado de la inteligentsia a nivel mundial que consiste en decir que, lastimosamente, estamos parados en el neoliberalismo, que no nos satisface porque es una barbarie con la que nadie con ética puede estar de acuerdo, y, por tanto estamos en contra de un capitalismo salvaje diferenciándolo, obviamente, de un capitalismo no salvaje. Esa moda dice tanto en contra del neoliberalismo, que quisiéramos transformarlo, ser revolucionarios, al menos de la pluma. Aquí un pequeño Voltaire, un pequeño Beethoven, si llegamos lejos un pequeño Marx, pero la realidad no nos lo permite, porque la realidad es tan compleja que no sabemos por donde va el tiro, La ciencia no ha avanzado lo suficiente y la realidad no nos permite entender con claridad por dónde tenemos que tirar para llegar al nuevo socialismo o como dicen algunos a la democracia participativa postcapitalista. Pero ese deseo subjetivo de transformación que todo intelectual y persona de izquierdas que se precie tiene, ese deseo subjetivo de transformación no se empareja con el paradigma postcapitalista porque la ciencia no nos dice todavía cuál es la solución. Esa es la moda que impera hoy en día en el mundo intelectual.
Voy a citar a un intelectual brasileño, Emir Saab, que lo dijo de la siguiente manera. Preguntado sobre la alternativa al neoliberalismo dijo: «No lo tenemos claro, nosotros supimos resistir al neoliberalismo, pero no somos capaces hasta ahora de saber como se sale de este modelo, sabemos lo que no queremos». Eso es en cierto sentido representativo sobre un cierto sector de los intelectuales. Hay una cierta inmodestia porque si hay alguien que ha sido capaz de resistir al neoliberalismo han sido los pueblos no los intelectuales, porque los intelectuales han marchado alegremente a la retaguardia de los enfrentamientos, y han sido los campesinos de América Latina, los trabajadores, los estudiantes, las mujeres, que se han enfrentado y apenas ahora la intelectualidad está despertando, se está subiendo al tren.
Entonces, esto es una pequeña falta de modestia, en tanto en cuanto dice no sabemos todavía como salimos de esta bronca, ese pluralis majestatis, cuando yo intelectual no sé por dónde andará el tiro, nadie sabe, no sabemos todavía.
Entonces, éste es el primer problema, que es una actitud frívola, porque me parece que hoy en día tenemos ya una respuesta a esa incógnita, sabemos cuáles son las instituciones vitales de la nueva sociedad, qué tipo de estado, qué tipo de democracia y sobre todo, el tema más complicado, el problema de la economía. Por un lado se nutre esa actitud de la economía política de los intelectuales. La mayoría de los intelectuales viven bastante bien, sobre todo en el primer mundo, y, por lo tanto, no tienen motivo en romper con el sistema capitalista y en proponer una cosa diferente, diferente de Keynes, Stiglitz o la tasa de Tobin, porque mientras estés dentro del keynesianismo en sus distintas variantes el sistema no te va a agredir seriamente. El sistema te va a empezar a combatir seriamente en lo económico, matando tu imagen como intelectual y en el Tercer Mundo, matándote físicamente si es necesario; te van a empezar a combatir seriamente cuando tú empiezas a combatirlos seriamente y combatirlos seriamente significa proponer un Nuevo Proyecto Histórico a las mayorías.
