La izquierda, no entendida desde la formalidad de aquel que se reclama izquierdista, inscrito en cualquier orden de organización, partido, asociación que intenta asumirse como tal, sino como práctica de liberación en todos los campos de la vida posibles, esté donde esté organizado o solo, en la paz o en la guerra, siempre tendrá que […]
La izquierda, no entendida desde la formalidad de aquel que se reclama izquierdista, inscrito en cualquier orden de organización, partido, asociación que intenta asumirse como tal, sino como práctica de liberación en todos los campos de la vida posibles, esté donde esté organizado o solo, en la paz o en la guerra, siempre tendrá que ser una guerrilla que inventa como fuera las condiciones para salir de su aislamiento inevitable en un mundo como el nuestro empezando por crear los instrumentos de interpretación del momento y la lucha consecuente que ha de dar. Nada mas absurdo que un izquierdista en su franela sin «carta de lucha» que defender y emprender.Y efectivamente en estos momentos los trabajadores de Brahma reparten agua a las comunidades que a su vez redistribuyen a las comunidades, creando la bisagra necesaria entre ellos y comunidades que desde hace semanas no reciben agua, para crear la solidaridad de clase: primer escalón fundamental de esta locura. La policía entendió el peligro y esta tratando de impedir por la fuerza el acto solidario: si hay violencia ellos son los únicos responsables. Toda la carga de colonialismo y junto con él, de cultura de sumisión asumida desde que somos niños, empieza a romperse, creándose una «teoría de la praxis», que en estos minutos no es tal, pero si se vence necesariamente podrá reconocerse junto a la concordia y aporte que los luchadores larenses puedan dar desde este mismo día. El teoricismo revolucionario tiene piso si rompemos estructuras impuestas de poder, de lo contrario es puro acto interpretativo, tan interesante posiblemente como inútil.
Romper el aislamiento del loco, el cerco cultural y miedoso y con ello el «partido de clase», es el primer escalón de la batalla en cualquiera de ellas. La izquierda no es una entelequia discursiva, no es un jarrón burocrático e inundado de resentimientos que luego se convierten en estúpidas palabras criminalizantes de la lucha simple y verdadera: muy activos hoy en día defendiendo traiciones y el sueldo de la quincena. La izquierda comienza y termina en Lara o en la batalla de Ucrania. Se activa siempre en un contexto real, en el ejercicio de la batalla concreta que ha de darse. Si vence es porque tuvo la capacidad de penetrar ese contexto y armar organización, estrategia y ciencia desde él. No penetra a la manera de la histeria evangélica que siempre nos convertirá en pecadores y borregos de pastores, sino desde el sujeto que desviste, tan pobre y desnudo como nació,acomete el atrevimiento que en estos minutos llevan los trabajadores larenses; sin armas ni periodistas ni dineros al lado, principales herramientas de la guerra presente; pero aún así pueden vencer. Sin darse cuenta ya están rompiendo las barreras de los cuantos centenares de locos que se les ocurrió tomar esas empresas en sus manos. No hay academia de izquierda ella es siempre un acto absolutamente político y clasista.
El comunicado que integro a continuación lo esboza con claridad respecto a los hechos. La izquierda revolucionaria necesita reinventarse, en estas horas tiene una prueba de solidaridad que puede ser clave para los momentos que vienen, después seguimos:
El Consejo Popular Revolucionario se solidariza con la luchas de los trabajador(a)s de Barquisimeto, estado Lara
En estas últimas 3 semanas, en el occidente de nuestro territorio nacional, los trabajadores de varias empresas recuperadas han sufrido de una arremetida patronal en complicidad con elementos de los órganos represivos del Estado, GNB y MIJ, así como del gobierno regional de Henri Falcón.
Estas medidas se dan en el marco de un pacto de conciliación de clases entre el gobierno de Maduro y la MUD junto a FEDECAMARAS, provocando en consecuencia, y como parte fundamental de estos acuerdos interburgueses, una escalada de criminalización, acoso y represión contra los trabajadores, y demás sectores del pueblo organizado, que ante estas medidas represivas se ha solidarizado con sus hermanos y hermanas de clase en defensa de sus derechos laborales más elementales.
La lucha que hoy están dando los compañeros de BENEAGRO, empresa anteriormente llamada «Pollos SOUTO», INTERCERAMIC C.A., Cervecería Brahama, esta última cerrada por la compra de la marca por parte de los Cisneros, dueños de las marcas de cervezas Zulia y Regional; se suman a la serie de estas agresiones sistemáticas ejecutadas en los últimas días. Por ejemplo el caso de la empresa «Allentuy», donde al menos unos 12 ex trabajadores, que fueron dirigentes sindicales y lideraron la lucha por la nacionalización de la empresa, hoy están sometidos a juicios y con amenazas de cumplir penas de hasta 8 años de prisión.
