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Después de apoyar a Mesa, ahora apoya a Toledo

La locomotora Lula contra las resistencias

Fuentes: Clajadep

Lula ahora quiere repetir con el Perú los resultados obtenidos con su estrategia integracionista en Bolivia y para ello acaba de firmar una serie de acuerdos en una magnífica reunión con Mesa y Toledo. ¿Y qué pasó en Bolivia? Mesa ha triunfado con su referéndum sobre el gas. Lula apoyó ese engendro, Evo Morales también. […]

Lula ahora quiere repetir con el Perú los resultados obtenidos con su estrategia integracionista en Bolivia y para ello acaba de firmar una serie de acuerdos en una magnífica reunión con Mesa y Toledo.

¿Y qué pasó en Bolivia? Mesa ha triunfado con su referéndum sobre el gas. Lula apoyó ese engendro, Evo Morales también. Una santa alianza.

Los movimientos de base optaron por la abstención y la severa crítica a la convocatoria institucional de Mesa, pero el bombardeo del MAS a favor de la participación inclinó el fiel de la balanza legitimando a Evo como propietario de una masa de población cautiva de considerable importancia, lo que le otorga un rol de interlocutor sistémico indiscutible. Un Lula cualquiera. Evo había levantado formas de organización y lucha que cautivaron un sector de campesinos y en especial de intelectuales y capas medias, dando una estructura piramidal y autoritaria al MAS como aparato de control. Un PT cualquiera.

Los inicios de la estrategia Evo fueron de movilizaciones y bloqueos, lo que le permitió acercarse a localidades y extender las ramificaciones del aparato masista, para luego pacientemente articular todo ello en un simple instrumento electoral con el que aspira a ganar las elecciones del próximo año y sumarse al eje capitalista populista continental encabezado por Lula.

La potencia adquirida por las comunidades bolivianas, donde Evo salió a buscar prosélitos, llegó a derribar el gobierno Goni al que le sucedió por arte de birlibirloque el de Mesa, astuto enroque que desinfló la batalla contando con la complicidad del MAS y de Evo, que ya empezaba a ser reconocido como hombre negociador y envuelto en la estrategia estabilizadora de Lula. Así la población en las calles y cortando caminos, ocupando tierras y levantando barricadas, de dinámica de acumulación de fuerzas desde abajo, fue rápidamente revertida a ganado electoral, transformismo político-social que es la especialidad de los simpatizantes del Forro de Porto Alegre, expertos en explicar que las luchas sociales son espontáneas y que deben someterse por lo tanto a las conducciones serias y responsables para incorporarse como masa de maniobra tras las estrategias de los pillos de la política.

Lejos están en las historias los destacamentos revolucionarios que disputaban palmo a palmo el terreno del reformismo para conducir a los pueblos a modalidades de acumulación de fuerzas y construcción de capacidad militar para derrotar gobiernos. Y allí se han quedado, pues hoy las estrategias de acumulación se dan inmersas en las construcciones locales de capacidades de autoorganización y resistencia desde abajo con perspectivas de continuidad.

Algunos se preguntan qué ha pasado con esas masas bolivianas que paralizaban el país, pero no buscan las respuestas por sí mismos en las propias dinámicas sociales, sino en la ausencia de nuevas vanguardias que capitalicen esa rebeldía, olvidando que la misma pregunta se la hacían o se la hacen con relación a Argentina, Ecuador y aún respecto a los zapatistas. Si falta la vanguardia no hay asalto al palacio de invierno, y así continúan el debate como el perro dando vueltas para morderse la cola.

De hecho el panorama político argentino ha cambiado, pero no como una derrota de la movilización que derribó varios gobiernos, sino como un complejo y diverso proceso de construcción de comunidades territoriales con capacidad de continuidad estratégica mientras diferentes grupos vanguardistas levantan mil programas para llevar a las masas a la toma del poder. Esas discusiones sólo confunden aún más mientras silenciosamente los grupos y comunidades autónomas afirman sus raíces en la tierra o territorios desde donde vendrán las nuevas ofensivas sociales.

Eso mismo ha sucedido en Bolivia, donde parece reinar calma chicha, pero que no es más que la nueva visión de diferentes territorios construyendo sus reencuentros de personas cara a cara constituyendo nuevas relaciones sociales. Evo, Kirchner, Lula, Chávez y demás líderes progresistas han pasado a formar parte del escenario de la sociedad del espectáculo, engatusando gente para desviar la atención de sus vecinos, de su localidad, de sus posibilidades de reconstrucción comunitaria, para llevarlos a la fiesta de las instituciones, al circo de los candidatos y programas, retirándolos de la construcción de sus propias fuerzas para sumarlos a los tinglados que en la parte alta tienen a los representantes encargados de negociar su acceso al sistema y desde cuyas alturas arrojan, o al menos lo prometen, migajas humanistas con apoyo empresarial.