Esto es importante simplemente porque yo no puedo levantar esta pluma si no hago una interpretación espacio, tiempo, movimiento sobre el objeto. Tengo que extender el brazo en el espacio, con cierto tiempo, cierto movimiento y si me equivoco no lo voy a levantar. Y si esto es cierto para este relativamente sencillo acto de elevar este pequeño objeto, mucho más necesaria será la interpretación adecuada espacio, tiempo, movimiento para la transformación de una sociedad. Nosotros hacemos todo el día esto, cuando salen de aquí se acerca un coche y ustedes hacen un cálculo extraordinariamente complicado espacio, tiempo, movimiento: cuál es el espacio que tienen que cruzar en la calle, cuál es la distancia del coche, cuál es la velocidad del coche, cuál es la velocidad de ustedes.. y todo ese el cálculo que el 99% de nosotros no puede hacer en términos físicos y matemáticos, lo hacemos en tan solo un instante, subconscientemente. Y ése es el maravilloso sistema de realidad virtual que es el cerebro, que analiza la información del exterior y el interior del sistema y optimiza las estrategias de sobrevivencia, por tanto lo mismo sucede en avances y en la estrategia de cambio de la sociedad.
A finales del S XVIII surge una propuesta de ese tipo, un proyecto histórico, el de los jacobinos y posteriormente aparece el segundo proyecto histórico, el de las mayorías que es el de Marx y Engels. Ambos proyectos caen básicamente, en los años 80, porque nadie ha podido pensar que el capitalismo algún día va a poder crear un mundo mas democrático, más justo, con calidad de vida para todos, pero tampoco nadie puede creer, a mi juicio, que el regreso a la participación del socialismo históricamente existente va a lograr un movimiento de masas y sin el movimiento de masas, por supuesto, nada se puede mover en una sociedad de clases.
Cuándo en los años 80 se cae el socialismo realmente existente, descubre grandes partes del planeta: Asia Central, Oriente Medio, Rusia, Siberia, con enormes recursos y aparece un vacío en el sistema bipolar mundial ¿Quién llena ese vacío? Ese vacío es llenado por el único sujeto que tiene la logística, el poder financiero y el poder político para reestructurar este mundo: Las empresas transnacionales, verdaderos arquitectos del mundo actual. Reestrucutran esas zonas llegando a hacer uso de la fuerza militar, como estamos viendo hoy día. Entonces, el gran capital recupera la visión de su misión histórica al caerse la Unión Soviética, la alternativa antisistémica, y no sucede lo mismo con el pueblo, las mayorías, y sobre todo las mayorías en el Tercer Mundo. Es obvio que es mucho más complicado.
Por lo tanto, estamos en un a situación de unilateralidad. Si quisiéramos hablar en términos militares tendríamos un ejército profesional organizado de un lado, el proyecto del capital organizado, y de otro lado, una masa de sujetos, pueblos, individuos, grupos, minorías que se enfrentan entorno a la construcción del mundo, y, por supuesto, un ejército profesional siempre va a acabar con una masa desorganizada sin una doctrina que le dé cohesión, ni armamento de boicot práctico. Esa situación de interregno al caer el Proyecto Histórico del Socialismo, tarda unos diez años. Y en el año 2001, con los atentados de Nueva York, termina. El llamado proyecto histórico de la gran burguesía, sobre todo en su fración más favorecida, Bush, Blair, Aznar, Berlusconi, Sharon, siente que es momento de dar el golpe definitivo y establecer el Tercer Orden mundial de la gran burguesía en este siglo. El problema es que por el lado opuesto no se regenera el proyecto histórico de las mayorías. Sólo quedan las cuestiones socialdemócratas que sólo funcionan en el polo explotador del sistema, en el primer mundo.
No hay una nueva respuesta que logre movilizar al 80% de la Humanidad contra el sistema capitalista y, por eso, es de extrema importancia la participación o la actitud que asuman los intelectuales frente a ese problema y, por lo tanto es bastante vergonzoso que un gran intelectual o, digamos, un intelectual mediano diga «hemos parado el neoliberalismo», confundiendo un poco los sujetos populares con los de la torre de marfil y no sabemos por donde vamos a acabar con el monstruo, porque esa es una actitud de coqueteo con el agnosticismo, una docta ignorancia, como se decía en la Edad Media. Una ignorancia que no quiere saber realmente porque las consecuencias de romper ese acuerdo tácito con el status quo son bastante serias.
