El juicio manipulado por EEUU, la sentencia condenatoria y la pena de muerte del 5 de noviembre contra el presidente iraquí Sadam Husein y dos de sus compañeros no son ni más ni menos que un ataque más contra el pueblo iraquí y [contra] todos los pueblos de la región, amenazados por el imperialismo estadounidense […]
El juicio manipulado por EEUU, la sentencia condenatoria y la pena de muerte del 5 de noviembre contra el presidente iraquí Sadam Husein y dos de sus compañeros no son ni más ni menos que un ataque más contra el pueblo iraquí y [contra] todos los pueblos de la región, amenazados por el imperialismo estadounidense [1]. De la pena impuesta por EEUU al presidente iraquí no puede venir nada bueno para el pueblo. El juicio es un ataque frontal de la potencia conquistadora a la soberanía iraquí en el momento en el que la conquista de Iraq llevada a cabo por EEUU en 2003 se está desmoronando ante el decidido ataque de los combatientes de la resistencia iraquí.
El comportamiento del desacreditado tribunal de Bagdad pretendía justificar el absolutamente ilegal y agresivo ataque anglo-estadounidense contra Iraq en 2003 y el posterior expolio de los recursos del pueblo iraquí, en particular el de sus reservas de petróleo y gas natural. Nadie debería engañarse respecto a que tiene algo que ver con las acusaciones presentadas contra los líderes del [Partido] Baaz. Al ser Washington responsable de la muerte de más de dos millones de iraquíes durante dieciséis años de guerras y sanciones, debería ser evidente para todos que la sentencia no tiene nada que ver con la preocupación de EEUU por el pueblo iraquí.
Incluso si el juicio se hubiera desarrollado de forma impecablemente ajustada a derecho en todos sus aspectos, el tribunal y las acusaciones no se podrían considerar legitimados. Pero el comportamiento del tribunal ha estado muy lejos de ser imparcial. No existen fundamentos legales en las Convenciones de Ginebra que respalden un juicio semejante. Los hechos de los que se ha acusado a los detenidos no se produjeron como actos de guerra.
Entre las nueve personas asesinadas relacionadas con el juicio se encuentran tres de los abogados defensores [2]; otro abogado defensor resultó herido. Un juez fue sustituido cuando otros [magistrados] consideraron que era demasiado amable con Sadam Hussein y le dejaba hablar mucho ante el tribunal.
Incluso Even Malcom Smart, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y África del Norte, y no precisamente amigo de [Sadm] Hussein, afirma sobre la sentencia:
«[…] No consideramos que haya sido un proceso justo; el tribunal no ha sido imparcial; no se han tomado las medidas necesarias para proteger a los abogados defensores ni a los testigos.»
Momento elegido
Dada la evidente tendenciosidad del tribunal, la sentencia no fue una sorpresa. Ni lo ha sido tampoco el momento [de dictarla] puesto que el gobierno del presidente George W. Bush presenta la noticia como una victoria de las fuerzas de ocupación y de su política en Iraq.
El momento de [emitir] la sentencia demuestra el total servilismo del tribunal hacia las más mínimas exigencias del imperialismo. Sólo el momento [elegido] debería descalificar por sí solo la sentencia, puesto que a primera vista demuestra que el juicio estaba íntimamente ligado a Bush, lo que prueba el papel político dominante de Washington [y] deja claro la imposibilidad de que la sentencia tenga algún valor jurídico. Si Bush impuso el calendario, debemos suponer que también ha intervenido en [el contenido de] la sentencia.
Bush ya ha valorado la sentencia como «[…] un hito en los esfuerzos del pueblo iraquí». Esto lo afirma cuando la desastrosa guerra de Iraq y la ocupación se han convertido en una piedra de molino colgada del cuello del Partido Republicano en su intento de mantener el control del Congreso en las elecciones legislativas de mitad del mandato presidencial.
Además, debería quedar claro que esta sentencia no tiene nada que ver con hacer una valoración del papel histórico de Sadam Husein. En una extensa declaración del Partido de los Trabajadores del Mundo (Workers World Party) cuando detuvieron a [Sadam] Husein en diciembre de 2003, se analizaba su, con frecuencia, contradictorio papel histórico, y, en particular, el impacto negativo de la decisión de su gobierno de «[…] lanzar una guerra reaccionaria [y] burguesa de conquista contra Irán [3]. En los años 1980 EEUU se aprovechó de esa guerra para perjudicar tanto a Irán como a Iraq. Tampoco en este momento ninguna de las fuerzas que luchan contra el imperialismo en defensa de su soberanía y autodeterminación en la región del Golfo pueden ganar nada de la sentencia impuesta por EEUU contra Sadam Husein.
Mientras que el impacto de la sentencia en la ocupación de Iraq y en las elecciones estadounidenses está todavía por ver, no hay duda de que cualquiera que se oponga a la guerra de EEUU contra los pueblos de Oriente Próximo también debería rechazarla y protestar contra el intento delictivo de Washington de imponer una sentencia ilegal contra un individuo que representaba a un Estado soberano que el imperialismo estadounidense intenta conquistar.
La sentencia no llevará justicia a Iraq. Como ‘Workers World’ afirmaba en su declaración del 25 de diciembre de 2003: «[…] La justicia con el pueblo iraquí empezará del día en que los criminales de guerra de Washington comparezcan ante un tribunal».
* La organización ‘Workers World Party’ es parte activa del movimiento contra la guerra en EEUU y algunos de sus miembros han impulsado el ‘Internacional Action Center’, cuyo presidente, el ex Fiscal General de EEUU Ramsey Clark, que forma parte del grupo internacional de abogados de Sadam Husein y sus compañero
Notas de IraqSolidaridad:
1. Véase en IraqSolidaridad la declaración de la CEOSI en: Sobre la primera sentencia dictada contra Sadam Husein y miembros del depuesto gobierno de Iraq. Ninguna legitimación de los ocupantes y de las instancias creadas bajo ocupación
2. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: Paramilitares de as-Sáder asesinaron al abogado al-Obeidi. Cuatro abogados defensores de dirigentes del depuesto gobierno han sido asesinados
3. Véase: www.workers.org/ww/2004/hussein1225.php