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La lenta marcha del Fondo Soberano Europeo

Fuentes: Alternativas económicas [Fotografía Comisión Europea]

La respuesta de la UE al liderazgo de Estados Unidos y China en la economía digital va con tremendo retraso

La iniciativa de crear un Fondo Soberano Europeo para potenciar las empresas consideradas estratégicas, lanzada en 2019 por la Comisión, va a una marcha extremadamente lenta. Resulta cada día más evidente que Europa está quedando rezagada en la carrera del desarrollo tecnológico e industrial ante el dominio creciente de las megacorporaciones de EE UU y China. En este contexto, el pasado 17 de octubre el Parlamento Europeo dio un pequeño paso hacia la creación de un fondo para proteger sus industrias al acordar el aumento de 10.000 a 13.000 millones de euros la dotación de la Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP, por sus siglas en inglés). La decisión aún está pendiente de un acuerdo en el Consejo Europeo, organismo de representación de los Estados miembros.

La plataforma no es el ambicioso Fondo Soberano Europeo sugerido por la Comisión Europea hace cuatro años, con unos recursos que podrían alcanzar los 100.000 millones de euros, pero comparte muchos de sus objetivos. La STEP trata de “reforzar  la competitividad y resiliencia de los sectores estratégicos y de reducir la dependencia de las cadenas de suministro exteriores”. Al mismo tiempo, la plataforma prevé apoyar el desarrollo y la fabricación de tecnologías críticas y hacer frente al desafío de la escasez de mano de obra y trabajadores cualificados.

Europa se va quedando rezagada por no contar con grandes empresas tecnológicas

Durante el reciente debate en el Parlamento Europeo quedaron patentes las posiciones posibilistas del relator, el eurodiputado portugués José Manuel Fernandes (Partido Popular Europeo), que admitió que la propuesta de la Comisión“ no es un fondo, sino que utiliza fondos y programas existentes como InvestEU (promoción del crecimiento ecológico), Horizonte Europa (investigación e innovación), Fondo Europeo de Defensa y recursos de salud y políticas de cohesión. Fernandes precisó que la plataforma es “el primer paso en la dirección correcta hacia la creación de un fondo de soberanía”.

“Un paso muy pequeñito”

El eurodiputado socialista Jonás Fernández recordó en su intervención en el debate que la propuesta de la Comisión de poner en pie un fondo soberano denominado STEP respondió a una petición del Parlamento Europeo. Reconoció que se trataba de “un paso muy pequeñito, en la buena dirección, pero que ciertamente no es suficiente”.

La iniciativa de crear un Fondo Soberano Europeo formaba parte de las ideas lanzadas por Ursula Von der Leyen poco antes de asumir su mandato como presidenta de la Comisión Europea, hace cuatro años. La política alemana había expresado su preocupación por la creciente influencia de las empresas estadounidenses y chinas que “administran la agenda digital global”. La inquietud de Von der Leyen se podría resumir en la idea de que “Europa se estaba quedando rezagada” al no contar con las necesarias empresas digitales, lo que significaba un riesgo para el empleo y la influencia en sectores estratégicos clave.

10 Empresas europeas figuran entre las 100 mayores corporaciones del mundo. EE UU tiene 62

Respuesta extraordinaria

Luego vino la pandemia de covid-19 en 2020, que desvaneció esta iniciativa. La Unión Europea tuvo que recabar nuevos recursos para afrontar el coste de las vacunas para todos los ciudadanos y afrontar las consecuencias del parón económico que acarrearon las medidas de protección. La respuesta de la UE fue extraordinaria y se concretó en la creación de los fondos Next Generation, de 800.000 millones de euros, que significaron un salto cualitativo de la construcción europea al realizarse a través de un endeudamiento común y dedicarse a la modernización de la economía, especialmente para facilitar las transiciones ecológicas y digital.

Cuando apenas se había restablecido la recuperación económica y social, en febrero de 2022 estalló la guerra de Rusia contra Ucrania, a la que no se ve fin. El conflicto evidenció las debilidades energéticas de Europa y provocó un encarecimiento de los carburantes y los productos alimentarios y un disparo generalizado de la inflación en todo el mundo que ha sido abordada con respuestas muy distintas en los diferentes países.

El ejemplo estadounidense

“En esta situación llega EE UU con la Ley de Reducción de la Inflación, aprobada en agosto de 2022, que no solo aborda la cuestión de los precios, sino problemas clave de nuestra sociedad”, explica Carlos Martínez Mongay, doctor en Ciencias Económicas, y ex alto cargo de la Comisión Europea en Asuntos Monetarios y Competencia. La ley estadounidense movilizará 369.000 millones de dólares en seguridad energética, descarbonización y fomento de las energías limpias.

Martínez Mongay señala: “La situación y la respuesta en Europa es muy distinta, porque algunos países como Alemania y Francia actúan por su cuenta. Alemania tiene ahora que pagar la energía a precios no privilegiados y ha desarrollado un impresionante plan de inversiones para renovables y apoyo de su industria y Francia también está preparando medidas de protección para sus empresas”.

La Unión está condenada a la irrelevancia si no refuerza la cohesión y su perspectiva federal

“En esta situación”, añade, “muchas empresas europeas hacen cuentas y piensan que lo mejor es deslocalizarse a países donde tengan más ayudas, como EE UU.  Para algunos Estados miembros, como Alemania y Francia, la solución es flexibilizar más las ayudas de Estado”. En opinión de Martínez Mongay, “todo esto es muy peligroso porque hay riesgo de que se rompa el mercado interior. Por todo ello sí que tiene sentido la creación de un Fondo Soberano Europeo para proteger las empresas de los países con menos recursos como Alemania y Francia, que ya lo están haciendo para sus empresas”.

Objetivo grandilocuente

La realidad es que las mayores empresas europeas ocupan un segundo plano entre las grandes tecnológicas. Las grandes megacorporaciones de EE UU y China dominan los primeros puestos de la clasificación mundial. Entre las 100 primeras multinacionales, 62 se encuentran en EE UU, 10 en la Unión Europea y otras tantas en China, pero estas últimas tienen una velocidad de crecimiento mucho mayor. La única gran empresa europea creada en las últimas décadas es la española Inditex, pero a pesar de su elevada capitalización (110.000 millones de euros), queda fuera del grupo que cierra IBM con una capitalización de 127.000 millones de dólares.

Europa ha comprobado que el grandilocuente objetivo estratégico fijado en el Consejo Europeo de Lisboa en marzo de 2000 para la siguiente década —“convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social”— ha quedado solo en un papel. Europa está condenada a la irrelevancia si de verdad no estrecha la unión de sus Estados y refuerza su perspectiva federal. 

Fuente: https://alternativaseconomicas.coop/articulo/actualidad/la-lenta-marcha-del-fondo-soberano-europeo