Les voy a citar una frase de Petras que refleja ese dilema. Dijo recientemente, cito, «La izquierda ganaría más si emprendiera un análisis de las complejas y contradictorias realidades de las luchas nacionales y de clase, en vez de enzarzarse en grandiosas profecías globales de largo plazo desvinculadas de los movimientos populares». Si aceptamos esta determinación de Petras nos metemos en un serio problema, porque nos condenaría a navegar ente la Escilla del empirismo precientífico del S. XVII y la Caribdis del postmodernismo frívolo. La proposición de Petras no tiene mérito por dos razones, en primer lugar nosotros sabemos que la sociedad es lo que se llama en física un sistema dinámico complejo y sabemos también que la generalización de inferencias particulares, que es básicamente el método que utiliza Newton, no es capaz de entender la lógica y su evolución previsible; por eso, la idea de que tu puedes sacar, como insinúa Petras, como de esas muñecas rusas, esas matruskas, desde abajo una pequeña muñeca y después hacer una más grande y sucesivamente hasta que finalmente tienes un proyecto mundial de liberación anticapitalista, esto es una idea que es a priori inviable. Yo creo que aquí tenemos un ejemplo de la falta de formación epistetemológica y metodológica de esos intelectuales, que por otra parte, tienen una gran audiencia. El segundo problema de la afirmación de Petras es que no debemos caer en grandiosas profecías, la alternativa que tenemos hoy día no es la alternativa entre empirismo precientífico y ante los argumentos del postmodernismo burgués frívolo sobre las grandes narrativas o los metarelatos. Ese es una confusión entre la interacción entre el dato empírico y la capacidad de formación de paradigmas de teoría. Einstein no recababa datos para desarrollar su teoría, Newton no se pasaba la vida pegado al telescopio para hacer su teoría, no, los datos básicamente estaban. El arte está precisamente en reconfigurar los datos empíricos, las observaciones en una configuración mental capaz de entender la realidad. Este problema epistemológico del lugar del dato empírico y la teoría, del sujeto y de la realidad objetiva, se resuelve en los siglos XVI-XVII, Galileo lo resolvió en una carta a Kepler. Al formular esa alternativa entre dato empírico, trabajo de tipo topo, y la especulación ecléptica de los burgueses del postmodernismo, tiene un atraso intelectual de tres siglos.
La segunda posición es la posición de los topos, me refiero a los intelectuales que lo son en su interpretación por falta de conocimiento científico. Tenemos un gran problema en las universidades, en muchos casos lo que se hace en las Ciencias Sociales, Sociología, Ciencias Políticas y por supuesto en Economía no tiene mucho que ver con las ciencias, ni hablar de las Humanidades, Filosofía, Literatura, etc. Pero, probablemente muchos de los líderes de los movimientos sociales o son abogados, o han estudiado Literatura o son economistas. Es decir, toda la clase de gente que no ha pasado por el rigor del método científico. En nuestras universidades, tenemos una dicotomía en términos de epistemología, lo que en ciencias naturales se llama el protocolo de investigación, que se hace en los cinco casos del método científico, en las ciencias sociales y humanidades se sustituye, básicamente, por una cultura ensayística. Cuando usted se fija en las tesis que se entregan, generalmente hay un problema, antecedente del problema, desarrollo del problema, conclusión. Esta estructura del trabajo intelectual evita el problema de la hipótesis y el problema del rigor conceptual, y la vía gris de la ciencia está en la hipótesis y en su contrastación.
Entonces este tipo de trabajo en las Ciencias Sociales y en las Humanidades da lugar a un pensamiento impreciso, a un pensamiento especulativo.
