Después de la denuncia de Snowden sobre el proyecto PRISM (prisma) de la NSA, el presidente estadounidense Barack Obama ha respondido que no están espiando el contenido de la información que por la red de redes transmiten los ciudadanos. Que solamente están coleccionando «Metadatos» y que ello es legal, que la gente no tiene porqué […]
Después de la denuncia de Snowden sobre el proyecto PRISM (prisma) de la NSA, el presidente estadounidense Barack Obama ha respondido que no están espiando el contenido de la información que por la red de redes transmiten los ciudadanos. Que solamente están coleccionando «Metadatos» y que ello es legal, que la gente no tiene porqué preocuparse de que su administración haga eso.
En forma general, los Metadatos son datos acerca de los datos y ello es un concepto difuso. No especifica cuánto y qué tipos de datos se recogen. Eso resultó conveniente para Obama y por ello deliberadamente no aclaró qué significado tienen, ni qué se puede deducir de ellos. Así que para ayudar a comprender de qué se trata este asunto voy a apoyarme con dos ejemplos, uno teórico y otro práctico que espero permitan entender realmente el tema y decidir cuan peligroso es recolectar esos Metadatos.
Suponga que yo le diga a usted que no escucho sus conversaciones telefónicas, pero que cada vez que usted llama, grabo a cuál número lo hizo, cuanto duró la conversación, en cual fecha y hora aconteció eso. Además, también guardo por cuales centrales telefónicas viajó la comunicación, la intensidad de la llamada, la calidad del servicio usado, así como las antenas repetidoras y proveedores de comunicación que estuvieron involucrados como soporte tecnológico para brindarle la comunicación deseada. Eso son metadatos de su conversación telefónica y uno podría reconocer patrones de sus intercambios de llamadas. Por la secuencia de fechas y horas de llamadas, cantidad de veces y números destinatarios uno podría deducir cuáles son el grupo de personas con las que últimamente está trabajando. Y si las llamadas las ha hecho desde un teléfono móvil en movimiento, puedo saber en cuáles lugares ha estado. Si grabo algo similar con sus interlocutores, entonces puedo saber hasta cuando estuvieron juntos. Todo eso sin haber escuchado el contenido de su llamada, que por cierto en el caso de los proveedores de acceso a la Internet, por ley queda registrada por años para casos donde el mismo gobierno, aduciendo un asunto de seguridad nacional o lucha contra el terrorismo, demande que se le entregue.
El otro ejemplo lo puede confirmar usted mismo y por ello le propongo haga el siguiente experimento:
1.- En una máquina con Windows seleccione visualmente cualquiera de los archivos que ha escrito con Word.
2.- Coloque el cursor sobre el ícono de ese archivo y oprima el botón de la derecha de su ratón.
3.- Del menú que aparece busque la opción de «Propiedades».
4.- De la pestaña que aparece escoja la alternativa «detalles».
Todo lo que aparece allí es Metadatos y toda esa información es la que viene recogiendo la NSA, a escondidas de usted, de cualquier archivo de texto, imágenes, audio y vídeo que transfiere en la red. Así les es posible determinar qué tipo de documento usted está descargando o enviando, quién es el autor del mismo, en cual equipo se procesó, y otras características más. Escogí una máquina Windows porque, lamentablemente, son extensamente usadas, más no porque sea lo mejor. De hecho el usar cualquier equipo de Microsoft le facilita la recolección de Metadatos. Es preferible usar Canaima GNU Linux, aunque ello no elimina por completo el problema de los metadatos.
También existen herramientas para extraer los metadatos de sus archivos, antes de transmitirlos por Internet, para Windows, Linux y MacOSX. Pero el asunto principal es, ¿quién le ha dado derecho a que el gobierno estadounidense para que recoja todos esos datos de todas nuestras comunicaciones en la red? ¿dónde queda nuestra privacidad? ¿no están invadiendo nuestras vidas?
Si uno publica una fotografía en Facebook ellos recogen todos esos metadatos, si envías un documento adjunto por correo electrónico, también obtienen sin nuestro consentimiento y en forma oculta esos metadatos. Si tuiteas algo, ellos capturan tu identidad y el número de tu mensaje al igual que los seguidores que lo recibieron. Si uno se conecta a un sitio web, obtienen nuestra dirección IP, la ruta de nuestros datagramas y el sitio al cuál accedimos. Hasta podrían saber qué páginas logramos ver.
En fin, reflexione sobre si ¿es necesario escuchar sus conversaciones para poder armar un expediente sobre su vida? Si conozco el diario que acostumbra a leer, los programas de TV que acostumbra a mirar, los restaurantes en donde a menudo come, las tiendas donde hace sus compras cotidianas, si asiste a algún tipo de iglesia, las agencias bancarias donde entra, los cajeros automáticos donde hace operaciones, las personas que frecuenta y los bares en que se relaja. Muchas de estas cosas ahora la gente tiende a hacerla por Internet, y eso le pone a la NSA en bandeja de plata un modo fácil para espiar a millones de seres humanos diariamente. Todo lo que esta agencia pueda deducir de ello lo provee el poder de recabar y analizar los metadatos nuestros. Ahora bien, ya que lo comprende decida usted si desea que alguien esté espiando todo eso de su vida para supuestamente protegerle.
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