También se presentan las luchas de los y las educadoras de la región, que han protestado por su mejoras laborales, siendo un reflejo del impacto generado en los sectores productivos, ante el intento, por parte del gobierno nacional, de poner sobre los hombros y espaldas del pueblo trabajador, el peso de una crisis económica y política de la que es en gran parte responsable.
Pero esto va muchas más allá, las luchas de todos estos compañeros y compañeras, pone en relieve la disputa de dos modelos de sociedad; un sistema de explotación y otro que busca el control de los medios de producción por parte de los trabajador(a)s. Mientras el gobierno, en su retórica izquierdista, habla de socialismo; los empresarios con los que pacta, Fedecamaras, Venacham, Fedenaga, entre otras centrales de explotadores parásitos, reproducen el sistema capitalista de propiedad privada del medio de producción y de explotación y opresión sobre los trabajador(a)s.
Es un ejemplo para el país la lucha que llevan los y las trabajadoras de BENEAGRO y BRHAMA, quienes están desarrollando, planteando y poniendo en práctica un nuevo modelo bajo el control obrero de la producción, bajo una lógica social colectiva en función de la necesidades de un colectivo y no del lucro de una minoría.
Los trabajadores y el poder popular de Barquisimeto nos marcan el camino
Ante todo este panorama, se suma la burocracia sindical, el sectarismo y oportunismo de algunos grupos políticos que intentan manipular y secuestrar estas luchas, pero la claridad de los trabajadores y del pueblo organizado hasta ahora ha superado todo estos obstáculos, hoy por ejemplo existe una coordinación de solidaridad y ayuda entre los trabajadores de Beneagro y Brahama con la comunidad organizada en comunas en las zonas cercanas a estas plantas; quienes en masiva movilización dieron respuesta ante la arremetida violenta de las fuerzas represivas contra los trabajadores, impidiendo que los patrones públicos y privados lograran sus objetivos.
La solidaridad de clase ha llegado al punto de que los trabajadores de la Brahama, ante la sequía que vive la ciudad de Barquisimeto, con los recursos y el agua potable de su planta, han decido el día lunes 19 de mayo en medio de los acosos e intentos de represión, salir a las comunidades y llevar el vital líquido de manera gratuita. Esto es una bofetada a la burocracia, a la misma que alega que los trabajadores no deberían estar tomando fabricas ya que ese no es su rol y que les queda muy grande. Los hechos hablan por sí solos, y ya vemos a quien es quien le queda grande controlar los recursos y medios de producción que son de todos nosotros y no de unas minorías parásitas.
Desde el Consejo Popular Revolucionario, instancia de articulación de fuerzas políticas y sociales, nos hacemos solidarios con las luchas de los trabajador(a)s, y el pueblo pobre y explotado de Barquisimeto, de todo el estado Lara, y del resto del país.
Llamamos a todos los revolucionarios y revolucionarias que luchamos honestamente por un cambio, por una transformación real y concreta de las actuales relaciones de explotación y opresión, a que sumemos esfuerzos en una poderosa campaña por la no criminalización de nuestras luchas y por la solidaridad con las mismas.
Rechazamos categóricamente todo represión por parte del Estado nacional y regional, exigimos el respeto a sus derechos fundamentales, que se respeten los procesos de autogestión y control obrero, que son un ejemplo y modelo de que otra forma de gestión es posible.
Que cesen ya los acoso, responsabilizamos a los órganos de seguridad del Estado por cualquier agresión del que puedan ser víctimas los trabajadores y pueblo organizando en lucha.
No se puede hablar de socialismo, es inmoral hacerlo, mientras se reprime o se permite la represión de la clase trabajadora y el pueblo, cuando estos han asumido irreversiblemente ser protagonista de sus procesos de emancipación y liberación.
Rechazamos que se les den concesiones a los empresarios parásitos para que sigan desangrando el país y hambreando al pueblo, mientras se reprime a los trabajadores y el pueblo organizado en lucha.
¡Socialismo es con los trabajador(a)s y el pueblo, no con la burguesía!
¡Ni pacto, ni conciliación!
¡Todo el poder para el pueblo!
¡Libertad plena a todos los dirigentes sindicales, luchadores sociales detenidos, privados de su libertad o procesados judicialmente por ejercer su derecho a la protesta!
¡No a la criminalización de la protesta y la luchas populares!
¡Basta de acoso y represión!
¡Por una campaña nacional contra la criminalización de la protesta y de solidaridad con todas nuestra luchas!
@ConsVenceremo
* Roland Denis es luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En los 80s militó en el movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica / Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).