Por supuesto, en la Edad Media, había una agenda de crédito para especular como a uno le diera la gana, siempre que estuviera dentro de pensamientos aristotélicos cristianos, no se necesitaba comprobar empíricamente los enunciados, el protocolo no tenía que ser transparente e intersubjetivo para poder ser repetido en cualquier parte del planeta. Es decir, toda una serie de requisitos, que hoy día no aceptaríamos como estándares mínimos del trabajo intelectual. Por lo tanto, uno de los problemas, además del aspecto de la economía política, de los liderazgos de los partidos políticos, de las cúpulas sindicales, de las organizaciones sociales, movimientos, etc.. es la falta de preparación científica.
Entonces, tenemos, por una parte, las gallinas que por intereses político-económicos no se enfrentan al sistema y esconden esa posición bajo un supuesto agnosticismo, objetivamente insuperable. La otra posición es la falta de formación científica. Estas son, a mi juicio, las dos grandes raíces de las cuales se nutre la falta de participación de los intelectuales y de los líderes sindicales, movimientos sociales, partidistas, etc. En la construcción de una nueva teoría al servicio de las mayorías.
EXÉGETAS DE LOS CLÁSICOS
Hay una tercera posición, por supuesto. El otro día recibí un correo electrónico diciendo no estoy de acuerdo en el Nuevo Proyecto Histórico que ustedes están proponiendo, la democracia participativa, porque antes de escribir esto hay que estudiar todas las obras de Marx, todas las obras de Engels, de Lenin… Si tú te pones a estudiar todas las obras de Carlitos Marx, que son como 60 tomos u 80, y Lenin, que tiene otro tanto, a lo cual tienes que agregar para ser plural a Rosa Luxemburgo, a Trotsky, etc entonces quiere decir que cuando hayas terminado no has corrido ningún riesgo, no has tirado ni una piedra a la policía. Entonces, ¿qué has hecho en tu vida? No has hecho política. Estabas buscando la piedra de la verdad en libros de hace 200 años.
Yo soy un gran admnirador de Carlitos Marx, de Lenin, pero hay que pensar una cosa: No puedes encontrar la solución a la sociedad global en lo que se hizo hace 200 años. Esa gente dice, por una parte, «vamos a buscar la respuesta en la sociedad del S XVIII cuando la gente se movía en mula o en carreta» mientras van en avión que vuela a 1000 km por hora. Imaginénse a Carlitos Marx que tenía que copiar afanosamente en la biblioteca del Museo Británico en Londres cuando hoy podemos tener acceso al conocimiento con una computadora desde cualquier punto del mundo.
Hay un problema de conocimiento en esos compañeros, la solución no es regresar a Marx y no hacer nueva teoría. No, eso sería como en física decir vamos a dejar a Einstein y regresar a Newton. La solución es la síntesis de ambos, esa es la clave. Marx no puede existir si no existe Hegel, y Hegel está parado sobre los hombros de Kant, y Kant no puede existir sin las discusiones anteriores, entonces no es que haya que elegir entre uno y otro sino que, cada paradigma científico se refiere a diferentes aspectos de la realidad. La física de Newton sigue siendo válida para movimientos con cierta masa y cierta velocidad, la física de Einstein es válida para movimientos cercanos a la velocidad de la luz a nivel atomal, y por tanto hoy día analizar sólo con las categorías de Marx lo que existe es irreal. El propio Marx sería el primero que se molestaría con esto, porque Marx diría: «¡Ustedes no han entendido que la nueva teoría sólo puede salir en la posición de vanguardia!.»
Porque, ¿de qué vanguardia salió el marxismo? De la Economía Política inglesa, del pensamiento político racionalista francés, el más avanzado y revolucionario, y del método más avanzado en aquella época que era la dialéctica que, en el fondo, es el método de la verdad relacional, de la verdad de la fisica cuántica, que intuían que era más adecuada que la física de Newton para la sociedad. Carlitos Marx diría: «¡Qué ilusos son ustedes! ¿Cómo quieren hacer una teoría de transformación social del capitalismo del S. XXI si no saben de la física cuántica, de la biología avanzada, de la matemática avanzada?.» Solamente desde las posiciones de vanguardia del arte, de la experiencia de las masas, de la ciencia vamos a poder hacer la nueva teoría.
