La gira europea que acaba de realizar el presidente venezolano, Hugo Chávez, fue blanco de una inusitada maquinaria mediática adversa que utilizó la mentira y la manipulación de la realidad como armas predilectas. Lanzaron 13 ataques y mentiras durante los días que duró el recorrido por Rusia, Belarús, Portugal y España, comentó la víspera el […]
La gira europea que acaba de realizar el presidente venezolano, Hugo Chávez, fue blanco de una inusitada maquinaria mediática adversa que utilizó la mentira y la manipulación de la realidad como armas predilectas.
Lanzaron 13 ataques y mentiras durante los días que duró el recorrido por Rusia, Belarús, Portugal y España, comentó la víspera el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, durante un intercambio con un grupo de periodistas en la Moncloa, la sede del gobierno español en Madrid.
Mienten porque a alguien le duele esta gira, apuntó el ministro antes de que Chávez, junto al jefe del gabinete de España, José Luís Rodríguez Zapatero, anunciara importantes acuerdos con este país europeo, en particular en materia energética.
El día anterior, el ministerio venezolano de Información (MINCI) tuvo que emitir una nota oficial para desmentir una ola de falsos reportes de prensa sobre la supuesta adquisición por Caracas de unos 30 mil millones de dólares en armas a Rusia.
Esa elucubración fue propagada masivamente por la prensa internacional y poco después otra noticia de ficción circuló por el éter y el ciberespacio sobre un hipotético ofrecimiento venezolano para que Rusia instale una base militar en su territorio.
Para las autoridades de Venezuela está claro que a pesar de los desmentidos y las aclaraciones oficiales, ese amplio despliegue de mentiras será utilizado para intentar engañar a los venezolanos e «incorporar un nuevo elemento en la constante campaña que desarrolla el imperialismo en contra de nuestra patria».
En el caso de España, última escala de la gira europea de Chávez, la gran prensa ocupa desde hace tiempo un lugar de punta en la campaña desinformativa, en contraste con el exquisito clima que marcó la breve estancia de los visitantes en territorio español.
Los ataques llegaron a tal magnitud que el embajador de Venezuela en Madrid, Alfredo Toro Hardy, publicó un artículo en un diario local para rechazar lo que llamó tintes denigrantes empleados por los principales medios locales contra Chávez.
El diplomático echó por tierra cada uno de los objetivos de esa campaña que pretende, según precisó, elaborar la visión de un gobernante autócrata, populista, violador de la propiedad, destructor de la economía y armamentista, entre otras cosas.
Lo cierto es que en menos de 10 horas, Chávez borró aquí la imagen de tensión elaborada sobre el estado de las relaciones con este país europeo, tanto en su relación personal con el rey Juan Carlos, como con respecto a importantes temas económicos y políticos.
Un acuerdo para el suministro de petróleo de Venezuela a España en condiciones favorables, el interés por la presencia de compañías españolas en la Franja del Orinoco y una propuesta para que América Latina y Europa conversen acerca de la Directiva Europea sobre inmigrantes, marcaron la visita.
Vinimos a extender la mano, para trabajar junto con España frente a los problemas y buscar sendas de progreso e integración, expresó el presidente Chávez al reunirse con la prensa en la Moncloa.
En realidad, fue una visita excelente, confesó a Prensa Latina el ministro de Información, Andrés Izarra.