Ahora le toca al Perú, donde Toledo sufre baja popularidad y los territorios, comunidades aymaras, cocaleros, comunidades ashaninka, localidades campesinas, etc. afilan estacas avanzando en la autoorganización territorial. ¡Pobre Toledo! ¡Pobres empresarios! Nuevamente el Chapulín Colorado Lula viene en su ayuda. La humanización del capitalismo con fuerte desarrollo industrial basado en las materias primas y riquezas básicas como el gas y el petróleo, ha sido la tabla de salvación para la constitución de poderosos conglomerados como el petrolero Argentina-Venezuela y el gasífero ahora entre Perú, Bolivia y Brasil, al que hay que sumarle el acuerdo Bolivia-Argentina-Uruguay. Está claro que Evo había sido envuelto en ese enjuague, que ya sabía que venía la red de infraestructura que integraría comercialmente aún más esos países y se montó en el tren de la victoria agarrado a los pantalones de Lula y Kirchner. Hay que mantener presente en la memoria el espaldarazo que el peronista dio a Evo en su viaje a Bolivia elogiándolo y elevando su rating de simpatía popular. Veremos quien en la aún llamada izquierda del Perú pretende capitalizar el apoyo de Lula, Kirchner y Chávez, para apoyar sutilmente a Toledo erigiéndose en interlocutor aceptable del capital, como ya lo es Evo, para las próximas elecciones.

La estrategia continental parece ser la de apoyar a los actuales gobiernos, meterse de cabeza en las movidas empresariales y disputar el favor del capital aprovechando la posesión de masas cautivas votantes, al más puro estilo populista quasi fascista, como el peronismo y el bolivarismo.

Los mismos cerebros izquierdistas que estimulan el MERCOSUR como alternativa al ALCA, lo que es más falso que Judas, ahora se dejan caer con fuerza encima de la CONAIE de Ecuador, vituperándola a destajo, que se pelean los dirigentes, que Gutiérrez ha cooptado algunos, en fin, dejando de lado sus conclusiones de volver a las comunidades para seguir fortaleciendo el poderoso movimiento social de base. Eso para los reformistas, populistas, quintacolumnistas y electoralistas de todos los pelajes, no tiene importancia ninguna. Lo que vale son los discursos centralizadores, los programas nacionales, cualquier cosa que permita erigir una figura representativa y aglutinadora que sea santo de la devoción de muchos, mientras más gente tenga detrás, más será el apoyo del capital. El trabajo de comunidades y la consolidación, lenta y segura, de las autonomías, no tiene para estos especimenes recalcitrantes de la vieja política la menor importancia, más aún, representan un peligro para los afanes centralizadores y vanguardistas de apóstoles salvadores de la patria, un peligro que hay que aniquilar, lo que explica la intensa campaña izquierdista contra los zapatistas, que Marcos aquí, que Marcos allá, que son conniventes con el sistema, etc. Los vanguardistas de siempre quieren que los zapatistas se arrojen valientemente contra el aparataje sistémico, que caigan como mártires de la revolución social, que levanten banderas que exciten a las masas, en fin, lo de siempre. Reiterativo, pesado.

Los zapatistas ven con mucha tranquilidad como se consolidan las autonomías, como su capacidad militar impide la entrada de las tropas en Lacandona, como se fortalecen los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno, como se discute y se practica la autonomía local en cada vez más regiones de los territorios controlados por el estado mexicano, en Chiapas, en Oaxaca, en Guerrero y otras. Ese proceso de multiplicación paulatina de las experiencias de comunidades que ejercen control territorial a partir del fortalecimiento del carácter comunitario de sus actividades y resistencia, no puede ser enfrentado por el sistema, pues se trata de perforarlo por diferentes lugares donde se separan e independizan las comunidades saliéndose de la red del poder, escapando a las formas y contenidos sistémicos para hacer mundos nuevos. Y si se viene encima, pues para eso es la autodefensa. Más claro, echarle agua. Ya llegaremos a la generalización de las autonomías y la resistencia, para pasar a la ofensiva.

Ocultar la realidad de la formación de esa vasta red de iniciativas de base que desarrollan el contrapoder y avanzan al no poder sin abandonar la capacidad de autodefensa, es mortal para la vieja izquierda, pues se le van los votantes, la carne de cañón, las bases para negociar, las cantidades de personas que participan de una marcha o de una votación, siempre dispersas, por favor, que no se reúnan en su barrio, que no hagan prácticas comunitarias, que sólo asistan a reuniones convocadas con temario y objetivos elaborados en pos de la magnífica y omnipresente estrategia.

La actitud de Evo y la paralización momentánea de la dinámica de movilización social era un objetivo perseguido por el sistema, y el papel de Lula ha sido justamente ese, apoyar la contención del movimiento social y reordenar las aspiraciones de la población en torno a los ritmos institucionales, para eso fue puesto allí como presidente progresista por el capital, para eso la Fundación Ford financia el Forro de Porto Alegre. Para eso fueron las conversaciones entre Ramonet y el PT en París, para eso la Susan George se lanzó en picada contra los que luchan, en fin, para eso la izquierda continental apoyó a Lucio Gutiérrez pero al final la CONAIE se salió después de hacer la experiencia.

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