LOS INTELECTUALES EN LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL
Para terminar, creo que no debemos tolerar más esa posición frívola. Esa actitud agnóstica de que es imposible entender cuáles son las alternativas para una revolución humana. La ciencia nos da la respuesta en todo lo que sea accesible al conocimiento científico. Como se trata de un sistema objetivo, como la naturaleza y como entendemos, más o menos, las leyes de su evolución, la detección de esa nueva institucionalidad postcapitalista es una tarea de la ciencia, pero no una tarea en el escritorio, aislada, de intelectual privilegiado. La tarea de avanzar en el conocimiento objetivo es para dicutir con los movimeintos sociales, porque como decía Gramsci el intelectual entiende pero no siente, y el pueblo siente pero no entiende. La revolución se hace, la transformación profunda para quien se asuste con revolución, cuando el conocimiento del científico y de la científica se une con el sentir del pueblo.
Recuerdo el otro día, discutiendo con un amigo presidente latinoamericano, la obediencia al FMI y entonces Lula me dijo: «Tengo que pagar la próxima cuota del FMI porque si no voy a tener serios problemas con el riesgo país, la fuga de capitales, etc.» Y yo le dije: «Mira Lula, tienes que entender que, al fin y al cabo, quien va a decidir tu futuro es el pueblo, porque tú puedes tratar de estar a bien con el FMI, pero cuando el pueblo se te levante te vas a tener que ir.»
Entonces es la función de dos elementos:
1. El conocimiento real de las vías de evolución que tenemos
2. La capacidad de hacerlo entender a las mayorías y retroalimentarse con la sabiduría y las experiencias de las gentes que no pasaron por la universidad y los artistas, la que nos va a dar el Nuevo Proyecto Histórico, que va a tener muchos sujetos, que va a a querer desarrollar las tres dimensiones del ser humano: el conocimiento objetivo o ciencia, la ética y la dimensión estética.
FACTORES OBJETIVOS Y SUBJETIVOS DE LA ACTITUD DE LOS INTELECTUALES
Para cerrar, los intelectuales en este tiempo son herederos de una historia de agresión. En América Latina hubo una matanza tremenda. Algunos fueron al exilio, otros siguieron, otros cambiaron. Luego vino la compra masiva, en Venezuela y en México con la renta petrolera. En el Primer Mundo la castración de los intelectuales fue con medidas menos drásticas, pero el resultado es obvio. Las facultades de ciencias sociales son desiertos tanto en el Primer como en el Tercer Mundo. Si desarmas la teología de la economía burguesa, no ganas nada, no se ganan becas, no se ganan premios, no se ganan invitaciones de fundaciones, no se gana nada. Tenemos, por una parte, el establishment intelectual, con las vacas sagradas que organizan los grandes eventos que evitan la innovación teórica, y tenemos de otro lado a intelectuales como Marcos que están en el monte. Yo creo que un intelectual que es ético, hoy día, tiene que tomar partido.
En el mundo de la ciudad, porque no sólo es una cuestión de conciencia, el sistema te penetra como el agua, pues es el medio en que actúas. Me invitaron a un instituto de investigación en Hamburgo, una ciudad bonita, con cantidad de millonarios, y el centro estaba en la zona más rica de Hamburgo. Estando tres meses allá , me empecé a dar cuenta de cómo el cáncer me estaba invadiendo la seguridad, el buen nivel de vida de este Primer Mundo. Jamás en este ambiente vas a poder entender la situación del campesino de Bolivia o el trabajador en Honduras. Luego, no todo es subjetivo, no es que todos sean una pandilla de vendidos, sino que el ambiente en que uno se mueve le determina en gran medida. Podemos usar al viejo Mao Tse Tung: «El guerrillero tiene que nadar en el pueblo como el pez en el agua». Lo mismo vale para los intelectuales.
Transcripción Luis Juberías