El reformismo está desatado, actuando a sus anchas. La desaparición del Comandante Chávez dejó a esta corriente sin el dique que ayer la contenía, agazapada, haciendo el trabajo de zapa. Hoy tiene sus zarpas encima de la Revolución. Propone cambiar el socialismo revolucionario de Chávez por el capitalismo chino, en alianza con los golpistas de […]
El reformismo está desatado, actuando a sus anchas. La desaparición del Comandante Chávez dejó a esta corriente sin el dique que ayer la contenía, agazapada, haciendo el trabajo de zapa. Hoy tiene sus zarpas encima de la Revolución. Propone cambiar el socialismo revolucionario de Chávez por el capitalismo chino, en alianza con los golpistas de Fedecámaras, que ya Chávez los había denunciado como «enemigos del pueblo» (1) .
Ahora que no tenemos al último de los gigantes revolucionarios en la primera trinchera de combate, sus palabras, sus orientaciones, cobran una extraordinaria importancia. Como éstas, de imprescindible difusión, transmitidas en 2009 durante la instalación del Primer Congreso Extraordinario del PSUV:
«Cuidado con las corrientes esas que no se definen muy bien, si es socialismo, si es capitalismo, cuidado con el reformismo. No es reforma que estamos haciendo aquí, es revolución, es una revolución.
No es economía de mercado, ni capitalismo humano, ni ponerle caretas al capitalismo, no: es liquidar el capitalismo y construir el socialismo. De eso se trata.
Yo decía que hay corrientes, anarquistas, oportunistas, clientelares, capitalistas, infiltradas entre nosotros; hay también, la no-ideología, pues, los que no le hacen caso a la ideología, que ni les va ni les viene, cuidado.
Y la ideología que necesitamos consolidar, precisar bien, como mapa de navegación, brújula, rumbo, es la ideología socialista revolucionaria; la creación de nuestro socialismo, y eso requiere mucho estudio, compañeros, eso no es así de soplar y hacer botella.» (2)
Queda claro que la infiltración pequeñoburguesa y reformista era una gran preocupación para el Comandante. Son muchos los discursos en los que denunció a estos oportunistas. Y nos llamaba a combatirlos con fuerza, a dar la lucha ideológica, y nos recomendaba siempre estudiar mucho, pensaba que así la clase obrera tendría conciencia de sus intereses históricos, acabar con la explotación y la dominación.
Chávez se oponía al espontaneismo propio de estos sectores, estaba convencido, en cambio, de que para enfrentar con posibilidades de éxito al poder y la experiencia de la burguesía y el imperialismo los explotados tenían que educarse y organizarse. Nos llamaba, sin más, a ser revolucionarios auténticos, socialistas, radicalmente chavistas.
Como era un gran lector de la historia, entendió el papel contrarrevolucionario jugado por los reformistas enemigos del socialismo. Comprendió, a fuerza de «latigazos de la contrarrevolución», que no era posible construir el socialismocon las armas melladas del capitalismo. Y en base a mucho estudio y a una lectura no dogmática del marxismo, dedujo también que el socialismo no iba a llegar por sí solo. En la clausura del XVIII Foro de Sao Paulo, realizado en Caracas en 2012, ante la presencia de centenares de dirigentes políticos de izquierda, hizo una reflexión que es necesario recordarle a la dirección del Gobierno y del Partido:
«Nosotros nos hemos tomado en serio, y cada día tenemos que tomarlo más, la construcción del socialismo, la transición, por tanto, del capitalismo a la forma histórica nueva, como diría Carlos Marx.
(…) Al socialismo hay que preverlo, planificarlo, precondicionarlo; si no lo piensas, si no lo planificas, nunca va a emerger el socialismo. Aquella tesis, un poco o mucho determinista, de que el socialismo sobrevendrá irremediablemente después del desarrollo de las fuerzas productivas, yo, de verdad, no creo en eso.» (3)
Todas estas líneas del Comandante Chávez definen el rumbo de la Revolución hacia el Socialismo, su principal legado, que hoy se encuentra en franca debilidad ante el enemigo oligarca y pequeñoburgués, todos apostando duro a la derrota de Chávez, de su programa de transformaciones revolucionarias. Ese fue el papel del reformismo ayer, cuando Chávez nos lo alertaba, cuando saboteaba todo intento de avance hacia el socialismo, cuando defendía con disimulo la propiedad privada de los medios producción. Y es su papel hoy, cuando sacrifica la revolución en el templo de los «sectores productivos».
Los revolucionarios no podemos callar ante esta avanzada antichavista. Es nuestro deber luchar por esclarecer el camino, quitar la maleza, sacar los disfraces, convencidos de que la verdad es el arma de la victoria. La lucha contra estas tendencias es definitoria.
Chávez o muerte.
[email protected] / @obrerorojo
(1) http://www.youtube.com/
(2) http://www.youtube.com/watch?
(3) http://www.youtube.com/
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